La Segunda cruza el Rubicón
Recta final ·
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Recta final ·
El campeonato entra en el último cuarto con diez jornadas por delante. Levante y Espanyol, en Zorrilla, son los únicos rivales directos a los que se medirá el Real ValladolidJ. C. Cristóbal
Jueves, 28 de marzo 2024, 20:05
Las ligas se deciden en las últimas diez jornadas». Todo lo que se pronostica antes, no vale». Lo dijo un sabio, de Hortaleza, de nombre Luis Aragonés. Otro entrenador de estilo opuesto, Pep Guardiola, también sentenció: «las ligas se ganan en las últimas ocho jornadas ... y se pierden en las ocho primeras», una frase que parece dicha para referirse al Real Valladolid de esta temporada, a remolque todo el curso por culpa de sus tres derrotas consecutivas en el primer mes. Si dos leyendas tan distintas como Aragonés y Guardiola están de acuerdo, habrá que convenir que la Segunda entra en una fase decisiva en la que ya no habrá tiempo para las correcciones.
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Juan J. López
Nos metemos en el último cuarto liguero, a falta de diez partidos, y la mitad de los equipos de Segunda esgrimen razones de peso para soñar con ser de Primera; el Levante, decimoprimero, está a tres puntos de la zona de promoción y a seis de ascenso directo. Y el equipo que nos ocupa, el Real Valladolid, tiene el billete de regreso a dos puntos, sellado de momento en la estación de Cornellà; ¿para qué mirar los puestos de atrás?, los blanquivioleta deben evitar el conformismo que les envió a la lona en los dos descensos evitables de la 'era Nazário' y enfocar su mirada en descabalgar a Leganés o Espanyol de una de las plazas que ahora ocupan.
Los que acuden a la historia como recurso, que la aparquen por esta vez; si nos olvidamos de las páginas en sepia y nos centramos en la trayectoria de las últimas diez temporadas, las que marcan la realidad de los clubes, el Real Valladolid se conformaría con entrar en la promoción, sus cinco temporadas en Primera están por detrás de las nueve del Espanyol, las ocho del Levante y las del siete del Éibar, e igualaría las cinco del Elche; por detrás están el Leganés, con cuatro, y el Sporting, con dos; ni Racing, ni Oviedo, ni Burgos, ni Ferrol (este no estuvo nunca) pisaron la División de Honor en la última década.
Jornada 33. R. Valladolid-Levante 30/3
34. Cartagena - R. Valladolid 7/4
35. R. Valladolid - Eldense 13/4
36. Amorebieta - R. Valladolid 20/4
37. R. Valladolid - Huesca 28/4
38. Mirandés - R. Valladolid 5/5
39. R. Valladolid - Espanyol 12/5
40. Alcorcón - R. Valladolid 19/5
41. R. Valladolid - Villarreal B 26/5
42. Tenerife - R. Valladolid 2/6
Es cierto que el análisis será más certero la semana que viene, cuando concluya la jornada que arranca el viernes, y es que la 33ª concentra cuatro partidos entre aspirantes: el Burgos-Espanyol que abre el programa, el Sporting-Racing, el Ferrol-Elche y, por supuesto, el Real Valladolid-Levante. Es posible que después del Domingo de Resurrección alguno de estos once equipos se caiga de las combinaciones.
El Real Valladolid, al que le sepultó una ola en Ferrol, volvió a subirse a la tabla contra el Éibar y medirá su equilibrio contra el Levante, con el que cierra su serie consecutiva de enfrentamientos directos. Los de Pezzolano tienen a favor el 'efecto Zorrilla', donde el equipo se ha hecho fuerte; y también como local afrontará la última final de la temporada, en la jornada 39, el Real Valladolid-Espanyol, entre el viernes 10 y el lunes 13 de mayo, en plena miniferia de San Pedro Regalado. Anoten la fecha.
Esto quiere decir que la teoría pronostica un calendario amable para el Real Valladolid, con ocho de sus diez futuros rivales incrustados en la zona medio-baja de la clasificación; aunque la práctica llega para contradecir este punto y señalar que los blanquivioleta han perdido partidos contra Albacete, Villarreal B, Alcorcón y Andorra, los equipos que cierran la tabla junto al Amorebieta. Contra estos equipos o no había cogido todavía el aire a la competición o sufrió una bajada de tensión que pone en entredicho el carácter competitivo de la plantilla. Un sumidero de puntos, vaya.
La buena noticia del 3-1 al Éibar hay que cogerla con papel de fumar porque está muy condicionada por la expulsión de Berrocal en el minuto 11; con once contra once en el campo, el Real Valladolid perdía 0-1. Lo que sí dejó el partido es la vuelta de la mejor versión de Sylla, no solo porque marcó después de casi cuatro meses de sequía (su último gol fue contra el Levante, precisamente), sino también porque se le vio más liberado con la compañía de más delanteros. Y aquí surge el nuevo enigma de Pezzolano, con 29 alineaciones distintas en 32 jornadas, y con la afición sin saber cómo y a qué juega el equipo, que en tres partes de campeonato ha visto cambios en la portería, defensas de tres centrales, un eje en el que entra y sale Juric, extremos abiertos o a pie cambiado y, en el enésimo salto de guion, una delantera con tres arietes. Veremos qué dados salen el Sábado de Pascua.
Y ese 3-1 también dejó una pizca de frustración, la de asumir que a este Real Valladolid le falta coraje y ambición para la grandeza; con más de veinte mil aficionados en las gradas, con la euforia de tres goles en doce minutos, ante un Éibar que enarbolaba la bandera blanca de rendición, tenía más de veinte minutos por delante para voltear el golaveraje particular con el equipo armero, que le reventó por 5-1 en Ipurúa. Ojalá no haya que acordarse de este punto por el que no se luchó; lástima que los Monchu, Luis Pérez, Masip o Iván Sánchez no se rebelaran con el recuerdo del punto que les faltó hace unos meses para seguir en Primera.
Y es que, tal y como está la Hypermotion, la plaza que te mete dentro o te manda fuera puede depender de los resultados entre los equipos implicados. De momento, a falta de resolver sus cruces contra Levante y Espanyol, con una desventaja de 2-1 y 2-0, el equipo pucelano tiene ganados sus empates contra Oviedo (4-0), Racing (6-3), Sporting (3-1) y Burgos (3-1), los tiene perdidos contra Éibar (4-6) y Ferrol (0-3) y los tiene igualados con Elche (1-1 y desventaja goleadora de -3) y con Leganés (1-1, virtualmente perdida con el parcial de -20). De producirse triples o cuádruples empates, habrá que sacar las calculadoras.
Un dato a tener en cuenta por el Real Valladolid, ya veremos si favorable o no, es que los dos máximos rivales en su punto de mira, el Espanyol y el Elche, son los que tienen más cruces directos con el resto de aspirantes: seis de sus diez partidos, incluyendo el que enfrenta a ambos en la jornada 37ª, dos semanas antes de la visita perica a Zorrilla. El calendario del Espanyol es, en ese sentido, de puerta grande o enfermería, con desplazamientos a Leganés, Elche y Valladolid, por ese orden. Y como guinda del pastel, en la jornada 42ª, un Leganés-Elche, ¿con el equipo pepinero ya de fiesta por el ascenso? Ese día, el Real Valladolid visitará el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife, ¿recuerdan abril de 2007?
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