![Pezzolano observa una jugada del partido frente al Andorra.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/10/31/pezzolano-andorra-kt4B-U210585661553hKI-758x531@El%20Norte.jpg)
![Pezzolano observa una jugada del partido frente al Andorra.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/10/31/pezzolano-andorra-kt4B-U210585661553hKI-758x531@El%20Norte.jpg)
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Si tuviésemos que resumir de forma telegráfica los últimos resultados obtenidos por el Real Valladolid nos remitiríamos a un escueto comunicado; frente al Andorra, victoria y confirmación de un sistema y unos hombres, defectos incluidos, que funcionó con éxito de marcador. Sin embargo, frente al ... Eibar, derrota para confirmar que las dudas han vuelto a asaltar a Pezzolano y todo su cuerpo técnico. Esa es la resumida situación actual, que a mi modo de ver es mucho más trascendente que los cinco goles encajados. El fondo, de nuevo, prevalece sobre la forma, por muy impactante que ésta sea visualmente.
Como no pertenezco a ese consejo de gestión que asesora al entrenador uruguayo no alcanzo a comprender que motivos les inducen a aconsejarle un cambio de sistema, cuando este rinde beneficios y se torna como el más eficiente tras haber ya demostrado antes que lo de los tres centrales estáticos resultaba un fiasco auténtico.
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Del mismo modo que no acierto a comprender que el cambio ¡del cambio! se produzca con puntualidad suiza llegado el minuto 45. ¿Por qué no antes? ¿Es acaso el prurito a verte en evidencia si aquello se revierte nada más detectarse el fallo?
Solemos tener los entrenadores cierto recelo a ejecutar antes del descanso un cambio de jugadores. Su posible enfado, sobre todo si es veterano, nos atenaza por aquello de evitar disgustos. Y caemos en el error de anteponer lo particular a lo general y lo individual a lo colectivo, para terminar cayendo en la injusticia y el error.
Lo injusto para el grupo es permanecer en el error detectado y castigarles alargando la decisión ya tomada. Algo que acaba por ser perverso, pues ni contenta al sustituido ni te permite ganar el tiempo perdido. Algo que se escenificó claramente frente al equipo armero.
Centrada la situación, me resulta difícil entender que algo que salta a la vista de espectadores, televidentes, aficionados, dirigentes, periodistas y todo aquel que actualmente siga al equipo, les cueste un mundo entenderlo al entrenador y su pléyade de asesores técnicos, algunos cámara en ristre dispuesta a ser comprobada sobre el propio terreno y en tiempo real.
De igual manera que se me antoja muy preocupante la deriva de los chicos jóvenes que no viajan por 'confortabilidad' ni juegan en el Promesas por inviabilidad. La proyección futura, así como la internacionalidad, se van al garete con estas cosas. Pero de ello ya hablamos en días próximos.
No me quiero repetir ni aburrir al lector volviendo a incidir sobre los tres centrales y su posicionamiento sin referencias claras de marcaje. Fue tan evidente su desubicación, como el despropósito de sacarles de zona para ocuparse de unos extremos con los que siempre estaban en desventaja desde el inicio de cada jugada. Del mismo modo, la perversa disposición alejaba a nuestros laterales del sitio lógico inicial para dejarles en tierra de nadie, inhabilitándoles para intervenir con garantías tanto en defensa como en ataque.
Y es que los sistemas son buenos o malos según quienes sean los encargados de desarrollarlos. No es lo mismo defender con tres centrales, colocando a Juric entre David Torres y Boyomo para que luego el croata salte a medio campo y se empareje, que hacerlo con Henrique y que se queda fijo en la posición, ya que eso te hace perder un hombre, descabalar el equipo y romper el sistema.
Ahora mismo es más importante el disgusto entre los aficionados, por ver roto un equipo casi hecho, con unas líneas compensadas -a falta de detalles- y con los mejores hombres ya identificados, que el bofetón de los cinco goles en Eibar.
Es imprescindible retomar ideas, buscar entre el grupo de asesores -y con la ayuda de sus muchos medios técnicos al alcance- las mejores prácticas realizadas hasta ahora, en base a sistemas y hombres.
De una vez por todas, dejémonos ya de elucubrar e improvisar. De lo contrario, haremos bueno aquello de: ¡por el análisis a la parálisis!
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