Regreso al José Zorrilla más de 500 días después

El aparcamiento aledaño al estadio, que durante estos meses había hecho las delicias de los conductores noveles, empezaba a llenarse una hora antes del inicio del partido. De los vehículos comenzaban a salir los primeros aficionados, ataviados con la equipación y los colores del Real Valladolid. Banderas, bufandas, pelucas y más enseres que habían permanecido guardados en los hogares de los aficionados durante todos estos meses. Y una novedad, las mascarillas. Un obstáculo a la hora de intentar animar a los jugadores, pero arreglado con bordados que rezan «Aúpa Pucela».

Así llegaban los primeros aficionados al estadio José Zorrilla, que se estrenaba ante su afición en el Trofeo Ciudad de Valladolid. «Estamos de vuelta», así lo expresaba Sergio Silva, como quien vuelve a casa tras unas largas vacaciones. A pesar de ello, las ganas de apoyar a los jugadores siguen siendo las mismas después de tanto tiempo. «Volver al asiento, ver el campo otra vez es algo impresionante», expresaba este joven, abonado al club desde hace siete años.

Cerca de la puerta número 11 del campo, Soraya de Juan explica que ella era una de esas niñas que disfrutaban en el ya desaparecido foso del estadio. «Venía hace muchos años con mis abuelos y poder entrar de nuevo significa muchas cosas para mí, además de hacer algo de vida normal y volver a animar a los jugadores en el campo», comenta.

Conforme avanzaban los minutos y se acercaba la hora del arranque del pitido inicial, los aficionados seguían llegando y se empezaban a formar las primeras colas, agrandadas por una separación de metro y medio entre personas. «Guardamos la distancia de seguridad, por favor» era, en ese momento, el cántico que más se repetía en los aledaños del estadio. El club había preparado un operativo para garantizar el cumplimiento de las medidas anti covid. Antes de pisar la grada, todos los aficionados debían tomarse la temperatura y hacer uso de gel hidroalcohólico si querían entrar en el campo.

Lo que no ha cambiado la pandemia son las ganas de ver fútbol, como expresaba Manuel Torrijos. «Es un alivio volver al estadio y poder disfrutar de la pasión, más en estos tiempos donde se necesita tamto la alegría». Precisamente ese era el sentimiento que imperaba entre los presentes, que volvían a ver el césped del José Zorrilla después de más de un año. «En la televisión no era lo mismo, lo intentaba vivir como si estuviera en el campo pero desde casa los jugadores no podían sentir el aliento de los aficionados», expresa Mariano López, socio del club desde hace más de 20 años. En esa misma línea se encuentra Javier Alcántara, que no se ha perdido ningún partido del equipo desde que fuera a ver el partido contra el Athletic Club hace 514 días. Él, que con esta temporada ya tiene 27 campañas en su abono, destaca las renovaciones de este año, que en pocos días ha sumado diez mil socios. «Estoy seguro de que con público no hubiéramos descendido», puntualiza.

Además de coincidir en las ganas que había de ver rodar el esférico en directo, y no a través de una pantalla, los aficionados también encontraban otro punto en común. En este caso se trataba de la organización en torno a las medidas sanitarias que se iban a adoptar en las gradas y que el club comunicó horas antes del comienzo del partido. Así, algunos asistentes al partido relataban que, «aunque son cosas que llevamos haciendo desde hace tantos meses, como llevar la mascarilla o mantener la distancia de seguridad, han tenido bastante tiempo para informar de esto».