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Lunin, el meta de la discordia, salvó los muebles y evitó el descalabro ante un Segunda B en un partido en el que el Real Valladolid estuvo eliminado durante 47 minutos, víctima de su falta de pegada, inofensivo cara a puerta pese a que el ... técnico sacó al campo toda la artillería de que disponía. El Marbella, que cazó el 1-0 en un disparo desde fuera del área que sorprendió al portero ucraniano, se defendió como gato panza arriba pero se topó con el empate cuando la desesperación empezaba a atenazar a su rival. Fue entonces cuando Ünal igualó el partido y lo envió a una prórroga infructuosa para los dos.
Marbella FC
Santomé; Dani Pérez, Elías Pérez, Paulo Vitor, Añón (Juanmi Callejón, minuto 75), Manel Martínez (Óscar García, minuto 88), Marcos Ruiz, Redru, Yaimil Medina (Mustafá, minuto 53), Juergen (Faurlin, minuto 94) y Lolo Pavón.
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Real Valladolid
Lunin; Pedro Porro (De Frutos, minuto 103), Joaquín, Salisu, Corral; Hervías (Óscar Plano, minuto 68), Míchel, San Eneterio, Waldo (Álvaro Aguado, minuto 82); Ünal y Sandro (Sergi Guardiola, minuto 68).
goles: 1-0 (minuto 39): Paulo Vitor. 1-1 (minuto 86): Ünal.
árbitro: Estrada Fernández, del colegio catalán. Amonestó a Yaimil, Pavón, el técnico García Cubillo, Manel Martínez, Paulo Vitor y Juanmi Callejón por parte local, y a Míchel, Porro, Joaquín y Corral por los visitantes.
incidencias: Tercera eliminatoria de la Copa del Rey disputada en el estadio Antonio Lorenzo Cuevas con lleno, 3.500 espectadores en las gradas. Presencia en el palco de Ronaldo Nazário, nombrado socio de honor del Marbella FC en los prolegómenos.
No quería Sergio confianzas ni concesiones de inicio, y para ello nada mejor que alinear un once de garantías, con la novedad de Corral como lateral izquierdo nato, un buen número de titulares y un puñado de jugadores teóricamente ávidos por reivindicarse. Mezcla de experiencia y hambre de minutos que dio como primer resultado un control de partido aparente. La posesión fue de salida blanquivioleta, con un equipo que no quería dar pasos en falso atando en corto cada una de las acciones.
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El listado de nombres que debían dar un paso adelante lo empezaba Porro, titular en el lateral derecho, y continuaba en la banda, con un Waldo que ha visto pasar toda una vuelta del campeonato desde la barrera y sin protagonismo alguno.
El once copero recuperó a Joaquín como central y apostó -como el día de Valencia- por el tándem Sandro-Ünal como solución ofensiva. Continuidad, en definitiva, al sistema tradicional 4-4-2 con obligaciones para Míchel y San Emeterio en la creación y para Waldo y Hervías como armas punzantes en ambas bandas.
Una apuesta que dio el resultado esperado durante la primera media hora, probablemente la más temida por los técnicos cuando juegan a domicilio contra un rival de inferior categoría. Dominio en el centro del campo, ocasiones y remates escalonados, y peligro en las llegadas, especialmente en las apariciones de Sandro.
La primera ocasión, aún así, fue local en un disparo desde fuera del área de Manel Martínez que se marchó a la izquierda de Lunin. Tímidos amagos los del Marbella, que se vio atado desde el primer minuto por un rival avisado desde el vestuario por las eliminaciones de Getafe o Ponferradina o los sustos sufridos por Mallorca y Osasuna.
Con ese chip, el Valladolid fue acumulando más méritos que ocasiones claras para mandar en el marcador. La de Sandro a los 18 minutos, habilitado con un toque de Ünal para salvar el fuera de juego, lamió el palo izquierdo de la portería de Santomé. El delantero canario repitió suerte poco después en un balón que puso Corral desde la línea de fondo y que remató de cabeza demasiado alto. Desde esa misma banda, aunque ahora con Míchel, llegó el último amago del equipo de Sergio antes de recibir el gol en un balón que Hervías remató fuera después de adelantarse al defensa.
Se cumplía el minuto 39 cuando un balón suelto muy cerca de los dominios de los centrales le cayó a Paulo Vitor. El brasileño no se lo pensó y su golpeo, media 'folha seca', sorprende a un Lunin desubicado bajo palos. El gol no hacía justicia a lo visto en el terreno de juego y obligaba al Valladolid a dar un paso adelante en su ambición.
Tenía toda la segunda parte para ello. A vestuarios se fue al menos con una declaración de intenciones en una falta de Hervías que corrió toda la línea de gol sin encontrar una bota amiga.
Sin cambios en el once, la tónica siguió los mismos derroteros con una salvedad. Un Marbella crecido y mucho más confiado en todo lo que hacía que fue ganando en autoestima con el paso de los minutos. El Segunda B, en manos de un García Cubillo experto en resultados cortos, se veía ganador -más después de un mano a mano de Vitor que salvó Lunin y que pudo matar la eliminatoria- a costa de un rival dominador pero sin ninguna pegada en los metros finales. Sí dispuso de ocasiones pero no del instinto matador que se requiere dentro del área.
De lo contrario no se entiende que las ocasiones de Sandro, primero, y la de San Emeterio un minuto después no acabaran en celebración. Más delito -que no mala suerte esta vez- tuvo el canario en un balón que se encontró en el área pequeña y a un metro escaso del portero rival quiso picar cuando lo tenía todo a su favor para marcar. Santomé, que envió a córner, también despejó el remate de San Emeterio a un certero servicio de Hervías llovido desde la banda cuando podía elegir lado.
Caía la segunda parte y las primeras soluciones desde el banquillo tardaron 68 minutos en llegar, con Óscar Plano y Sergi Guardiola -los máximos realizadores esta temporada- saltando al campo en lugar de Hervías y Sandro. Más pólvora para un Valladolid que si de algo peca es de falta de pegada.
Con un puñado de minutos por jugar, el técnico hizo un último movimiento dando entrada a Aguado como media punta por Waldo para dejar a tres defensas como retén. Se acumulaban jugadores cerca del área, y precisamente por acumulación llegó el gol del empate en un balón cazado por Ünal dentro del área que el turco cruzó lejos del alcance de Satomé. 1-1, minuto 86.
Faltaban cuatro minutos y seis más de prolongación que sirvieron para que el Valladolid sufriera un poco más... en un balón que Callejón sirvió -más que remató- a Lunin cuando el 2-1 se cantaba en la grada. Prórroga y un sistema que anunciaba un final incierto, con Joaquín, Salisu y San Emeterio defendiendo el fuerte y un campo rival poblado de jugadores con Míchel y Aguado por primera vez juntos esta temporada en el centro del campo.
Moneda al aire, con un Marbella que buscaba la contra ideal prácticamente desde el primer minuto y un Real Valladolid que no quería llegar a la tanda de penaltis como mal menor. Los intentos de Jorge de Frutos, en el campo solo por lesión de Porro, se convirtieron entonces en el único flotador posible en un tramo final sin una sola ocasión de peligro.
En la tanda de penaltis marcaron Ünal, Sergi Guardiola, Óscar Plano y Álvaro Aguado, mientras que Lunin detuvio los lanzamientos de Elías Pérez y Dani Pérez -solo marcó Óscar García-.
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