Segovia

Abades gana a la Iglesia la lucha para inmatricular dos de sus ermitas

Las alarmas saltaron en la última semana de febrero, cuando se conoció un edicto notarial mediante el que el obispado ponía en marcha la inmatriculación de la ermita de la Virgen de los Remedios, además de la de San Sebastián, junto al cementerio. La firma de este acta conllevaba que estos bienes pasarían a pertenecer a la diócesis de Segovia. «Creíamos que era lo que teníamos que hacer, no hemos hecho nada malo», aseguró el responsable del Ecónomo Capitular, Rafael de Arcos.

La noticia pronto llegó al Ayuntamiento, lo que rápidamente corrió de boca en boca entre sus más de 850 vecinos. Incluso se organizó una reunión para informar sobre lo sucedido a la población, en la que muchos coincidieron en su malestar y propusieron una recogida de firmas en contra del proceso. Rodríguez calcula que en tan solo cuatro días se han conseguido 590 rúbricas.

La diócesis se hizo eco de la inquietud del pueblo y dio un paso atrás en su pretensión. «Por ahora se deja como está; es para que haya más tranquilidad», especificó De Arcos. La regidora ya era conocedora de esta decisión, pues ha mantenido varios encuentros con la institución religiosa, donde el diálogo ha sido «fluido y constructivo», coinciden ambas partes. Pero hasta que «las cosas no se ven» -ante un notario, en este caso-, la prudencia ha sido la tónica general en cada una de sus acciones.

El equipo de gobierno ya había recabado información sobre las distintas fases de construcción y conservación de la ermita de la patrona de la localidad, que cuenta con un gran valor sentimental, cultural y religioso para los habitantes. Según explicó Rodríguez, el templo se construyó en el siglo XV en unos terrenos del entorno conocido como 'Perecojo' que fueron donados por los residentes.

Los abaderos también participaron en su edificación y, sobre todo, en las rehabilitaciones, que han corrido a cargo del Ayuntamiento o las cofradías, que «hacen un importante esfuerzo para mantenerla», reconoció el ecónomo. «Son ellos los que han recuperado los inmuebles, es algo que se conocía desde siempre, por lo que no se entendía muy bien la inmatriculación por parte del obispado«, apostilló la alcaldesa.

También tenían previsto presentar alegaciones si el procedimiento seguía adelante. No ha hecho falta, pues el asunto ha quedado zanjado. «Era la mejor solución para todos», resumió Rodríguez, que a su vez agradeció «la buena disposición y la sensibilidad final que ha mostrado el obispado por entender el malestar ocasionado en el municipio».

La pradera verde que rodea la ermita de la Virgen de los Remedios es un escenario habitual de paseos y encuentros familiares, y custodia la huella de diferentes generaciones. Es un lugar de peregrinación habitual para los vecinos de la comarca, a pesar de estar a casi dos kilómetros del casco urbano de Abades. Cada año acoge la romería de Cuatrojunio. «Por la mañana se dice misa, por la tarde se baila y se merienda, hay música y fiesta», se enorgulleció uno de sus fieles participantes, Vicente del Pozo.

Es un templo «bastante importante», y defiende su registro a nombre de de Abades «como ha sido toda la vida». La misma opinión compartió Andrea Díaz, que llegó hace más de medio siglo al municipio y se muestra aliviada de que «todo se haya arreglado». Hay quienes incluso se han sumergido en la historia de la ermita por medio de documentos antiguos, como es el caso del trabajador municipal Gregorio Ituero. «Es un paso muy importante para la localidad y también para muchos otros pueblos en los que la diócesis ha hecho lo mismo«, matizó.

Las aguas parecen haberse calmado. Aunque la inmatriculación sigue siendo la conversación más popular entre los límites de Abades, ya «estamos más tranquilos», añadió. «Menos mal que han reculado, pues ha habido mucho disgusto», pronunció en este sentido Isabel Bernardos. «Es nuestra patrona, ¿cómo se va a quedar el obispado con una cosa que es algo de todos los vecinos?», insistió.

Algunas voces discordantes, que han preferido mantenerse en el anonimato, lamentan el revuelo que se ha producido después de años en los que «nadie ha hecho nada» por aclarar la propiedad del edificio. Según las fuentes consultadas, algunas personas habían dejado de asistir a la iglesia con motivo de la polémica. La alcaldesa hace un llamamiento a «olvidarnos un poco de esto e intentar que las cosas vuelvan a su cauce».

Los vecinos se muestran a favor de mantener el culto en el espacio religioso, de ahí que haya un mar de dudas sobre si será necesario firmar un convenio o cesión a la parroquia. «Habrá que ver qué decisión se adopta», explicó la alcaldesa. En cualquier caso, será un hecho que habrá que abordar en el futuro.