A Paulo Pezzolano no le sorprendería que el Real Valladolid le destituyese. «Entendería todo», aseguró el técnico uruguayo tras la derrota (2-0) ante el Racing de Ferrol, que deja al equipo fuera de los puestos de 'play off' de ascenso a Primera a falta ... de sólo once jornadas para el final de la Liga.
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Pezzolano, preguntado por un posible relevo en el banquillo, añadió que «es cosa de la directiva», y admitió que el equipo jugó «muy mal» en A Malata. «Mal, empezando por mí. Tácticamente mal. No supimos estar en el partido tácticamente, y a los jugadores no tengo nada que decirles», valoró el entrenador sudamericano, con un gesto más alicaído que en otras comparecencias, tomando el ejemplo de su rueda de prensa tras la derrota de hace dos semanas en Andorra.
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Entonces, el preparador blanquivioleta aseguró que no se podía cometer más errores, y que quedaban trece partidos para lograr el objetivo.
Catorce días después, son once los encuentros, y el Real Valladolid lejos de su estadio sigue sin ganar desde el pasado 17 de noviembre, y con unas sensaciones «malas», parafraseando al propio Pezzolano.
El técnico blanquivioleta cambió su discurso tras el encuentro en tierras gallegas, y se mostró autocrítico con su planteamiento y el desarrollo del partido en Ferrol. «Todo ha empezado en mí», recalcó hasta en tres ocasiones en un breve espacio de tiempo, en el que sí quiso indicar que es la primera vez que el equipo está fuera de los puestos de 'play off' esta temporada.
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Casi sin levantar los ojos, Pezzolano no quiso darse por derrotado por lo menos en su lenguaje verbal. «Vamos a sacar esto adelante», expresó tras autoinculparse. «Hay que asumirlo, mirar para adentro y preparar la semana que viene».
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El uruguayo, en la cuerda floja y muy criticado por la afición desde hace meses, quiso quitar el foco de la crítica de sus futbolistas. Se inmoló y evitó hablar de cambios de sistemas, sin dar opción a hablar de cambios, con la inclusión de los dos puntas, con un errático Marcos André –cambiado al descanso–; o de la ausencia de Biuk tras el descanso; o de la decisión de sustituir a Amath cuando el equipo necesitaba de los goles de su jugador más en forma. «Tenemos buenos jugadores, y en casa somos fuertes. Las críticas hay que asumirlas y seguir para adelante», zanjó sin ni siquiera valorar el fallo de un penalti más, la expulsión de Tárrega o la apuesta por Oliveira tras la doble amarilla al central valenciano, que le coloca como mejor parado para jugar junto a Boyomo la próxima semana.
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No tocaba hablar de ello, pese a «lo táctico» de su error, y de un crédito que parece acabado en el caso del entrenador.
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