El Real Valladolid ratifica a Pezzolano

El Real Valladolid se encuentra en una situación explosiva después de mostrar graves carencias competitivas el domingo ante un Elche que jugó con diez futbolistas desde el minuto 51. El público de Zorrilla (16.768 espectadores presenciaron el encuentro en el estadio) cargó duramente contra la labor de Paulo Pezzolano en el banquillo blanquivioleta, con gritos que se extendieron también al presidente y máximo accionista del club, Ronaldo Nazário. La tensión en la grada es máxima y amenaza con recrudecerse el próximo sábado ante el Cartagena en el mismo escenario, ya que el Real Valladolid afronta dos partidos seguidos como local en este tramo del calendario. Pezzolano ha quedado aún más tocado y su crédito se agota, al menos entre la hinchada. El club, de momento, lo mantiene al frente del banquillo.

Una de las pocas consecuencias positivas del empate a uno ante el Elche tiene que ver con la clasificación. El punto logrado ha permitido al Real Valladolid salir de los puestos de descenso a Primera RFEF, lo que supone, al menos, un alivio psicólogico a la hora de echar un vistazo a la tabla. Sin embargo, supone poco consuelo para un equipo cuyo objetivo pasa por volver a Primera División por la vía rápida. Pezzolano tiene al Real Valladolid con cuatro puntos en cinco jornadas. Real Zaragoza y RCD Espanyol andan disparados en la cabeza de la clasificación con 15 y 13 puntos respectivamente. La brecha se amplía cada semana, por mucho que la competición acabe de comenzar.

La relación entre la grada y Pezzolano está rota. El público de Zorrilla le dirigió silbidos antes de empezar el partido ante el Elche y le exigió la dimisión repetidamente y de manera masiva cuando el árbitro pitó el final del choque. Este divorcio resulta muy duro en una temporada en la que el Real Valladolid ha batido su récord histórico de abonados en Segunda División. Una de las promesas que trae aparejada un descenso es que un club como el Pucela aparecerá como uno de los equipos fuerte de la categoría y, de momento, figura en el pelotón de los conjuntos con problemas. De los tres partidos que el Real Valladolid ha jugado en su estadio, en dos de ellos (ante Alcorcón y Elche) el público ha salido muy enfadado. La desilusión va en aumento y el club no ha tomado medidas para frenarla al conceder aún crédito a Pezzolano en el banquillo. El partido ante el Cartagena del próximo sábado puede incendiar aún más el escenario si todo vuelve a torcerse.

Los números globales del entrenador uruguayo tras su llegada al Real Valladolid son paupérrimos. De los 16 partidos que ha dirigido entre Primera y Segunda, ha perdido la mitad (ocho). El público de Zorrilla sólo le ha visto ganar tres partidos como local (ante el Girona y el FC Barcelona la pasada campaña, y frente al Sporting este curso ya en la categoría de plata). Y fuera de casa, la única victoria de Pezzolano con el Real Valladolid se limita al 1-2 en el estadio del Villarreal de la campaña anterior, cuando parecía que el equipo había logrado reaccionar tras su llegada.

El equipo no es fiable ni ofensiva ni defensivamente. Ante el Elche, sólo pudo marcar a balón parado gracias a un cabezazo de Gustavo Henrique tras un saque de esquina. Y, en la segunda parte, cuando jugó en superioridad desde el minuto 51, sólo fue capaz de ejecutar tres tiros a portería. Aunque el dibujo de tres centrales permitió blindar más al equipo, el Elche supo aprovechar una mala salida de John para notar el empate y tuvo otras ocasiones en las que se vio el despiste del equipo, como la falta que cabeceó solo Nico Castro en el área en el minuto 23.

Lastrado por la confección tardía de la plantilla, Pezzolano ha utilizado ya a 25 futbolistas, con cambios en todas las demarcaciones. Sólo cuatro jugadores que aparecieron en la primera jornada frente al Sporting estuvieron también en el once inicial este pasado domingo frente al Elche (Boyomo, Escudero, Monchu e Iván Sánchez). El cambio en la portería no ha surtido el efecto deseado: John Víctor Maciel ha encajado cinco goles en los tres partidos que ha jugado como titular, con el gran lunar reciente de la mala salida que permitió el tanto de Sergio León para los ilicitanos.

El entrenador ha probado varios dibujos y alternativas tácticas: empezó con un 4-2-3-1 ante el Sporting y Real Zaragoza, con Monchu y De la Hoz como pareja en la medular, pero ante el Alcorcón dio entrada a Messeguer como pivote para formar un 4-1-4-1, en Albacete formó un 4-4-2 con Kenedy e Iván Sánchez como delanteros y frente al Elche empleó un 5-3-2 defensivo, que incluyó la primera titularidad de Stanko Juric en el centro del campo junto a Iván Sánchez y Monchu, y también la inclusión en el once del delantero Marcos André tras su deseada vuelta a Valladolid. Los bandazos tácticos son evidentes y el equipo no acaba de encontrar un patrón de juego fiable.

El estado de nervios que vive el vestuario del Real Valladolid por la crisis deportiva que atraviesa resultó visible durante el último partido ante el Elche. En su vuelta al banquillo tras cumplir cuatro partidos de sanción, Pezzolano recibió una tarjeta amarilla en el minuto 90 por realizar gestos de desaprobación al árbitro. Joni Montiel recibió dos tarjetas seguidas y fue expulsado en el 94 por protestar al colegiado. Marcos André, Raúl Moro e Iván Sánchez también recibieron amonestaciones por protestar dentro del desquiciamiento generalizado. Un triunfo ante el Elche en Zorrilla habría permitido calmar las aguas, pero el anémico empate mantiene abierta la caja de los truenos y a Pezzolano en el huracán de todas las críticas, aunque el uruguayo se mantiene en el banquillo. La situación resulta cada vez más explosiva.