Sylla encarrila el triunfo del Real Valladolid en un patatal

Las rotaciones de Pezzolano en la apretada jornada intersemanal consistieron en la vuelta de Gustavo Henrique al eje de la zaga como acompañante de Enzo Boyomo en lugar de David Torres, la presencia de Lucas Rosa en el lateral izquierdo para relevar a Sergio Escudero, la entrada de Víctor Meseguer en un superpoblado centro del campo junto a Monchu y Juric, y la reaparición de Mamadou Sylla en la punta del ataque en lugar de Marcos André, que ni siquiera viajó a Elda. Robert Kenedy también se quedó de inicio en el banquillo. En las filas del Eldense, Fernando Estévez, revolucionó el once, con cambios en todas las demarcaciones, incluida la portería, donde apareció Zubiaurre (Álvaro Aceves aún no ha debutado). Sólo Marc Mateu, Sergio Ortuño y Dumic se mantuvieron con respecto a la alineación que compareció la jornada anterior ante el Real Oviedo y que se descompuso con rapidez.

En esta ocasión, el conjunto alicantino también se mostró quebradizo desde los primeros minutos, una situación que el Real Valladolid supo aprovechar con una versión poco brillante, pero aguerrida. Una internada de Iván Sánchez en el área en el minuto 1, con un pase a Mamadou Sylla, retrató las facilidades visitantes. El Pucela se encomendó al brío de Lucas Rosa, muy activo en sus subidas por el flanco izquierdo y atento en sus quehaceres defensivos. John despejó con alguna dificultad un balón cruzado el área del Real Valladolid, pero esa fue toda la punción atacante del Eldense en la primera mitad, un equipo romo durante toda la contienda.

Sin pisar a fondo el pedal, el Pucela fue encontrando algunas opciones. Iván Sánchez rasgó con facilidad a sus pares para entrar en el área y soltar un zurriagazo que salió rozando la portería de Zubiaurre. A esas alturas, Sylla andaba agazapado, lejos de su zona de influencia, con la intención de arrastrar defensas, abrir espacios en una línea de cinco defensas locales reforzada con Capó y crear segundas jugadas. Raúl Moro percutió por la izquierda con intención pero sin eficacia y se animó a colocar algunos centros cuando vio que andaba poco filoso antes de su desafortunada lesión.

El Real Valladolid supo cómo abrir un partido enlatado. En una disputa en el centro del campo, Sylla impuso su poderío por alto y ganó la pelota para Monchu, que estuvo muy sagaz para meter un pase entre líneas que dejó al delantero en un claro mano a mano ante Zubiaurre. Dificultado por el infame estado del césped, Sylla ejecutó el disparo y el portero del Eldense llegó a rozar el balón con el guante, pero el envío del senegalés ya se había cargado de veneno y cruzó la línea de gol.

El 0-1 encarriló al Real Valladolid ante un rival con escasas respuestas sobre el campo. Con un fútbol muy espeso, el balón circulaba con lentitud. La zaga blanquivioleta no perdió la solidez y el multiplicado Lucas Rosa se encargó de apagar algunas hogueras ante Juanto Ortuño. El Pucela transitaba por el choque con cierta placidez, con Monchu y Meseguer cada vez más cerca del área rival, hasta que sobrevino la desgracia en forma de lesión. Raúl Moro aceleró en el carril izquierdo, pero cuando llegó al área notó un latigazo en la pierna izquierda y se detuvo en seco. La rotura muscular resultó una evidencia y el extremo se vio obligado a dejar su lugar en el césped a Tunde Jimoh Akinsola, demasiado alocado en su juego.

Pezzolano cambió también el ala derecha, con la entrada de Kenedy por Iván Sánchez tras el descanso. El brasileño compareció con muchas ganas y dejó detalles de calidad, pero se topó con la hostilidad de la hierba. Un balón colgado por Marc Mateu tras un córner en corto pareció condenar al Real Valladolid cuando Juanto Ortuño se adelantó a John Maciel para mandar el balón a las mallas del portero blanquivioleta. Sin embargo, el VAR detectó la mano del delantero del Eldense y el gol quedó invalidado. El Eldense tocó la corneta para asomarse más al área del Pucela en busca del empate y el Real Valladolid se guareció comandado por un gran Boyomo. John también ayudó al repeler una bola amenazante que nadie tocó y que enfilaba la portería.

Los locales desaprovecharon sus balas en ciertos cortocircuitos pucelanos, cuando el viento soplaba a favor del Eldense. Sin embargo, el Pucela resistió los embates alicantinos, Pezzolano blindó al equipo en el tramo final con línea de cinco y la entrada de Malsa en la medular. Los nueve minutos añadidos resultaron un tormento para los buenos paladares futbolísticos, con imprecisiones constantes. El Real Valladolid mantuvo el tipo para llevarse el partido por la mínima y salir reforzado en un campo de minas. No fue el triunfo más brillante, pero este equipo ya enhebra cuatro victorias seguidas. El Pucela de Pezzolano sigue con la flecha hacia arriba.