Segovia

Los 159 filmes rodados en un siglo de cine

El cinematógrafo llegó a Segovia a finales del siglo XIX, pero el clima bélico hizo que las producciones pasaran desapercibidas. Los circos Paris y Colón tenían la patente del artilugio en aquellos años, un fenómeno social muy distinto a las grandes salas posteriores: eran proyecciones itinerantes en lugares propios de la oligarquía segoviana como el Casino de la Unión que posteriormente llegaron a un público más amplio a través de barracas de madera móviles.

El paso de los años elevó el número y la calidad de estos espectáculos ambulantes. Era cine mudo, con textos dentro de la propia imagen que servían de explicación. La aparición de sonidos, desde actores a explicadores, popularizó el arte a capas más amplias y rompió la barrera de la alfabetización. La primera sala fue el cine Reina Victoria, inaugurado en 1907, que no echó raíces porque aquello era un arte nómada. Los teatros Juan Bravo y Cervantes ampliaron considerablemente el aforo de lugares que hasta entonces eran minúsculos. Ambos se sumaron pronto al cine sonoro.

La provincia no tardó en recoger el guante y nacieron modestas salas en Abades, San Rafael, Fuentepelayo o Bernardos. Sepúlveda sumó a su Teatro Bretón y La Granja de San Ildefonso el Teatro Infanta Isabel, así como el Cine Imperial de Carbonero el Mayor o el Cine Capitol de Riaza. El ocio rural no permitía proyectar todos los días de la semana, así que las proyecciones ambulantes conservaron su espacio.

Las productoras no tardaron en usar la provincia como rodaje por su meteorología o la identidad castellana. El primero fue en 1898, obra de Antonio Sanchís: 'Batallón de los alumnos de Artillería al salir de misa de la Iglesia de San Miguel'. La descripción era más importante que un título llamativo. El primer film de ficción llegó en 1923: 'Don Juan y Fausto', una película francesa. Un año después, Pedraza acogería 'La barraca de los monstruos' y El Espinar, el documental 'Una boda en Castilla', una recreación fiel al título. Florián Rey, uno de los principales productores del cine mudo español, rodó en varios enclaves naturales.

La Guerra Civil sirvió de escenario para los noticiarios británicos o franceses, que grabaron en el frente de Guadarrama: lugares como el Alto del León, San Rafael o Coca. El apoyo estatal de la dictadura franquista se tradujo en producciones como 'El Abanderado', una historia de espionaje durante la Guerra de Independencia con escenarios de Pedraza. El Nodo, el informativo propagandístico del régimen, recogía recepciones a personalidades en Segovia. 'Tres historias de amor' fue la primera película extranjera de ficción con sonido en la provincia.

La limpieza internacional que hizo Estados Unidos del Franquismo permitió el desembarco del cine internacional y Hollywood llegó con plenos poderes. Orson Wells puso a la provincia en el mapa cuando rodó 'Mr Arkadin' en Pedraza, así como 'Campanadas a medianoche', también ambientada en La Granja. Rodajes de grandes dimensiones, en cuanto a medios y personal: Cary Grant, Sophia Loren y Frank Sinatra. 'El Cid' hizo parada en la Ermita de Juarrillos y 'La Caída del Imperio Romano' levantó una fortaleza romana en Valsaín.

Había más producciones nacionales con directores como Carlos Saura, pero no competían en impacto económico con las estadounidenses. Así llegó 'Camelot', con el Castillo de Coca de fondo. O 'Patton', que se valió de Valsaín para simular las Ardenas. 'Excalibur' y 'Conan, el Bárbaro' sacaron partido de la sierra. 'Operación Cóndor', conocida como «la película de los chinos», llevó explosiones y persecuciones de coches a las calles de La Granja. De ahí a la proliferación de producciones contemporáneas, con las escenas de 'La Casa de Papel' en la Iglesia de San Frutos o en el Pontón. Pasando por películas españolas recientemente premiadas como 'El Laberinto del Fauno', en El Espinar, o 'Tarde para la ira', en Martín Muñoz de las Posadas y Melque de Cercos.