Más de lo mismo: el Real Valladolid sigue de capa caída en Las Palmas

En su primer once liguero, Álvaro Rubio recuperó la línea defensiva de cuatro, con Javi Sánchez y Eray Cömert como centrales, y trató de reforzar el centro del campo con un doble pivote de contención formado por Stanko Juric y Mario Martín, dos de las tres novedades con respecto al último once de Paulo Pezzolano. Arriba, apareció Marcos André, autor del gol blanquivioleta, con la intención de ayudar a Mamadou Sylla, que siguió en la alineación con trabajo también por la izquierda. En la UD Las Palmas, Diego Martínez únicamente introdujo un cambio sobre los once jugadores que comenzaron en la victoria ante el FC Barcelona, con la vuelta del ya recuperado Dário Essugo en el centro del campo por José Campaña.

El Real Valladolid salió con un marchamo de seriedad al césped de Gran Canaria, con menos ansiedad que en jornadas precedentes. El 4-4-2 de los primeros minutos dejó paso a un 4-1-4-1 con Sylla más escorado hacia la banda izquierda, especialmente en fase defensiva. Rubio superpobló los espacios interiores para cortocircuitar la fluidez del juego amarillo y, por momentos, Las Palmas sufrió un atoramiento.

Las urgencias no iban con los canarios, que tampoco transmitieron ni un atisbo de intranquilidad ante el Real Valladolid. Fábio Silva logró probar los guantes de Karl Hein pasado el cuarto de hora, en un primer aviso local que ya tuvo que alertar al Pucela.

Sin hacer nada del otro jueves, Las Palmas asestó el primer golpe, en una situación con aromas familiares por la falta de contundencia. Moleiro rasgó con facilidad por la banda izquierda, se deshizo de Juric y Luis Pérez, y colocó un balón al área con la verbena defensiva habitual. Hein no fue capaz de atrapar la pelota, Cömert dimitió de su labor de despejar y Lucas Rosa llegó tarde para impedir el remate del exblanquivioleta Sandro, autor del 1-0.

El Pucela no había emitido signos de ansiedad en los minutos previos y tampoco lo hizo cuando se vio por debajo en el marcador en el primer periodo. Al revés, el equipo de Álvaro Rubio decidió dar un paso al frente para asomarse al área de Cillessen. Marcos André conectó un remate que se fue alto sobre la meta canaria y la presión intensificada del Real Valladolid amenazaba a los canarios. Sylla empezó a brujulear por todos lados y, en una buena acción colectiva, recibió la falta de Essugo cerca de la frontal. Cömert estrelló la redonda en la barrera, pero ya quedaba clara la vocación de ir a por el empate. Kike Pérez falló una ocasión muy clara, al rematar alto una gran acción de Lucas Rosa, en la que caminó como un funambulista sobre la línea de fondo. El Real Valladolid mostraba algunos colmillos, cerca de la dentellada. Y el bocado llegó al filo del descanso, cuando Luis Pérez mandó un buen centro al área que Sylla ganó con fuerza mientras Marcos André permanecía agazapado entre los centrales para evitar el fuera de juego. El balón le llegó al brasileño que volvió a demostrar sus dotes de goleador para rubricar el 1-1.

Ese tanto hizo albergar ciertas esperanzas y la segunda parte empezó con Sylla estrellando un remate en la zaga local. Sin embargo, Diego Martínez dio carrete a José Campaña por Essugo y la aguja del partido cambió de manera radical. Con más luz en la creación amarilla, Sandro se sacó un golazo de la bota para marcar el 2-1 por la escuadra en medio de una maraña de jugadores del Pucela que sólo defendieron con la mirada.

Álvaro Rubio ejecutó cambios de refresco: Juanmi Latasa entró por Marcos André y Meseguer relevó a Mario Martín. El delantero logró conectar algún envío y pugnó como acostumbra, pero siguió sin encontrar la manera de clavar el tenedor. Pasan los partidos y el gol se le resiste. Meseguer salió descentrado y a punto estuvo de cometer un penalti sobre Moleiro en una acción en la que se le vio lentísimo. A esas alturas, Machis ya había suplido a Kike Pérez, con la idea de buscar más filo por la izquierda. Mientras, la UDLas Palmas controlaba a placer el partido y las entradas de Juma y Amath por Cömert e Iván Sánchez tampoco aportaron mucho.

Otro exblanquivioleta como Jaime Mata estuvo a punto de seguir el sendero trazado por su compañero Sandro y gozó de una gran ocasión para marcar. El equipo blanquivioleta es un coladero constante y ve imposible blindar a Hein. En esta ocasión, sin embargo, el tercer gol canario no llegó. El Pucela acabó languideciendo sobre el pasto, sin capacidad para probar a Cillessen.

Ya sin Pezzolano y sin sustituto aún anunciado después de una semana de interinidad, el Real Valladolid ofreció más de lo mismo en Las Palmas. En el club se apunta de manera recurrente que hay plantilla para mantenerse. La realidad dicta que, jugando así, sólo parece haber plantilla para mantenerse como colistas hasta final de temporada.