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Aspecto de las gradas en la segunda parte del partido ante el Sevilla. Carlos Espeso
Real Valladolid: de cabeza al peor descenso de su historia
Récord negativo

Real Valladolid: de cabeza al peor descenso de su historia

El Pucela solo acabó colista una temporada en Primera División, en 1964. Nunca se salvó cuando llegó a estas alturas de liga en la zona roja

J. C. Cristóbal

Martes, 18 de febrero 2025, 09:24

Seamos sinceros. Nadie apostaría una peseta hace una semana por la permanencia del Real Valladolid; y el que echó su mano al bolsillo lo hizo como el que coge la estampa de su virgen favorita en el lecho de un moribundo, cuando cree encontrar un hilo de vida en la mirada o en el gesto de su ser querido. Es el recurso tan humano de agarrarse a un clavo ardiendo para evitar el porrazo, o para retrasarlo; con el que se abrasaron las manos la afición pucelana durante los minutos que el Real Valladolid compitió en Villarreal, aunque le terminaran cayendo cinco, o con ese remate final de Latasa en Vallecas, aunque la puesta en escena fuera lamentable. Los resultados de los rivales directos acompañaron y los más optimistas levantaron el ánimo de los pesimistas, y hasta de los realistas con información, con que había números suficientes para salvarse. Si se ganaba al Sevilla, claro.

Al menos la agonía fue corta. Cinco minutos hasta el 0-1. La afición aguantó en el tanatorio hasta el descanso, ya con 0-2. En ese momento desfiló hacia las salidas del Zorrilla, de los más de veinte mil espectadores que subieron a ver al partido, apenas unos centenares esperaron a las últimas paletadas de tierra, dejando aparte a los muchos sevillistas que dieron color a la ciudad durante el fin de semana.

Resignación a ser protagonistas, desde la grada, del peor descenso en la casi centenaria historia del Real Valladolid, el décimo en las cuarenta y siete temporadas de los blanquivioleta en Primera División, ninguno de ellos con el daño que provoca este de 2025; para muchos veteranos que pisaron el cemento en los graderíos del viejo Zorrilla, solo comparable al de Tercera en 1970. Los que lo recuerdan hablan de un equipo que estaba a mitad de tabla a falta de siete partidos. Y perdió los siete. Con una plantilla en la que había jóvenes que hicieron carrera en Primera como el internacional De la Cruz (Granada y Barça), Lasa (Granada y Athletic) o Rivas (Celta) junto a leyendas del club como Endériz o Lizarralde.

Ese borrón quedó en anécdota porque el Real Valladolid tardó solo un año en recuperar su puesto en la División de Plata, el que le correspondía en esas décadas de los sesenta y de los setenta que nos remonta al antecedente más similar a lo de este curso, el descenso de 1964. Una caída inesperada que no estaba en la mente de nadie unos meses antes, cuando el Pucela firmó su mejor clasificación liguera con un cuarto puesto.

Sesenta años después

El equipo que entrenaba Paco Lesmes (sustituto de Zubieta) descarriló con una victoria en quince jornadas y se condenó al fondo de la tabla; el arreón final no evitó que el Real Valladolid acabase, por primera y última vez, como colista de Primera con una plantilla en la que figuraban nombres como Morollón, Sanchis, Ramírez o Rodilla. Ahora pude ser la segunda.

Si tomamos esa referencia del 64 más de uno se echará a temblar, y es que ese descenso abrió una etapa de dieciséis temporadas sin pisar el Bernabéu, el Camp Nou, el Manzanares, San Mamés o Mestalla, aparte de esa 70-71 en que el Real Valladolid cambió la visita a esos estadios por los del Plus Ultra, Calvo Sotelo, Chantrea, Carabanchel o Michelín. Dieciséis temporadas en Segunda que reflejan lo difícil que puede resultar la vuelta a Primera si nos miramos en los espejos del Zaragoza (doce años ya en Segunda), del Deportivo (siete fuera de Primera, y cuatro de ellas en Tercera, o como se quiera llamar la Segunda B y la 1ª RFEF), del Racing (trece años entre Segunda y Tercera), del Sporting (siete ya en Segunda) o del Oviedo (su último año en Primera fue en 2001), por no hablar de Hércules, Murcia, Logroñés o Recreativo, perdidos en las páginas interiores de la prensa deportiva. Un panorama de travesía en el desierto si no cambia la política de diseño de la plantilla, debilitada en cada ventana que se abre al mercado, con una afición a la que costará enganchar con un plantel que formarán los, por citar a los que tienen contrato en vigor, Latasa, Nikitscher, Kenedy, Javi Sánchez, Marcos André, Juric, Machis, Torres, Amath o André Ferreira.

