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La provincia de Segovia cierra el 2022 con las cifras de agresiones al personal sanitario en máximos históricos. Los centros de salud y el Complejo Asistencial anotan 32 incidentes violentos, el dato más alto desde 2009, cuando empezaron los registros. Los sindicatos representativos del sector ... atribuyen esta situación al empeoramiento de las listas de espera de más de 180 días, a la vez que Sacyl detalla como principal causa desencadenante la disconformidad en la atención que perciben los pacientes.
La pandemia ha agravado la crispación entre la población relativa a la atención sanitaria, que ha provocado el aumento en un 14,3% de las agresiones a los profesionales respecto al año pasado. Aunque los datos se recogen a fecha de 30 de septiembre, fueron publicados estos días por el Observatorio de Castilla y León, lo que ha sumido a los profesionales en una gran preocupación. Precisamente, 37 trabajadores han sufrido algún ataque verbal o físico, cifra que también se incrementa hasta un 8,8% en comparación con 2021 y que se duplica si se analizan los registros de 2009.
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«Es una situación alarmante», asegura la coordinadora de Sanidad de CC OO en Segovia, Sandra Blanco, una preocupación que comparte con organismos del sector. A su juicio, la violencia crece del mismo modo que se engrosan las listas de espera debido a la «falta de personal que hay en todas las categorías profesionales», lo que conlleva a la «insatisfacción» de los usuarios. «Solo hay que imaginarse a una persona que tiene un problema de salud y le dan un plazo mínimo de seis meses para atenderle», critica.
La secretaria provincial de Organización de Servicios Públicos de UGT en Segovia, Maribel Solana, añade un motivo en un intento de explicar esta subida de las agresiones. «En las zonas rurales hay personas mayores que tienen severas dificultades para concertar una cita previa en Atención Primaria y tan solo disponen de un contestador automático como alternativa para solucionarlo», sostiene. «En caso de que lo consigan, la primera cita se la dan en diez días, por lo que deciden acudir a Urgencias, cuyo servicio se colapsa», lamenta.
A su vez, esta decisión de acudir directamente al Hospital podría ser la razón del cambio de paradigma por el transvase de las agresiones de los centros de salud a la atención especializada. «Toda la atención de la provincia se concentra en el complejo asistencial, y su servicio de Urgencias no tiene capacidad suficiente para hacer frente a tanta demanda», lamenta Blanco. A ello se suma «la vuelta al modelo presencial», según puntualiza la secretaria provincial del sindicato de enfermería Satse, Miriam Rubio.
17enfermeras han sido víctimas de al menos una agresión en la provincia de Segovia. Es la categoría profesional que más ataques registra.
El presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Graciliano Estrada, defiende que el aumento también tiene su origen en la incentivación a denunciar las agresiones. Pero Rubio alerta de que los sanitarios aún se encuentran en una fase de concienciación en la que todavía «no todos denuncian». Ejemplifica con los ataques verbales, los mayoritarios, «a los que muchas veces no se da importancia». Pero también hace hincapié en el temor a posibles represalias, por lo que pide menos obstáculos «burocráticos» y mayor seguimiento de los incidentes. «El teléfono que el personal tiene a disposición para recibir asesoría jurídica de Sacyl es un '902', de pago», concreta.
El personal de enfermería lidera los ataques recibidos al sumar 17 casos. Le siguen los médicos, con 14; los celadores, con tres; el personal administrativo, con dos; y los técnicos auxiliares de enfermería, con uno. «Las principales víctimas son las que más atención directa tienen con los pacientes», indica Solana. Esto está estrechamente relacionado con que las agresiones a mujeres sean más numerosas que a hombres. «Es indiscutible que el colectivo de enfermeras está feminizado y además está muy presente el sesgo de género, ya que los asaltantes atacan a los que parecen más débiles, aunque en la realidad no sea así», matiza Rubio.
Respecto al área que concentra más incidentes, sobresale la especialidad de Psiquiatría, que ha anotado un mayor repunte de violencia. Los problemas de salud mental se han disparado tras la pandemia y «el diagnóstico a veces es tardío», determina la representante de UGT. Las principales causas de agresión que recoge el último registro son, además de la disconformidad en la atención, las demandas del usuario, trastornos y conductas problemáticas, desacuerdo en el trato, tiempo de espera y adicciones.
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Las agresiones, que se concentran en los primeros meses del año, son mayoritariamente verbales, aunque preocupa el aumento de las físicas, que casi se han duplicado respecto a 2021. Esto trae consigo graves consecuencias. «El miedo desencadena en bajas psicológicas», lamenta Rubio. De hecho, el presidente del Colegio de Médicos incide en que la profesión de los facultativos cuenta con una de las tasas más altas de 'burnout', el «síndrome del trabajador quemado». Según advierte, esto repercute «notablemente» en el rendimiento y desarrollo de su labor.
El perfil de las agresores es desconocido. «Puede ser muy variable», manifiesta Estrada. Lo que sí está claro es que «tenemos que luchar contra esta lacra, en ningún caso se pueden perder las buenas formas», hace hincapié. De este modo, apela a la educación y comprensión, mientras que la portavoz de Satse solicita un «mayor apoyo» al personal sanitario.
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