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En el viejo aforismo futbolístico de entrenador nuevo y victoria asegurada siempre me ha llamado la atención la ausencia de mención a los futbolistas y a sus demarcaciones. Por ello, ayer en Gran Canaria, a pesar de que la idea plasmada por Álvaro Rubio era ... novedosa en el dibujo, se me antojaba anacrónica en posiciones puntuales.
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Vaya por delante que el equipo me sorprendió positivamente, sobre todo en la primera mitad donde tuvimos por momentos la batuta, con un dispositivo táctico basado en dos líneas de cuatro hombres y una pareja de delanteros centros jugando próximos en punta de ataque. En un ataque organizado, dos jugadores iguales no tendrian cabida lógica; sin embargo, en un ataque basado en el golpeo largo, en el cual uno baja la pelota y el otro aprovecha el acompañamiento podría ser válida.
Por ello, el equipo, en esos minutos en los cuales tuvimos algo más el balón que en días precentes, llegó con cierta soltura y hasta marcó el empate.
Me alegraba ver un equipo más junto en sus líneas y con los hombres más próximos; del mismo modo que me desesperaba, contemplando lo blandos, pusilánimes y faltos de agresividad que nos mostrábamos en todo tipo de disputas.
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Si hacemos un balance, concluiremos que lo que estábamos ganando en posicionamiento y propuesta de juego lo dilapidábamos en una forma de defender casi infantil.
Algo que viene a ponerse de manifiesto en la forma en la cual nos hacen ambos goles y que más que definir al atacante «retrata» nuestra forma de defender. Algo tan conocido por todo el mundo como para convenir en que esta faceta es la que ha arruinado al equipo.
Ayer, Álvaro Rubio, interino de banquillo –mientras no se confirme otra cosa–, conservó algunas de las posiciones y jugadores de la época recientemente superada. Por ello insistió con Mario Martín como volante junto a Juric e Iván Sánchez y Kike como extremos para conformar esa segunda línea del equipo. En un sistema 1-4-4-2 el cerrar con dos volantes de manejo las bandas es señal de querer poseer el balón y el juego; algo que sin un media punta que engarce acción con delantero centro condena prácticamente el ataque organizado y deja en manos de la contra la forma de llegada a la puerta contaria.
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No comparto en absoluto la ausencia de Juma Bah en la alineación titular. Siendo, junto a Lucas Rosa, el jugador de mayor proyección, no se entiende que no tengamos visión de futuro... conociendo el presente, y sabiendo además que los dos jugadores valencianistas se encuentran a préstamo.
No comprendo bien que con Amath y Machis en el banquillo, y jugándonos la vida, apelemos a contener más que a atacar; algo que vino a poner de manifiesto JJ López en la mesa de Redacción, cuando muy serio se despachó con un «no entiendo que perdamos y sea Las Palmas quien tiene el balón, el juego y encima nos gane todas las disputas».
Encontrar solidez y convertirnos en un equipo aguerrido es obligado, y ¡hacerlo ya! una necesidad inaplazable.
Sin ello, es imposible que podamos ascender de nuevo antes del 30 de junio de 2025.
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