«Hay que plantearse objetivos diarios, no pensar en mayo»

La UPSA ya ofrecía este servicio de forma presencial. Para sus alumnos, además, era gratuito. La idea al llevarlo a internet es «ofrecer atención psicológica urgente e inmediata a aquellos miembros de la comunidad universitaria de la UPSA que s sientan sobrepasados por la situación actual, a quienes sienten una ansiedad intensa, desesperanza... y que no pueden esperar a que se les de cita presencial o a que avance la lista de espera». Según la directora del SAPS «como la lista de espera es larga y hay personas que están desbordadas y no pueden esperar tanta tiempo a ser atendidas, de ahí que habilitemos esta atención urgente».

Las sesiones por videoconferencia comenzarán el lunes, pero María Ángeles Gómez ya se imagina qué tipo de problemas abordarán. Sospecha que habrá «síntomas de ansiedad por esa sensación de no poder controlar lo que ocurre, de no saber cuándo acabará. La sobreinformación genera miedo. También está esa sensación de no poder dormir bien, inquietud...». La experta cita además los casos de alumnos que no han vuelto a sus casas porque tienen miedo de contagiar a sus padres o abuelos a estudiantes que se han quedado solos en sus pisos. «Estas personas son muy vulnerables porque están fuera de su entorno habitual». Y ya al margen del ámbito académico, cree que los mayores que vivan solos y quienes hayan perdido a alguien por el Covid-19 sin haber podido acudir a su funeral «pueden sufrir problemas emocionales» por esta experiencia.

La atención psicológica por videoconferencia está pensada para la comunidad universitaria, pero «si vemos que el goteo de personas es manejable y se puede ampliar, quizá se abra a la población general». Por ahora está limitada a estudiantes de la UPSA.

La pregunta que todo el mundo le plantea es cómo hacer más llevadera la cuarentena y las horas en casa. María Ángeles Gómez sugiere crearse una rutina. Los días de diario, aunque sean con teletrabajo, parecen más llevaderos «pero el fin de semana nos relajamos y parece que pasa más factura emocional que el resto de la semana. Quizá también habría que planificar el fin de semana. Que el día transcurra y pensemos qué vamos a hacer después ayuda a nuestro estado de ánimo. Hay que plantearse objetivos diarios, no pensar en qué va a pasar a finales de abril o en mayo, sino en el día a día. Porque no hemos acabado el primer estado de alarma y ya tenemos otro, así que si pensamos en el futuro desesperaremos. Si el objetivo es más inmediato, tendremos más sensación de control. Pensar en el hoy y el mañana y que las energías se ciñan a eso».

En esta línea, también cree que hay que 'desconectar' un poco de la realidad y dedicar tiempo «a cosas que nos hagan sentir bien, retomar conversaciones sobre otras cuestiones, sobre todo si hablamos con personas mayores o más vulnerables». Otro consejo podría ser «aprovechar para ver películas que nos gusten, ordenar fotos de cuando estábamos mejor, recordar las mismas sensaciones... cuando nos rodeamos de cosas alegres el estado de ánimo mejora».

Por eso mismo cree que la idea de aplaudir desde los balcones puede ser muy beneficiosa. Los participantes «ven que no están solos. Se fomenta la sensación de comunidad. Es una rutina que ayuda a marcar los días, hablamos con los vecinos... Y eso está muy bien».