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Es paradójico que el mayor logro del ascenso de la Gimnástica Segoviana a Primera RFEF, convertir en rutina entradas en La Albuera por encima de los 2.000 socios —y hasta de los 3.000—, esté siendo a su vez el testigo de su declive. El rendimiento como local elevó a los azulgranas a cotas desconocidas el curso pasado: nadie sumó más puntos ante su público en el grupo V de Segunda RFEF y ese bagaje valió el ascenso como campeón. Un embrujo que continuó en los primeros meses en la categoría de bronce del fútbol español: nueve partidos invictos en Segovia para cerrar el hito de un año natural, 2024, sin derrotas. El cambio de calendario convirtió esa secuencia dulce en amarga: uno de los campos más complicados de la liga se convirtió en un chollo y su anfitrión, sin victorias en 2025 en su feudo, ha pasado del confort del décimo puesto al estrés del antepenúltimo. La lectura es clara: sin La Albuera la permanencia es imposible.
La Segoviana llegó a navidades como uno de los dos locales invictos del grupo I de Primera RFEF, un honor que solo igualaba el Andorra. Un repaso a la clasificación tras 18 jornadas situaba a los de Ramsés Gil con más puntos ante su público (17) que la Cultural (16), líder destacado desde los primeros compases de la competición. El equipo estaba entre la élite de los locales. Por entonces, la Real B era el más fructífero, con 21 puntos, dos más que el Andorra, tres más que Celta, Barakaldo, Unionistas y Nástic y cuatro más que Sego y Ponferradina. Era el resultado de cuatro victorias (ante Bilbao Athletic, Real Unión, Andorra y Lugo) y cinco empates (ante Ponfe, Barça B, Unionistas, Zamora y Sestao). Una fórmula aderezada con un par de triunfos visitantes —en León y Amorebieta— que daba un cómodo colchón de cinco puntos sobre el descenso.
Desde entonces, el abismo. La Segoviana sumó en esos nueve primeros partidos un total de 17 puntos de 27; es decir, un 62,9%. Los seis siguientes, ya en 2025, ha dejado cuatro derrotas (Arenteiro, Tarazona, Osasuna Promesas y Ourense) y dos empates (Cultural y Amorebieta) para un total de 2 puntos de 18; es decir, un 11,1%. La comparativa supone que los de Ramsés Gil suman cinco veces menos puntos ante su público en el nuevo año que su promedio de la primera vuelta. Ahí radica el bajón, pues la otra variable, la del rendimiento a domicilio, se mantiene estable, incluso al alza: sumaba 8 de 27 en diciembre (un 29,6%) y lleva 5 de 15 (un 33%) en 2025. Sin los puntos de casa, han quedado pocas cartas que jugar, pues las tres derrotas lejos de Segovia fueron partidos en los que el equipo no pudo competir: en Tarragona fue superado por un Nástic poderoso, mientras que las expulsiones de Irún y Ponferrada rompieron cualquier opción de puntuar.
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Pese a las sorpresas que depara la liga semana tras semana, el rendimiento como local es el termómetro del puesto en la clasificación. La Sego es ahora, con 19 puntos en 15 partidos en La Albuera, el quinto peor local del grupo I. Los cinco equipos que menos suman ante sus aficionados son los que están en zona de descenso, salvo una excepción, la del Bilbao Athletic, que tiene solo 17 en Lezama, pero es el segundo mejor local (24) y vive en la calma de la media tabla. Su puesto lo ocupa el Amorebieta, un buen local (24) condenado por un bagaje terrible a domicilio, apenas cinco puntos en 15 desplazamientos, todos empates. Es el peor dato de la liga, pero hay otro equipo que no conoce la victoria lejos de su estadio, el Unionistas, que lleva ocho empates, pero respira cómodo porque suma más que nadie en casa (32).
Los aficionados de la Gimnástica Segoviana se preguntan por qué los equipos de la zona baja del grupo I encuentran su mes dulce, encadenando victorias, y los azulgranas no encuentran esa racha. El último turbo de la zona baja lo ha disfrutado el Celta Fortuna, que hace dos jornadas ocupaba puestos de descenso y se ha despegado hasta los 39 con dos victorias a domicilio ante equipos de la zona noble como Barakaldo y Arenteiro. Los de Ramsés Gil terminan la jornada a los mimos puntos de la salvación, cinco, pero su situación empeora, no solo porque sus rivales puntuaron, sino porque queda una jornada menos para recortar la brecha.
En un grupo con cinco plazas de descenso a Segunda RFEF hay muchos heridos, pero ningún muerto. Porque el Barça Atlètic, puso fin a una racha funesta de 12 partidos sin ganar haciéndolo ante el líder, la Cultural, algo que le permitió llegar a los 30 puntos y abandonar el farolillo rojo, que vuelve a ocupar el Amorebieta (29) tras su empate en La Albuera. Ambos acechan a la Segoviana, antepenúltima con 32. El otro movimiento entre los de la zona roja lo firmó el Sestao, que hizo honor a su etiqueta de buen visitante y goleó en Tajonar al Osasuna Promesas (1-5) para llegar a los 34, por 35 de los navarros, el último equipo que perdería a día de hoy la categoría.
La victoria del Celta deja al Real Unión como el equipo que marca la permanencia con 37 puntos, una mala noticia para la Sego, que tiene perdido el average con los vascos. Justo por encima está el filial vigués, empatado a 39 con el Lugo. Son los dos próximos rivales de los azulgranas, que juegan el domingo (15:30 horas) en el Anxo Carro y reciben siete días después al filial vigués. El duodécimo, Tarazona, ya está en los 40. Mientras, el Ourense sigue a lo suyo: el colista de las primeras jornadas lleva cuatro victorias en las últimas cinco jornadas y es octavo, a dos puntos del 'play off'.
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Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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