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Las aguederas de la provincia honran a la Virgen de la Fuencisla con su romería
Ataviadas con los trajes tradicionales de cada zona, cientos de mujeres han recorrido el camino del Acueducto de Segovia al santuario
El Acueducto era el punto de encuentro este domingo. Al mediodía, aunque antes ya había empezado el revuelo por ponerse en el sitio correcto de ... la fila. Cristina dirigía las operaciones, papel en mano para consultar el orden y poniendo a la cada agrupación en su lugar, con una sonrisa de agradecimiento por no faltar a la cita y con palabras de ánimo y vítores. Las mujeres de distintas generaciones han ido llegando con sus trajes tradicionales que sacan en los momentos especiales como este en el que se juntan para peregrinar desde el Azoguejo hasta el Santuario de la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia.
Van ataviadas con sus manteos negros y rojos (y amarillos, dorados o azules), los jubones blancos y los chalecos de ricas botonaduras, algunas con la montera de alcaldesa. Portan sus estandartes que identifican su origen. Allí, a los pies del monumento, se han congregado las aguederas de los barrios de Segovia capital -San Lorenzo abriendo el paso, San Millán, Santo Tomás, Santa Eulalia, Nueva Segovia, El Salvador, San José y San Frutos- e intercaladas entre ellas las venidas de distintos pueblos de la provincia: Bernardos, Cantalejo, Sotosalbos, Villalba, Escarabajosa de Cabezas, Fuentepelayo, Martín Miguel, Abades, San Rafael, La Estación del Espinar, del propio Espinar, Cuéllar, Sanchonuño, Nava de la Asunción, Coca, Aldeanueva del Codonal, La Granja, Valsaín, San Cristóbal de Segovia, Martín Muñoz de las Posadas, Sacramenia y Cantimpalos, que cerraban el cortejo.
Las agrupaciones de aguederas de la provincia han renovado así la tradición romera que empezó a mediados de la década de los años noventa con la intención de reunirse el segundo domingo de cada mes de mayo y bajar a la Fuencisla para venerar a la Virgen. Cada año, rotan las alcaldesas y las sedes que llaman a este corto y festivo peregrinaje que les conduce al santuario para honrar a Nuestra Señora con flores, frutos y dulces que también han repartido a los curiosos que se han arremolinado en torno a la fila.
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Muchos turistas se preguntaban por la celebración sin dejar de enfocar con sus cámaras el colorido desfile de trajes típicos que estas mujeres miman y conservan para lucirlos en ocasiones como esta, como muestra de respeto y cariño a las mujeres que las precedieron, a sus madres, abuelas... y que bordaron buena parte de la indumentaria que visten con orgullo.
Durante la romería hasta llegar al Santuario de la Fuencisla y realizar la ofrenda de flores cantan a 'La chica segoviana' al son que marcan el dúo infalible de la dulzaina y el tamboril; comparten bollos; beben vino dulce para entrar en calor, y comentan unas con otras los detalles que diferencian cada traje en función de la zona de la provincia a la que representen las aguederas que los visten.
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