Paulo Vittor, el extremo que espera el Real Valladolid

El segundo gol del Promesas el sábado en Badajoz ha devuelto al foco a Paulo Vittor. El brasileño recuperó un balón cerca de su área, arrancó la moto y se plantó en la línea de fondo del rival mientras destrozaba rivales con su potente carrera y su exquisita conducción. 70 metros que acabaron en un pase medido hacia atrás para que Slavy anotara el 0-2

Nacido en junio de 1999 en Rio de Janeiro, el escurridizo extremo izquierdo empezó a destacar en el Marbella. Ya se hablaba de él, pero Miguel Ángel Gómez, que le tenía muy controlado, acabó de decidir su contratación el día en que anotó un golazo contra el Pucela en la Copa. Fue el 11 de enero de 2020. Un disparo suyo desde muy lejos tomó un efecto endiablado y Lunin no pudo detener el balón. El tanto tuvo al Valladolid al borde de la eliminación hasta que Ünal forzó la prórroga y el cancerbero ucraniano resolvió el encuentro en los penaltis.

Aquel día Sergio González y Miguel Ángel Gómez convinieron en que Vittor podía ser el extremo izquierdo con gol que buscaban entrenador y director deportivo. Aunque no fuera zurdo, que era la preferencia. Pero antes de incorporarlo al primer equipo, ambos querían verle foguearse en el filial con Javi Baraja a los mandos. Fichado en el verano de 2020, Vittor tuvo un año más que discreto en el Promesas. El filial logró clasificarse para jugar en Primera RFEF, pero el brasileño participó poco. Baraja no transigía con su desorden táctico, con su individualidad y su falta de trabajo defensivo. Ni con su cabeza poco ordenada. La temporada de su ingreso como blanquivioleta hizo dos goles, vio tres amarillas y una roja. El primer equipo necesitaba un extremo izquierdo que no aparecía ni bajo las piedras, pero lo que había en la cantera no terminaba de encajar, y menos con el equipo camino de Segunda, y Paulo Vittor dejó de ser una opción a corto plazo.

A principios de esta temporada se planteó si dejarle marchar. Baptista lo impidió. El técnico cree que puede sacar rendimiento a su compatriota. Y de momento lo está haciendo. 17 partidos como titular de 18 posiboles, siete goles y dos asistencias y cinco tarjetas amarillas han devuelto la confianza al extremo izquierdo y reavivado el interés por su continuidad. Tiene contrato hasta 2023, pero a final de esta temporada llega el momento de decidir sobre su futuro. Si confirma el potencial que tiene puede ser un jugador diferencial, distinto a lo que hay ahora mismo en la plantilla. Pero, a la vez, su trayectoria deja dudas.