El Real Valladolid se propulsa hacia la cumbre con una goleada en Lezama

Pezzolano renovó toda la línea atacante de inicio, condicionado por las lesiones y algunas decisiones tácticas. Negredo apareció en la punta del tridente, con Anuar por la derecha y el explosivo Raúl Moro por la izquierda. El recuperado Amath se quedó de inicio en el banquillo. El técnico blanquivioleta tuvo una baja en el calentamiento y Boyomo suplió a última hora a Javi Sánchez (con molestias) en el eje de la zaga. Lucas Oliveira se mantuvo como pivote por delante. En el Amorebieta, Jandro Castro alineó el mismo once que ganó al Levante a domicilio, con Eneko Jáuregui en punta y Dorrio como flecha por la derecha, pero los vizcaínos no pudieron mantener la estela ganadora.

El Real Valladolid cogió el bastón de mando en los primeros minutos. Negredo ganó un duelo aéreo para empezar el partido, Monchu cabeceó también en el área de Magunagoitia y el balón tuvo color blanquivioleta en el tramo inicial. Sin embargo, el Amorebieta no tardó en reaccionar. Un remate de Edwards anunció una versión más estirada de los vizcaínos, que trataron de cambiar la aguja del partido por algunos errores defensivos pucelanos. Tárrega se confío demasiado y creó algún fuego atrás, pero los principales incendios tuvieron a Escudero como desafortunado protagonista en el inicio. El lateral vallisoletano no atinó en las cesiones atrás y, en una de ellas, regaló la pelota a Edwards, que remató al aire cuando la grada de Lezama parecía dispuesta a cantar el gol.

Al Pucela le costó entrar en combustión porque Álvaro Núñez andaba muy atento en el marcaje sobre Raúl Moro. Aun así, el extremo pudo escabullirse del lazo y, tras un par de recortes, armó un gran centro que se fue envenenando y obligó a la estirada del portero local. El partido entró en una fase de fuego cruzado en las dos áreas. Bustinza remató alto por encima de Masip en otro preocupante fallo atrás y Escudero trató de redimirse por sus problemas atrás con un misil lejanísimo que puso en apuros a Magunagoitia. Fue el preludio de lo que llegaría en la segunda parte.

El Real Valladolid encontró un pozo petrolífero en las acciones de Anuar. El ceutí robó la cartera a Félix Garreta y el central del Amorebieta metió la pierna a destiempo. El VAR llamó a Orellana Cid, que diseccionó la falta en el monitor y decretó la expulsión del defensa. El Amorebieta se quedó con diez jugadores a los 40 minutos. En un partido granítico se necesitan picapedreros y Anuar fue clave para cambiar el guión. Los cielos se abrieron para el Pucela en un partido que amenazaba con el colapso. Anuar, siempre pugnaz, le sacó la amarilla a Lasure en otra jugada antes del descanso y se elevó en el área para buscar un remate que no fructificó.

Pezzolano leyó bien las necesidades del Real Valladolid y dio carrete a Iván Sánchez por Anuar, con la idea de eviscerar al Amorebieta por la derecha. En un par de pestañeos, el Pucela mostró unas hechuras más ambiciosas e Iván Sánchez creó una buena combinación con Meseguer. El 0-1 no tardó en brotar. Raúl Moro sacó un córner y por el área apareció un libérrimo Sergio Escudero para cabecear sin marca. El lateral vallisoletano se redimió con este tanto de sus errores en la primera parte, pero la fiesta no iba a acabar ahí. Raúl Moro encendió la tuneladora por la izquierda y Bustinza le segó las botas. La falta lateral la botó Monchu, en una acción ensayada para que Negredo apretase el gatillo. El rechace favoreció de nuevo a Escudero, que volvió a marcar. El vallisoletano brilló con dos tantos muy valiosos que asfaltaron el camino de la victoria ante un Amorebieta impotente en inferioridad.

El choque entró en una fase de armisticio, con el Pucela solidificado atrás y con el refresco que suponía las entradas de Lucas Rosa por el heroico Escudero y de Amath por el percutidor Raúl Moro. Álvaro Negredo, magullado por los marcajes, dejó su sitio a un Marcos André con ganas de reivindicarse como goleador. El Real Valladolid jugó con la corriente a favor y dejó bellas jugadas. Amath le sirvió un gran pase a Monchu, que buscó una vaselina infructuosa, pero con gran calidad técnica. El Amorebieta sólo disparó con balas de fogueo y Masip frenó bien los disparos de Morcillo y Dorrio.

Marcos André afiló el colmillo en el área del Amorebieta y, tras un cabezazo desviado, recibió una asistencia para enmarcar de Amath (precioso envío con la izquierda del senegalés)para rematar al primer toque y descerrajar el 0-3. El Real Valladolid vivió en Lezama un partido muy plácido ante un rival con diez que se descascarilló. Los vientos soplan ahora a favor de este Pucela enrachado, serio atrás y con capacidad para golear a domicilio. El reto ya no es la segunda plaza, en la que duerme esta noche a la espera de lo que hagan Eibar y Espanyol, sino la cumbre de una tabla que tiene a sólo dos puntos. El Real Valladolid mete miedo en la zona alta.