Hogar, dulce hogar. No es el anuncio de televisión de una famosa casa de complementos para la vivienda. Ni siquiera el spot –chimena incluida, que estos días presta– de decoración de interiores. Se trata de ese anhelo hogareño que esta temporada ha hecho suyo el ... Real Valladolid. En ningún sitio como en casa. Y si querías un partido en Zorrilla, toma dos tazas, convertidas en los manguitos de supervivencia de su técnico, Paulo Pezzolano, pero, por supuesto, también del equipo y, por ende, del club.
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El conjunto blanquivioleta disputa este sábado (14:00 horas) su segundo partido consecutivo en el Estadio José Zorrilla, una circunstancia que no es baladí, a tenor de los resultados de esta campaña, y que ha podido ser hasta defintitivo en la decisión de tan sólo hace unos días de mantener en el cargo a Paulo Pezzolano, cuando todo estaba en su contra, pero se confiaba en el rendimiento exhibido por el equipo en Zorrilla, con dos partidos por delante para que los blanquivioleta enderezaran la mala imagen ofrecida en su último desplazamiento en Ferrol. Lejos de la Avenida Mundial 82 hace mucho frío este año.
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Juan J. López
Con este contexto, no es de extrañar que las aguas se hayan calmado en el club –al menos de momento–, y eso sí, tras ratificar con doble tirabuzón incluido –el más difícil todavía– en el último choque ante el Eibar, con una victoria que iniciaba ese particular 'doblete' de partidos en casa, que completa el choque ante el Levante de mañana, Sábado Santo.
El equipo pucelano no quiere más penitencias, y eso que no contar con su goleador, Amath Ndiaye, lesionado, ya es suficiente castigo. Será la principal baja para los blanquivioleta. «A partir de la próxima semana, comenzará con ejercicios en solitario», explicó este jueves el técnico, que ya espera también a Anuar a partir del lunes.
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La buena nueva para los vallisoletanos está en el regreso de Stipe Biuk, tras sus compromisos internacionales con la selección croata sub-21; y de César Tárrega, después de cumplir un partido de sanción por su expulsión en Ferrol.
Los dos jugadores apuntan al once titular ante el Levante, aunque Pezzolano –como acostumbra a lo largo de toda la campaña– no ha dado pistas sobre el equipo que se medirá al equipo granota. «Tenemos muchas alternativas», comentó en relación a las posibles variaciones en las bandas e, incluso, en el dibujo en el terreno de juego, con revolución incluida en el triunfo ante el Eibar el pasado domingo.
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Biuk podría ocupar el puesto del lesionado Amath y parte con ventaja con Salazar, al que el entrenador regaló los oídos en rueda de prensa. «Está creciendo mucho, y el partido ante el Eibar era un partido para él. Es una opción más. Fue importante. Tuvo minutos en el pasado, luego estuvo menos con nosotros, y ahora ha vuelto», detalló para finalizar con un «podría tener minutos».
En la otra banda, Iván Sánchez, y pese a la insistencia del público de verle de media punta –como en el choque ante el Real Zaragoza, con buen rendimiento– parece que será la opción elegida para la banda derecha, sin obviar que Raúl Moro también podría ocupar esa demarcación, una vez recuperado de una nueva lesión muscular.
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Por su parte, Tárrega volvería al eje de la defensa junto a Boyomo, en un tándem con un buen rendimiento, y por delante de Torres, Lucas Oliveira y Javi Sánchez, también ya recuperado.
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El que no tendrá dudas sobre su participación en el partido ante los levantinistas es Mamadou Sylla tras su gran encuentro ante el Eibar, con golazo incluido.
El ariete senegalés ofreció su mejor versión y la duda está si volverá a compartir punta de ataque con Álvaro Negredo, que se estrenó como titular ante el conjunto eibarrés. Sylla fue el mejor juador blanquivioleta y rompió con una racha sin marcar de meses. De ahí que Pezzolano –que siempre ha confiado en él– deposite buena parte de sus esperanzas ofensivas en el africano, con la duda de si la presencia de Negredo resta presión a Sylla y le permite estar más libre para moverse en el ataque blanquivioleta.
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En el Levante se es consciente del nivel «deportivo» y la «calidad» del Real Valladolid, «con varios jugadores de Primera», defendió este jueves su entrenador, Felipe Miñambres. «Es un «gran escenario para reivindicarse y que los jugadores se enganchen a la pelea por el ascenso a Primera», afirmó el técnico leonés, consciente de que el tren de Zorrilla es uno de los últimos para los granotas. «Ellos tienen muchas maneras de ganarte, es un equipo difícil en su estadio, la gente aprieta y es un gran escenario para reivindicarnos, hacer algo importante y es un reto que debemos asumir y conseguir para volver a ganar fuera», reflejó Miñambres, que es consciente de la dificultad de su equipo para ganar lejos de Valencia. Sin embargo, el equipo levantinista llega al 'calor' de Zorrilla tras ganar a un Elche de ascenso (3-2) y sin perder en los últimos tres encuentros ligueros.
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