![Valeria Ros, en el centro, tras la lectura del pregón.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2025/02/09/aguedas-oscar-costa-58-U2201823307750h3-U230807517594JXD-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Zamarramala volvió a brillar con motivo de la fiesta de Santa Águeda. Las zamarriegas vistieron sus mejores galas para recibir a los galardonados del año, en esta ocasión personajes televisivos muy populares que agradecieron fervientemente tan singular distinción. «Si me hubieran dado el premio al hombre malo no hubiera molado nada», dijo Ion Aramendi, presentador del programa 'Reacción en cadena', de Telecinco, cuando recibió el título de 'Ome bueno e leal' de manos de las alcaldesas de Zamarramala, Sara Palomo y Mónica Arévalo. Aramendi, que acudió a Zamarramala acompañado de su familia, subrayó la «alegría» de participar en una fiesta «tan tradicional y maravillosa».
La presentadora de Antena 3 Noticias Sandra Golpe recibió el 'Matahombres de Oro', premio grande de la celebración. En su discurso, la periodista agradeció a las alcaldesas haber pensado en ella para el galardón y mencionó la importancia histórica de Zamarramala y Segovia. También dio las gracias en nombre de su equipo, mayoritariamente femenino, y resaltó la necesidad de romper el «techo de cristal» para futuras generaciones, con la esperanza de ver a «una presidenta del Gobierno» surgir de Zamarramala.
La periodista mostró su orgullo por recibir el título principal de una fiesta que «tiene casi 800 años de historia» y que en anteriores ediciones han recogido mujeres como Ana Belén, Carmen Posadas o Nieves Herrero. «La lista que me precede es apabullante y para mí es un honor estar hoy en este día grande de Zamarramala», dijo. Golpe también se acordó de su madre y sus abuelas y dio las gracias por pertenecer a una generación de mujeres que «hemos crecido en una igualdad más real, aunque todavía quede camino».
Igualmente feminista se mostró la monologuista Valeria Ros, que actuó como pregonera mayor de la fiesta de Santa Águeda. «No existe mayor honor que hablar en una fiesta en la que las mujeres son protagonistas», señaló. La comediante se describió como una «excelente fiestera» y manifestó su felicidad por estar en Zamarramala; además, destacó la importancia de mantener viva la historia local y la unidad vecinal, e invitó a todos los presentes a dejar a un lado las preocupaciones y disfrutar de la música y la alegría, con un guiño humorístico a la figura de Santa Águeda y la relevancia de las mujeres en la sociedad. «Vivan las mujeres en este día en que son las protagonistas, sin olvidar que también son protagonistas todos los días en sus casas. No hay papel secundario: las mujeres somos prioridad», exclamó en medio de los aplausos.
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Ana María Criado
Fue una mañana feliz. Empezó con negros nubarrones y un calabobos que hacía presagiar lo peor, pero la lluvia fina acabó respetando el acto central y buena parte de las danzas que interpretaron los integrantes del grupo Emperador Teodosio, que amenizaron la espera durante la misa mayor y la procesión. Los actos habían comenzado a las once y media con el Juego de Banderas y el Baile de las Alcaldesas a la entrada de la población. Sara Palomo y Mónica Arévalo, centro de atención, danzaron delante de todo el Concejo de Aguederas, del alcalde de Segovia, José Mazarías, y de numerosos miembros de la corporación municipal. Sobre la una y media dio comienzo el acto central en el tablado instalado en la plaza de las Alcaldesas, que estaba abarrotada de público. La lluvia había cesado y hacía buena temperatura. Enfrente habían colocado ya el pelele, sentado sobre su trona de hierro, para morir achicharrado en la hoguera. Antes de la entrega de los galardones mayores, fueron nombradas aguederas honorarias y perpetuas Ana Santos Galán, Angélica Muñoz Pascual, Chelo Iglesias Seco, María Esther Martín Gómez y las alcaldesas del año pasado, Laura Gil Pascual y Patricia Merino Gil.
Lo religioso y lo profano se mezclan en esta fiesta de las alcaldesas de Zamarramala que hunde sus raíces en remotas tradiciones. Cuenta la leyenda que desde el siglo XIII las zamarriegas gozan del privilegio de mandar «una vez al año» después de que los tercios segovianos reconquistaran el Alcázar, en poder de los sarracenos, poniéndolo a disposición de los reyes de Castilla.
La fiesta de Santa Águeda también se desarrolló en el barrio de San Lorenzo, en Segovia, así como en poblaciones como Tabanera del Monte, Valverde del Majano, El Espinar, Garcillán, Veganzones, Cantimpalos, Valsaín, Fuentepelayo o Cuéllar.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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