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La operación de cesión del medio centro saudí Al-Mousa es probable que parezaca rara desde un punto de vista estrictamente deportivo. Pero con los clubes convertidos en sociedades anónimas, lo deportivo y lo económico deben equilibriarse.
Por eso la llegada del mediocentro saudí tiene ... más trastienda, más parte de atrás de la que parece. Llega dinero, sí, pero más cosas. He aquí las diez claves que lo explican.
Inyección. Según ha señalado el periodista de Onda Cero José Ramón de la Morena, ningún club de los que han participado en la operación –Villarreal, Leganés, Levante, Sporting, Valladolid, Numancia y Rayo Vallecano- va a recibir menos de un millón de euros por la cesión. Las fuentes consultadas no han querido especificarla aduciendo que esa información debe ser conocida por el consejo de administración en primer lugar, pero sí han matizado que no llega a esa cantidad aunque se queda relativamente cerca. Otras fuentes han precisado algo más y han asegurado que el ingreso ronda el 6% de la cantidad total de los ingresos.
Desde octubre. La operación diseñada por LaLiga se gesta en octubre, y desde entonces se han estado dando pasos. Con discreción, pero con todos los clubes de la LFP informados de lo que se estaba tramando. Sucede que algunos no quisieron participar, bien por tener las fichas de los extracomunitarios cubiertas, bien por falta de fe en el proyecto. El Valladolid fue de los que más se involucró desde el minuto 1.
Roberto Olabe. El que fuera director deportivo del Real Valladolid en el último año de Mendilibar ha sido uno de los padres de la operación y, contra lo que muchos puedan pensar, en las oficinas de Zorrilla su trabajo siempre se toma como referencia. Que él fuera uno de los impulsores del acuerdo con Arabia es garantía de seriedad y rigor y el club no tuvo dudas de que debía estar en él.
Ángel Luis Catalina. El ayudante, junto a Jesús Sánchez Japón, de Miguel Ángel Gómez, ha estado tres semanas en Arabia Saudí viendo jugadores y acudió a un partido del combinado en Portugal. Catalina se empapó de una forma muy profunda de la cultura árabe del fútbol, vio cientos de jugadores y analizó un buen número de ellos con la mente puesta en las necesidades del primer equipo. A resultas de este trabajo, elevó varios informes al director de fútbol y con ellos Miguel Ángel Gómez elaboró un quinteto de nombres. Eran los cinco jugadores internacionales que se facilitaron a la Federación Saudí, entre los que estaba el nombre de Al-Mousa.
Un perfil diferente. El nuevo integrante de la plantilla pucelana se incluyó en la lista por su madurez, su buena técnica y sus virtudes tácticas. Es un jugador que apenas pierde la posición, muy fuerte físicamente pese a no ser de gran estatura, y con mucho recorrido. Todo apunta que cubrirá el puesto de Sulayman. El medio centro africano tiene todas las papeletas para salir.
¿Qué quiere Arabia Saudí? Los responsables técnicos de la federación saudí consideran que el jugador árabe tiene suficiente calidad y unos fundamentos técnicos y tácticos adecuados, pero a la vez son conscientes de que tienen un problema de competitividad importante. Esta apreciación, que comparten los entrenadores españoles que han trabajado en el proyecto, consideran que puede ser paliada con el trabajo en equipos españoles. Entienden ambas partes que el jugador árabe no es tan distinto al español en factores como creatividad, desparpajo o conocimientos tácticos, pero que tiene un déficit en otras virtudes que son las que permiten dar el salto. Por ejemplo, la competitividad y la capacidad de sacrificio.
Repercusión. El tuit en el que se anunciaba la cesión de Al-Mousa ha sido el más comentado y retuiteado de la historia del club. Ese simple hecho da ya una idea de la repercusión. Pero repercusión en Arabia, no en España. De hecho, las cuentas en redes sociales del club han visto incrementarse el número de seguidores de una manera exponencial. Casi un 800% solo en Twitter. Y hay que recordar que el Valladolid tiene un equipo especializado en diseñar estrategias para convertir en ingresos esa influencia en las diversas redes.
La Liga Santander es la primera Liga en el país, pero no así la Liga 123. Con esta operación se pretende abrir ese mercado, ya que los jugadores que llegan a Valladolid, Rayo, Numancia y Sporting son auténticos ídolos en el país y se espera que los partidos de la Segunda División empiecen a ser comprados allí. Y eso es dinero para los clubes.
Camisetas. Y si Al-Mousa es un futbolista conocido, es probable que su nombre en la camiseta del Real Valladolid se traduzca en pedidos de esas prendas para el mercado árabe. Un mercado en el que el poder adquisitivo es bárbaro. No hay cuantificación, por el momento, del número de pedidos que puedan llegar, pero las perspectivas son buenas. Y el club se lleva un porcentaje de cada camiseta que se venda.
Valladolid es un equipo relativamente conocido en Arabia. Esta afirmación, que a muchos les puede sonar como gratuita y falsa, tiene una explicación idiomática curiosa. En idioma árabe, Valladolid se dice ‘bilad alwalid’ que viene a significar ‘tierra de mis padres’. Esta similitud fonética ha favorecido el conocimiento del club blanquivioleta, que está entre los más reconocidos por la población.
Libertad deportiva. Es la última pieza del puzle. El acuerdo de colaboración no incluye obligatoriedad de alinear a Al-Mousa. El jugador se ganará su puesto en los entrenamientos, aunque en el club se es consciente de que cinco meses no es mucho tiempo para la aclimatación. Pero en esto, poco tiene que perder el Valladolid.
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