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Coronavirus en Salamanca: «En los momentos duros es cuando más hay que estar y arrimar el hombro»

«En los momentos duros es cuando más hay que estar y arrimar el hombro»

Tres terapeutas decidieron 'encerrarse' hace un mes con los residentes en la Comunidad de Proyecto Hombre Salamanca

ROSA M. GARCÍA / WORD

SALAMANCA

Viernes, 10 de abril 2020, 11:55

«Hay que estar cuando hay que estar y ahora tocaba. Creo que es cuando hay que arrimar el hombro y considero que también es educativo y terapéutico para quienes están haciendo este proceso, que vean que la gente no los deja, que en los momentos duros es cuando más estamos». Manuel Muiños, presidente de Proyecto Hombre Salamanca-Fundación Alcándara, se expresa así cuando alude a cómo viven el confinamiento por la alerta sanitaria en uno de sus centros.

Desde hace casi un mes conviven en la Comunidad Terapéutica una treintena de personas: los residentes, junto con una educadora, un terapeuta y él. Unos días antes del inicio del estado de alarma, ya tomaron medidas para evitar posibles contagios. «Lo que hicimos fue cerrar la Comunidad por dentro con los chicos que estaban residiendo en ese momento y los tres estamos con ellos desde hace 28 días. Dejamos de tener servicio de voluntarios para evitar posibles contagios y a partir de aquel viernes ya empezamos a no salir de aquí. Ahora estamos estupendamente; no hay ningún caso positivo y ojalá no llegue», comenta Muiños.

El 'encierro' es un «esfuerzo añadido», pero «lo compensamos con la satisfacción de ver que ellos están bien»

A las personas que estaban en el centro «sí les ha sorprendido el planteamiento del encierro, pero gratamente, ya que se trata de salvaguardar en la medida de lo posible el contagio y si están entrando y saliendo terapeutas siempre es un factor de riesgo y somos personal de riesgo».

El proceso terapéutico, explica, se mantiene igual, porque «al estar tres personas aquí, mantenemos la dinámica habitual de lo que es el programa y lo único que varía, lógicamente, es que los fines de semana ellos no tienen salidas ni visitas y tampoco los que están en la última fase cuentan con actividades deportivas, de ocio y tiempo libre, formación, etc., que se han tenido que suspender». Lo que más les cuesta, añade, son las visitas y las salidas, ya que «están aquí y piensan en los que están fuera, en sus familiares. Algunos han perdido a su abuelo o a su abuela, hay chicos que tienen a sus padres en Madrid, y eso les genera cierta angustia y temor, por lo que hay que trabajar un poco más todo esto».

Entre los tres que los atienden «llevamos perfectamente la situación, porque ellos mismos están muy colaboradores; sorprendentemente, han encajado la situación, la entendido muy bien y están en una actitud de colaborar». Por eso, «dentro de la dificultad, es muy positivo el comportamiento y cómo han entendido y asumido la situación que nos toca vivir en este momento», afirma Muiños.

«Dentro de la dificultad, es muy positivo el comportamiento y cómo han entendido y asumido la situación»

Una situación que no es fácil, «pero ellos han visto que su proceso no se ha parado, sino todo lo contrario, se vive mucho más intensamente, porque los terapeutas estamos aquí de continuo, no es lo mismo que cuando estaban la jornada laboral y se quedaban después los voluntarios. Al estar nosotros todo el tiempo, se hace un seguimiento mucho más intenso y ellos lo ven y lo valoran».

Se sienten afortunados, porque el centro cuenta con «un espacio de finca, que nos permite poder salir cuando hace bueno, dar un paseo o estar en el jardín».

Este 'encierro' para ellos tres supone «un esfuerzo añadido», sin embargo, «lo compensamos con la satisfacción de ver que están bien». Ha pasado ya casi un mes «y nos da más tranquilidad», pero siguen manteniendo la distancia de seguridad, una higiene constante, ponen en cuarentena los alimentos no perecederos, no entra ningún envase en el centro, etc. «Hay que andar con pies de plomo, porque no estamos libres, pero estamos poniendo todos los medios a nuestro alcance para que no entre, porque nos complicaría mucho la existencia», concluye.

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