![La temporada más canaria del Real Valladolid](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/12/06/canarios-kYsG-U2302247543227MH-1200x840@El%20Norte.jpg)
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José Miguel Ortega
Viernes, 6 de diciembre 2024, 19:14
No han sido muchos los jugadores canarios que han militado en las filas del Real Valladolid, por eso llama más la atención lo ocurrido en la temporada 1972-73, con Santiago Gallego de presidente y el equipo en Segunda División.
El fichaje más relevante fue el del entrenador, José María Martín, exjugador del Deportivo de La Coruña, F.C. Barcelona, Atlético de Madrid y Valencia y técnico de prestigio con experiencia en primera y segunda división. Fue muy bien recibida la noticia de su contratación, aunque los aficionados esperaban también algún fichaje que reforzase la plantilla y diera fuerza al deseo expresado por el presidente: volver a Primera.
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Si bien es cierto que en la plantilla blanquivioleta había jugadores con talento y futuro muy interesante –Lorenzo, Cardeñosa, Landáburu y Fede– no lo es menos que también hacían falta refuerzos de nivel para afrontar una temporada larga y dura. Pero la verdad es que solo llegaron tres fichajes, o más exactamente tres cedidos jóvenes que procedían de la cantera de la Unión Deportiva Las Palmas: el defensa Menchu, el centrocampista Melián y el delantero Bosmediano.
A los aficionados les sorprendió mucho aquella operación ya que tampoco Valladolid y Las Palmas eran clubs cercanos y afables en sus relaciones muy escasas y tampoco existía una gran amistad personal entre los dos presidentes, Santiago Gallego y Juan Trujillo. Pero sea como fuere, los tres jóvenes futbolistas canarios llegaron juntos al Valladolid cedidos por una temporada y presentados en el domicilio social del club, que estaba en el número 3 de la calle Angustias, enfrente del templo y al lado del teatro Calderón.
Federico Melián era el más joven de los tres, 21 años, y ya había jugado algunos partidos en Primera División con el equipo insular. Se hablaba de él como de una figura en ciernes que necesitaba foguearse para retornar a la Unión Deportiva por la puerta grande. Tenía calidad con el balón en los pies pero era blando, le faltaba intensidad y solo a base de destellos no podía hacerse con la titularidad en un equipo que tenía a Endériz, Berriozábal, Segura y Nozal en el centro del campo. Como blanquivioleta intervino en 23 partidos y marcó un gol, balance por debajo de lo esperado pese a lo cual regresó a la U.D. Las Palmas, donde estuvo cuatro temporadas en las que jugó 36 partidos. En cambio sí rindió a un nivel más alto en el Tenerife y en el Jaén, donde jugó después.
Nemesio Padrón, conocido como Menchu en los ambientes futbolísticos, tenía 28 años cuando llegó al viejo Zorrilla. Podía jugar indistintamente en la zaga y en el centro del campo, pero José María Martín le utilizó como defensa en los 15 encuentros oficiales que jugó en Valladolid. Era fuerte y rápido pero no terminó de convencer al entrenador, que apostó por Salví, Juan Docal y Pérez García, con Delio como primer recambio.
El mejor de los tres, o al menos el que más aportó fue Bosmediano, extremo izquierdo de baja estatura pero de piernas fuertes y veloces que tenía 26 años y ya había jugado 46 partidos con Las Palmas siendo internacional con las selecciones de aficionados y olímpica. Precisamente él fue el autor del gol que dio a España la victoria sobre Holanda (2-1) en el Campeonato de Europa de Aficionados en 1970.
Aunque también se desenvolvía en la banda derecha, el entrenador le colocó en la izquierda porque confiaba más en la experiencia de Astrain, con la esperanza de que Fede pudiera recuperarse de una grave lesión –la triada– sufrida en la rodilla la temporada anterior. Así que Bosmediano jugó 38 partidos y marcó tres goles, siendo de largo el que más aportó de los tres canarios que llegaron a Pucela aquella temporada 1972-73 en la que los aficionados vibraron con el equipo, que hacía un fútbol brillante especialmente fuera de casa, donde logró muchos puntos…que después se escaparon en casa. Con un poco más de regularidad se hubiera alcanzado el ascenso, sin duda.
Antonio Rodríguez Bosmediano llamó la atención del Osasuna, equipo que igualmente militaba en segunda división y aunque también se mostró interesado el Valladolid en que siguiera, al final Las Palmas prefirió traspasárselo al conjunto navarro en el que permaneció durante 4 temporadas.
Aportación, pues, un tanto irregular la del trío de futbolistas canarios que llegaron aquella temporada a las filas del Real Valladolid en calidad de cedidos porque, como era habitual, las arcas de la entidad blanquivioleta estaban casi vacías. El equipo acabó quinto pese a lo cual los aficionados disfrutaron con el fútbol brillante y ofensivo que practicaron los pupilos de José María Martín, al que ofrecieron continuar pero le resultó más «atractiva» la oferta del Murcia.
Lo peor de aquella campaña no fue haber dejado escapar el ascenso, sino la muerte de Fede en un accidente de tráfico en el Paseo de Zorrilla, al ser su coche arrollado por otro que circulaba a gran velocidad. Testigo directo de aquel trágico suceso fue Bosmediano, que regresaba en su automóvil a casa junto a Fede, que conducía el suyo.
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David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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