Un mercado de pico y pala para el Real Valladolid

Veinte son los días que lleva digiriendo la última derrota el aficionado del Real Valladolid, y aún deberá pasar alguna hoja más del calendario antes de que el mercado se ponga en marcha para el club blanquivioleta, que desde que el Racing de Ferrol visitara Zorrilla tiene dos frentes prioritarios sobre la mesa. Por un lado camina sobre el alambre pendiente del aspecto económico –más que nunca en la era Ronaldo–, penalizado por los excesos que se hicieron en el último mercado invernal. Y por otro, derivado del anterior, tiene los cinco sentidos puestos en la rampa de salida para que los llamados a abandonar el vestuario liberen masa salarial suficiente como para afrontar con ciertas garantías el capítulo de llegadas.

Por todo ello no será este un mercado invernal al uso para el Real Valladolid, acostumbrado en los últimos tiempos a afrontarlo con cierta holgura económica. Y en este contexto, en las oficinas del club blanquivioleta se prevé una ventana tardía y más próxima a las operaciones de última hora que se estila en el mercado estival. Salvo el caso del portero que acompañe a Masip, que se pretende cerrar entre esta y la próxima semana, el resto de incorporaciones aguardarán turno hasta la segunda quincena de enero, cuando el mercado de jugadores de Primera 'sin minutos' empiece a madurar. A pesar de que este negociado ya dispone de un listado público y notorio por el altavoz que han activado los diferentes representantes, no será hasta última hora cuando los 'Primeras' decidan destino. Y es en esa dirección donde ha puesto el foco la secretaría técnica del Real Valladolid para encontrar un delantero que cubra las carencia que tiene el equipo de Pezzolano. Ese perfil será, por lo tanto, el último en llegar toda vez que se ha escapado en las últimas horas una de las opciones que se barajaban para reforzar la línea de ataque, la de Karrikaburu, que ha optado por incorporarse al Andorra (18º) pese a contar con ofertas, entre otros, de Leganés (1º) y Real Valladolid (4º).

En la posición de delantero han llegado a sonar jugadores cotizados como el Choco Lozano (Getafe) y el burgalés Mario González, pero sus pretensiones están ahora mismo fuera de alcance del Real Valladolid. En este apartado de las pretensiones habría que sumar un asterisco por las demandas de algunos agentes al exigir minutos e incluso años de contrato en caso de conquistarse el ascenso.

Antes de enfilar esta operación, las redes se han lanzado más allá de nuestras fronteras en busca de perfiles que se consideran necesarios y que escasean en suelo español, caso de un extremo y un centrocampista que cubra un posible 'resfriado' de Monchu.

En este sentido, y a la vista de las telarañas que adornan la caja fuerte, todo apunta a que la nómina de refuerzos no pasará de tres jugadores. En las oficinas de Zorrilla se tiene meridianamente claro que no se «traerá por traer» para no hipotecar al club, y que los que lleguen lo harán con un perfil permeable a su adaptación.

Ha salido un portero y vendrá otro –no Altube–, y en el caso del resto de necesidades, tan enconada es la situación que incluso se piensa en jugadores como Marcos André y Javi Sánchez como los mejores refuerzos posibles para el segundo semestre de temporada. En este sentido, la vuelta de Sylla a la titularidad se entiende también como la mejor noticia en este arranque de mercado. Mucho más tranquilizador, y desde luego más económico que explorar otras ligas en busca de un Larin o un Amallah que se pongan a tiro.

Mientras en otras plazas ya han empezado a agitar el avispero –Zaragoza ha firmado la cesión del meta Edgar Badía, Andorra la de Karrikaburu, y el Sporting apunta alto entre Mario González y el Choco Lozano para reforzar su delanter–, en Zorrilla pintan bastos.

No son las mejores cartas posibles, pero el club confía en las que se guarda en la manga para recuperar músculo y equipararse así con otros aspirantes al ascenso.

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