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RICARDO RÁBADE / WORD
SALAMANCA
Lunes, 30 de marzo 2020, 11:35
Un total de 30 voluntaria hacen posible diariamente la encomiable y desinteresada labor que lleva a cabo el Teléfono de la Esperanza, que cuenta en la capital salmantina con un local en el Paseo de San Vicente que fue cedido por la Diputación provincial de ... Salamanca en el año 2018
Desde el estallido de la crisis social, económica y humana que ha provocado la alarmante propagación del temible y mortífero Covid-19 en nuestro país, el Teléfono de la Esperanza no deja de recibir llamadas de preocupación y desesperación por parte de la ciudadanía salmantina. Así lo atestigua la presidenta del Teléfono de la Esperanza en Salamanca, Carmen Igea, quien resalta que «hemos notado un aumento de las llamadas que nos hace la gente desde que empezó todo esto». Porcentualmente Carmen Igea se muestra prudente a la hora de cuantificar este incremento en el número de comunicaciones, aunque recalca que «han subido bastante, porque nos están llamando muchas personas que tienen miedo por lo que está pasando».
Entre estas peticiones de ayuda y apoyo figuran los casos de aquellos autónomos que «están viviendo una situación muy dura, porque no saben qué va a suceder con sus negocios». Se trata, según describe Carmen Igea, de «llamadas de desesperanza, de ansiedad, de angustia y de miedo ante el futuro y también de personas que temen que se van a quedar sin trabajo». Además, están surgiendo nuevos perfiles entre los usuarios del Teléfono de la Esperanza, como ocurre con «esos padres que nos llaman totalmente estresados y angustiados porque están confinados en casa con sus hijos y éstos no quieren hacer los deberes». Esta problemática se acentúa todavía más si estas familias residen en casas pequeñas con pocos metros cuadrados, donde la convivencia se ve especialmente dificultada y resulta muy complicada, algo que no sucede en domicilios más espaciosos.
Consejos y recomendaciones
Carmen Igea especifica que, en términos globales, se detecta un ligero predominio de las féminas sobre los varones en las llamadas que atienden los voluntarios del Teléfono de la Esperanza. «Llaman un poco más las mujeres que los hombres, pero ahora nos están llamando todo tipo de personas, que están muy preocupadas por lo que está sucediendo y también nos llaman personas mayores que viven solas y que ahora no les puede visitar nadie».
Otro de los datos a resaltar es que el Teléfono de la Esperanza presta su servicio las 24 horas del día. Además, las llamadas se han desviado para que los colaboradores las atiendan desde sus casas. Los voluntarios, muchos de ellos jubilados, están plenamente preparados para ayudar a aliviar las inquietudes de quienes recurren a este servicio,
Si en Salamanca ya se ha detectado un incremento de llamadas por culpa de la crisis del Covid-19, en otras provincias esta tendencia ha sido muy acentuada, tal como se recoge en la información publicada por el Teléfono de la Esperanza de España en su página web. En la misma se indica que la ansiedad y la soledad siguen siendo los principales motivos de las llamadas, que en estos días, debido al confinamiento por la crisis del Covid-19, se han duplicado en mucho lugares de España. «Suelen llamar preocupados por tantas noticias sobre el coronavirus, por temor a padecer la enfermedad y por la soledad que implica estar en casa sin poder salir y hablar con nadie. Por eso nos llaman, así se sienten más acompañados», dice un voluntario del Teléfono de la Esperanza de Madrid.
En Sevilla por ejemplo, las llamadas se han multiplicado por dos. De las 76 contabilizadas en la capital hispalense durante la semana del 2 al 8 de marzo, se pasó a 147 en la siguiente.
Preguntas y respuestas
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Elena Martín López
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