Parecidos razonables: Real Valladolid y Laguna

Cuando no es una cosa es otra, pero siempre pasa algo, como si se quisieran buscar explicaciones en los márgenes, cuando la razón está subrayada en letras grandes y en el centro de la página. No da. No llega... Y es duro, claro que es duro, tando dentro como fuera, pero es así. Y cuanto más profesional es el deporte o la categoría, más difícil es de nivelar con ganas, con actitud, con trabajo... Sí. Es la historia del Real Valladolid de la temporada 2024-2025. La del Laguna.

En el club rojinegro sabían a lo que se enfrentaban con apenas una semana para planificar una temporada en Tercera, pero en el Pucela las responsabilidades son otras. Está claro. Es muy fácil cargar las tintas contra jugadores que no son capaces de dar tres pases seguidos. De criticar a futbolistas hechos y derechos que cada siete días entregan el balón en salida al contrario, como si Pezzolano tuviese la culpa de dar pases horizontales (véase el cuadernillo de alevines); o de si hay que aplaudir los mejores momentos del equipo porque merodea el área rival.

«Tiene que jugar Menganito, Fulanito... Este por este otro...», pero lo cierto es que no hay una diferencia sustancial entre jugadores, salvo en el caso de la portería o de Raúl Moro. No hay más. El Real Valladolid ha subido a Primera, como el Laguna se ha mantenido en Tercera, pero sus equipos no son de esas categorías y de ahí lo insulso de todo.