Casi la mitad de los quioscos de la vía pública han cerrado en los últimos años

«Algunos de ellos permanecen en la calle pero están cerrados, a la espera de que alguien apueste por el negocio, u otros ya no venden prensa», detalle este responsable, que creó la asociación hace ya 22 años, en los que han tenido que luchar mucho para que este tipo de negocios puedan seguir abriendo cada día. Jesús González enumera algunos de los quioscos históricos que han desaparecido en los últimos años y que los salmantinos conservarán en su retina, como el ubicado en El Corrillo, en la plaza del Poeta Iglesias, dos en La Alamedilla, en Puerta Zamora, la plaza de Carmelitas, o en la plaza de la Fuente, reconvertido en expositor de libros, entre otros. Y esta crisis del sector también golpeó a los quioscos de calle de los barrios, como en Pizarrales, en El Rollo o en el parque de Garrido. La lista es extensa, a la que se sumarán alguno más por motivo de las jubilaciones de sus propietarios.

A la hora de buscar los motivos de este declive se apuntan varios, como subraya el responsable de la Asociación de vendedores de prensa: «El sector está mal y se está cayendo hace ya tiempo, la caída de la venta de prensa lo achacan a las nuevas tecnologías pero creo que todavía el papel tiene un recorrido y su público», añade.

González Rodríguez reconoce que notaron un descenso de ventas con el inicio de la crisis, en el año 2008, cuando los consumidores se vieron obligados a recortar sus gastos del día a día, entre ellos, la compra del periódico o revistas. Además, en la última década llegó el auge de las nuevas tecnologías y el uso de los teléfonos móviles, «han influido estos años, al igual que la falta de dinero, y el hecho de que los jóvenes no compran periódicos». Este receso de ventas no solo lo han notado los quioscos a pie de calle sino también los ubicados en locales que también pertenecen a esta asociación provincial. En la actualidad cuentan con unos 70 asociados, pero antes de la crisis llegaron a ser unos 150, según recuerdan desde esta asociación.

A la crisis y las nuevas tecnologías se sumaron otras circunstancias que golpearon al sector, «como por ejemplo, que dentro de un mismo periódico vendan otros de gran tirada», que según Jesús González, les supone perder 30 céntimos por ejemplar.

Más allá de estas realidades, la falta de relevo generacional también marca a este sector, como subraya el presidente de los vendedores de prensa, «en los últimos cinco meses se han cerrado varios por ese motivo». Cuando uno de los quioscos de calle cierran el siguiente paso es intentar que se reabra el mismo negocio, pero como también describe Jesús González, no es sencillo, «las fianzas y avales que piden las distribuidoras son muy altas, de hasta 10.000 euros, pero en los últimos años desde la asociación hemos conseguido que se bajen, hasta los 1.000 o 1.500 euros en algunos casos».

Para reflotar este sector, este responsable cree que es necesaria una apuesta, y también por parte de las administraciones públicas, ya que como aseguran, «no recibimos ninguna ayuda pública, y vendría bien por parte del Ayuntamiento, porque nosotros ya casi somos no vendedores sino que también aportamos información al ciudadano, porque nos preguntan a nosotros».