Ese Pucela de Lesmes se parece a este de Cocca como dos gotas de agua. Aquél solo sumaba 10 puntos (la victoria valía dos puntos) cuando se llevaban dos tercios del campeonato (veinte jornadas en una liga de dieciséis equipos) y estaba a seis de la línea de salvación que marcaba el Valencia, distancia que no corrigió en los diez partidos restantes. Se despeñó, junto al Pontevedra, a cinco puntos de Oviedo y Español, que promocionaron, y a siete del Murcia, que se salvó. El Real Valladolid del 64 acabó con una tarjeta de 19 puntos, a una victoria y un empate de ser superado por el actual; sería un maquillaje ficticio porque si hacemos un cálculo con el baremo actual, tres puntos por ganar y 38 jornadas, aquel Real Valladolid colista rozaría los 33 puntos, inalcanzables para el actual.

No es el Real Valladolid un equipo que crea en milagros. Casi siempre que alcanzó los dos tercios ligueros en puestos de descenso, acabó en Segunda; solo en dos ocasiones se derrumbó en el último tercio, ambas en el siglo XXI, en la deriva que sufre el club bajo las presidencias de Carlos Suárez y de Ronaldo Nazário. En el debe del primero está el descenso de 2004, con Fernando Vázquez al mando, con el equipo dilapidando unos ahorros de seis puntos de margen con la zona de descenso en la jornada 24ª; y en el debe del segundo el de 2023, con Pacheta y Pezzolano, con un colchón de dos puntos con catorce partidos por delante. También es verdad que fueron temporadas carísimas, en las que el Real Valladolid se fue a Segunda con 41 y 40 puntos, respectivamente. Con esos números no desciende nadie desde el Villarreal en 2012.

Ránking de descensos a Segunda

  • 13 descensos: Málaga

  • 11 descensos: Betis, Deportivo y Murcia

  • 10: Celta y Real Valladolid

  • 9: Racing de Santander

  • 8: Zaragoza, Mallorca y Hércules

  • 7: Osasuna, Sporting, Oviedo, Rayo y Granada

Este año es el último al que agarrarse para creer en los números. En esa temporada 11-12 en que el Villarreal se despidió de Primera con 41 puntos, el farolillo rojo en la jornada 24ª, el Real Zaragoza, se salvó pese a que le separaban once puntos del equipo azulejero, claro que para conseguirlo necesitó ganar nueve de los catorce partidos que tenía por delante, una proeza en la que nadie confía después del fiasco del domingo.

Aznou y Latasa se lamentan tras una ocasión fallada por este último ante el Sevilla. C. Espeso

Tres batacazos seguidos

Este Real Valladolid de Pezzolano y Cocca, además de batir los registros negativos en todos los descensos blanquivioleta, se convertirá en el tercer equipo en encadenas tres batacazos de Primera a Segunda consecutivos, con el agravante de que los dos anteriores se dieron en los tiempos del fútbol en blanco y negro, el Málaga entre los años 51 y 55, y el Coruña (lo de Deportivo llegó más tarde) entre el 63 y el 67.

El Real Valladolid se unirá a ellos y ya veremos si su condición de equipo ascensor acudirá al rescate. Ya gastó un comodín de los milagros en el 95, cuando la habilidad en los despachos de Marcos Fernández evitó la caída con una permanencia administrativa gracias a la creación efímera de la Liga de 22; también tiró del impulso en el revolcón para dar el salto y recuperar la plaza de Primera tras solo un año en Segunda, eso ocurrió en 1959, en 1962, en 1993, en 2022 y en 2024, en cinco de los nueve descensos anteriores. Quizá el Real Valladolid haya tentado demasiado a la suerte y no le queden más vidas.

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