Real Valladolid
El estadio Zorrilla entra en ebullición para exigir la dimisión de PezzolanoReal Valladolid
El estadio Zorrilla entra en ebullición para exigir la dimisión de PezzolanoEl ambiente ya venía crispado en la antesala del encuentro. La cuerda estaba tensada y los dardos se dirigían a Pezzolano. La ciudad gozaba de un clima soleado muy diferente al clima que iba a vivir el José Zorrilla en la tarde del domingo. La ... opinión era mayoritaria, Paulo Pezzolano ha agotado la paciencia de los socios blanquivioletas, ya no hay vidas extras ni votos de confianza, el técnico uruguayo ha llevado a los aficionados a la desesperación.
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Arrugaban el rostro Roberto y Hugo López, padre e hijo, cuando se les preguntaba por las decisiones del uruguayo. Discrepan en su opinión. A Hugo no le pareció mal que Pezzolano cogiera las riendas del Real Valladolid en Segunda División, pero según ha transcurrido la temporada ha sentido que debe ser cesado. «No se están haciendo las cosas bien, no está llevando al equipo hacia la victoria, se ponen a tocar, pero luego no disparan», manifiesta el joven. Su padre, Roberto, confiesa que su destitución «llega tarde» y prescindir ahora del técnico es «inútil». «No le veía capacitado para subirnos a Primera División, quería su destitución a principio de temporada, pero ahora o subimos los que estamos o nada», apunta.
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El denominador común de la opinión blanquivioleta es el mal juego que destila el Real Valladolid. A Ruth del Pozo la molesta que Pezzolano «no ponga a los mejores jugadores sobre el césped». Las derrotas escuecen y no duda en mostrar su descontento durante el partido. «Me uniré a la pañolada», indicó.
Aguardaban con paciencia en la fila Alberto Tejedor y Jacinto Herreros. Mientras la larga fila avanzaba, Alberto criticaba el once elegido por Pezzolano. «Es de no tener ni idea, está constantemente probando y nunca se mejora. No confió ni en el ascenso directo ni en un posible play-off con él en el banquillo», señaló. Su amigo Jacinto se atreve a indicar qué entrenador sería el ideal para enderezar el rumbo. «Djukic me gusta, Pezzolano es el peor entrenador de estas últimas tres temporadas, es ver el partido contra el Andorra y saber que el Real Valladolid no juega a nada», sostuvo.
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El José Zorrilla era una olla a presión que explotó con el gol del Eibar en el minuto 2. La situación, ya delicada, despertó las primeras aplausos y risas irónicas. El enfado, la desazón y el desasosiego confluyeron. El gol anulado a Sylla provocó las primeras intervenciones aireadas de Pezzolano, quien se cargó a las primeras de cambio con una tarjeta amarilla. «Sácale la roja», «Expúlsale», gritaron algún que otro aficionado molesto. La roja a Berrocal en el minuto 11 no relajó los ánimos. Fue entonces cuando la grada de animación del Fondo Norte desplegó una pancarta que rezaba «Directiva sin rumbo, equipo a la deriva», lo que precedió a la pañolada multitudinaria al grito de «Directiva dimisión» y «Ronaldo vete ya». Poco mima Ronaldo Nazário a los cientos de hinchas que se sitúan tras la portería, alentando al equipo en cada encuentro independientemente de las condiciones climatológicas.
Roberto López
Abonado
Hugo López
Abonado
Ruth del Pozo
Aficionada
Alberto Tejedor
Abonado
Jacinto Herreros
Abonado
La grada también expresó su descontento con Luis Pérez. Cada vez que el lateral derecho tocaba el esférico se despertaba un murmullo acompañado de silbidos. Con el marcador en contra, el Real Valladolid enfiló el camino a vestuarios con gritos. «No sé a qué jugamos» o «esto no se puede aguantar» se escuchaba en las gradas.
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Los ánimos se calmaron en el inicio de la segunda parte. La grada decidió dar una tregua a los blanquivioletas. El Real Valladolid despertó, Meseguer igualó, Sylla, con un gol maradoniano rubricó la remontada y Salazar cerró la victoria. En cada uno de los goles se cantó el «Pezzolano dimisión» como si fuera el estribillo de una canción que se contagia. En todo caso, la alegría en las celebraciones de los goles es incompleta. La grada ha hablado, son muchos los que les duele ver a su Real Valladolid en esta situación y desea con toda su alma verle luchar por los campos de primera, pero no toleran que su equipo sufra humillaciones. El Real Valladolid ganó, pero esa alegría es incompleta si el equipo tropieza con la misma piedra y es incapaz de dar un golpe sobre la mesa.
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