Secciones
Servicios
Destacamos
El Real Valladolid certifica su ascenso en un desenlace desbocado después de firmar 90 minutos de fútbol hosco, timorato y lento. Meseguer abrió la veda y Sylla remató el éxito. Pezzolano no podía conseguir la hazaña de otro modo
1
Moro se le enredaron en las ... botas hasta los controles. Su desparpajo se convirtió en una gambeta lenta y atascada. El catalán se contagió de la caraja coral que dibujó el Real Valladolid durante todo el encuentro. Moro se pareció poco a Moro hasta que el fútbol hizo magia y en la primera pincelada de Iván Sánchez, ayer suplente, el centrocampista controló dentro del área, se hizo hueco y descorchó el encuentro. Pezzolano no entendió el mensaje y acochinó al equipo en las tablas hasta que el Villarreal agradeció el gesto con un empate que desnudó la racanería de un Pucela demasiado contemplativo. El 1-2 fue el vivo reflejo de la incompetencia del cuadro castellano en el choque. Mucho más intenso el rival, mucho más punzante.
2
Olveira lleva dos partidos con las piernas cargadas de plomo. Le corren poco hasta los pases. El balón salía a trompicones de sus botas. El ancla se obturó y contagió al resto. Hubo más cortocircuitos que fluidez y los nubarrones nacieron de la escasa movilidad de todo el equipo. El Pucela no despertó hasta el desenlace, solo se soltó el corsé cuando el Villarreal marcó el 1-2 y ya estaba todo perdido. En la locura se movió mejor. Antes del hilarante final, no se despegó un milímetro de su versión más perezosa y especulativa. Es el sello de Pezzolano. Le cuesta plantear batallas abiertas y ayer estuvo a un palmo de estrellar su método contra un rival descendido. El fútbol le regaló la razón. La rebeldía uruguaya, que dijo el técnico tras el envite. Lo que sea. Cualquier análisis que busque la lógica se perderá en el interlineado. Resulta imposible descifrar cómo se puede conseguir un triunfo como el de ayer después de una actuación tan simple. Los detalles, la fe, el espíritu de Juanito o la bravura del Madrid en una noche de Champions. No trate de entenderlo, es el Real Valladolid de Pezzolano.
3
Meseguer se ha pasado media temporada al trantrán, con un papel incierto, pero ha aparecido en el momento más oportuno, justo cuando el Real Valladolid se ha disfrazado de cacique, de equipo que ya puede decir gritar que es de Primera. El murciano encendió la mecha con un cabezazo que corrobora su condición de futbolista determinante. Contigo empezó todo. Como Kevin Roldan quemando tarima y Piqué sacando pecho. Meseguer puso el punto y aparte. Marcó y provocó el penalti con otro escorzo con la testa. Gracias, VAR. Nos has hecho sufrir mucho, pero ayer te portaste. El árbitro, de lo peor del curso, no había señalado ni córner, pero le corrigieron y se abrieron las aguas. Los ojos de Zorrilla se encharcaron y Sylla respiró hondo para embocar el balón que vale un ascenso. Es la vida. El senegalés le echó bemoles y disparó con pericia. La primera pena máxima que anota el Pucela esta temporada. Y como al Pucela siempre le pasan cosas, el acierto no llegó solo, aterrizó con la llave que abre el cofre de la élite.
4
Estaba ya sin uñas y harto de beber agua de forma convulsiva y nerviosa. El sábado vinieron a casa unos amigos y me trajeron unas Estrella Galicia. Cortesía. Soy más de Mahou, pero cuando el partido estaba perdido y el ascenso en un brete, me encomendé al patrocinador principal. Qué coño, si no esto no lo arregla una cerveza, no lo soluciona nadie. Y así, con el corazón en el cielo de la boca y el ánimo por los suelos, me fui a la cocina a por una Estrella. El gol de Meseguer me pilló de camino al salón. La vida cambió en un suspiro. Fue abrir la birra y al Pucela se le encendió la luz. El último sorbo lo di cuando Sylla marcó el 3-2. Pezzolano y la grada se tienen ganas. La hinchada le pidió la dimisión diez minutos antes del empate y el técnico se lo recordó cuando tenía el ascenso en la mochila. Es la crónica de una bronca perpetua. Ahora es lo de menos. Lo importante es que el Real Valladolid vuelve al sitio del que nunca debió salir. Lo hizo por su propia incompetencia y estuvo a punto de repetirlo, pero la dinámica se ha dado la vuelta y la flor del uruguayo es incombustible. Me alegro y me emociono. Remato estas líneas y me abro otra Estrella, que nos lo merecemos.
5
El Real Valladolid de Pezzolano no podía ascender de otra forma. El equipo blanquivioleta no entiende de grises. Blanco o negro, todo o nada. Iba camino del cero y se asomó a la matrícula de honor en cinco minutos. Si me dicen que estoy viendo al Madrid en el Bernabéu me lo creo. De hecho, creo que todo esto tiene cierto aroma a las gestas blancas en su estadio. Ahora me creo que el Pucela es el Madrid de Segunda. Digo que solo podía ascender así porque volvió a ganar con un fútbol ramplón y plano. Sobrevivió gracias a la inercia que provocó el gol de Meseguer y a la locura que se desató en el epílogo. Desde el 1-2 ocurrió de todo. Empate, palo de Iván Sánchez, parada de Masip, penalti y gol de Sylla, palo del Villarreal. Si dura un poco más se me descontrola la taquicardia. Enhorabuena a todos. El Pucela es de Primera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.