El luso André Ferreira, pretendido por el Pucela para su portería, en una acción con Villalibre. Efe
Partido de vuelta

El Real Valladolid necesita sobrevivir al mercado

«Con lo que hay, no da para cruzar el charco. Es imprescindible que la diana no tiemble de aquí al 31 de enero. La plantilla ya tiene suficientes carencias»

Miércoles, 10 de enero 2024, 13:33

Hay un programa en la tele que encierra a un grupo de famosetes en una isla perdida sin comida ni bebida. El objetivo reside en sobrevivir, enamorarse (si es posible), conquistar a la audiencia como peaje para pillar el premio económico y volver a España ... con el tipo fino y el cerebro hecho jirones. Mi amigo Lunita, central contundente que se forjó en la cantera del Atleti y vivió del fútbol en plan trotamundos (de Segunda hacia abajo), perdió catorce kilos. El Real Valladolid afronta el mercado de invierno bajo el síndrome del superviviente. Tiene hambre, pero no encuentra presa y ha soltado ya unas cuantas calorías. No consigue encender la fogata y, al mismo tiempo, vive con miedo de sufrir una indigestión cuando llegue el banquete final. A los frikis de la tv les ocurre algo similar cuando reciben una fuente de espaguetis como recompensa. Libran una batalla vital. Tienen poco tiempo para engullir y zampan por encima de sus posibilidades sin pensar que, además de matar el hambre, tendrán que ver cómo gestionan el buche lleno después de estar varios días comiendo insectos y peces famélicos.

Publicidad

Noticia relacionada

El Pucela necesita sobrevivir al mercado. Despegar las telarañas del estómago requiere un ejercicio de criterio y pericia que no debería fiarse al último golpe de fax. La angustia llega en forma de hojas que vuelan del calendario. Tres jornadas hasta que suene la bocina y las que necesiten los refuerzos para ponerse a punto. Con lo que hay, no da para cruzar el charco. Me preocupa leer que el club busca la venda en las recuperaciones de André y Javi Sánchez como parche para limar las espinas que presenta el zoco invernal. De momento, la dirección deportiva ha desandado el camino de dos rutilantes estrellas que se asomaron a Zorrilla en verano y salen con más pena que gloria rumbo a Brasil. Es imprescindible que la diana no tiemble de aquí al 31 de enero. La repetición del gazapo puede dar con los huesos del Real Valladolid en tierras áridas. No hay margen para volver a tropezar. La plantilla blanquivioleta ya tiene suficientes carencias.

Domingo Catoira se enfrenta a su primer mercado de invierno con la soga bien prieta. Su antecesor firmó futbolistas de calidad en enero. El actual director deportivo ha conseguido, de momento, soltar lastre. Las tres derrotas de las últimas cuatro jornadas pesan, pero más gruesas son las sensaciones y la estrechez de una plantilla que no puede vivir ahora de que vuelvan Javi Sánchez y Marcos André o de que Pezzolano de repente comience a confiar en la cantera. Son trampas al solitario. Los rigores del mercado son irrefutables, pero cada hora que pasa sin refuerzos es un nudo más. Sé que es complejo, pero algún camino habrá para adelantar las operaciones y que la cuesta de enero se convierta en meseta. Además de sobrevivir al mercado, la supervivencia del Pucela pasa también por hacer bien la digestión y no tener que ir en junio al gastroenterólogo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad