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Jesús Alberto, reacio a desdoblarlas y sacarlas de casa, posa con parte de su inmensa colección. Rodrigo Jiménez

El coleccionista bicolor, el blanco y violeta del Real Valladolid

Jesús Alberto tenía 25 años cuando adquirió las primeras zamarras del Pucela en el establecimiento donde iba a renovar su carnet de socio; ahora con 39 atesora valiosos ejemplares

Nuria Galindo

Valladolid

Miércoles, 21 de febrero 2024, 00:12

Se dice que la historia se escribe en cada página de un libro, pues bien, el caso de Jesús Alberto Rodríguez es diferente. Este vallisoletano de 39 años puede narrar la historia del Real Valladolid a través de las 150 camisetas que atesora del club, cada zamarra recuerda una efeméride del club de sus amores. Con rayas finas o gruesas, diferentes logos publicitarios, con o sin cuello… La evolución del Real Valladolid se encuentra en sus manos, conserva una porción importante de su club. Sus ojos hacen chiribitas cada vez que observa con esplendor su enorme colección que decidió compartir con una foto por la red social X sin ser consciente de que su perfil se llenaría de reacciones.

Lo que iba a ser una jornada estival dedicada a renovar el carnet de socio se acabó convirtiendo en el principio de una bonita pasión.

Por aquel entonces, Jesús Alberto tenía 25 años e iba a cumplir su quinta temporada como socio del Real Valladolid. Acudió al local para proceder a los trámites y observó que en aquel establecimiento vendían camisetas a un buen precio. «Costaban entre 15 y 20 euros y en aquella ocasión acabé comprando hasta tres camisetas, entre ellas la de Diego Costa de la temporada 2009-10 de la marca Puma», relata el vallisoletano, que a partir de ese momento le 'picó' la fiebre blanquivioleta. «Iba a una tienda, veía que había otro modelo que estaba en oferta y me animaba a comprarla. Me planté con 30 camisetas distintas y pensé que me lo iba a tomar en serio, pasó de ser un antojo a un hobbie».

150 camisetas blanquivioletas

Con rayas finas o gruesas, diferentes logos publicitarios, con o sin cuello… Jesús Alberto puede narrar la historia del club en base a sus equipaciones.

Nunca se imaginó que aquel niño que se hizo socio del Pucela con sus amigos del colegio iba a emprender la aventura de coleccionar las camisetas de sus ídolos, esos que veía sobre el césped del José Zorrilla. Jesús Alberto comenzó a adquirir sus primeras elásticas blanquivioletas en tiendas, pero, posteriormente, se decantó por las páginas web y aplicaciones de compraventa en las que se animó a trastear. «Compro las camisetas usadas en los partidos por los jugadores. Normalmente son camisetas que los jugadores regalan a algunas personas y que con el paso del tiempo las acaban vendiendo. Este tipo de páginas de compraventa las recorro de manera frecuente», señala.

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Confiesa que uno de sus modelos favoritos es la camiseta violeta con rayas horizontales amarillas simulando ser llamas de Kelme que el Real Valladolid utilizó en el partido de Copa del Rey frente al Real Unión Club de Irún en la temporada 1999-2000. «Este año se ha vuelto a hablar de ella porque el equipo la utilizó en el partido contra el Real Oviedo», relata el vallisoletano.

Uno de sus modelos favoritos es la camiseta violeta con rayas amarillas con la que se jugó el partido de Copa ante el Real Unión en la 99-00

La ilusión de Jesús Alberto se encendía cada vez que hallaba una nueva reliquia a través de Internet. Sabía que una vez cayeran en sus manos difícilmente iba a soltarla. Se podría decir que en su hogar aguarda un museo blanquivioleta. La camiseta que ha alcanzado el número 150 y que ha generado una gran alegría al vallisoletano es el último modelo con el que el Real Valladolid disputó competiciones europeas. Se trata de la elástica con cuello rojo de Kelme que jugadores como Peternac, Víctor Fernández o Benjamín Zarandona lucieron ante el Skonto de Riga o Spartak de Moscú.

Aunque el cambió de escudo no sentó bien, el vallisoletano, como buen coleccionista, también aguarda los ejemplares que el Pucela ha vestido en estas dos últimas temporadas, aunque no las considera las «más bonitas». «Fue tan duro el cambio que me sentó mal, cambiaron el escudo con el que he nacido y he crecido. Si llega a haber un referéndum y sale que se cambia, yo lo hubiera admitido, pero no lo consultaron», defiende Jesús Alberto, quien da su opinión sobre cómo se integra el escudo sin la laureada con el color blanco y violeta. «Estéticamente, no me gusta».

Envueltas en papel cebolla

Por el momento, este valioso tesoro se encuentra custodiado en cajas, cada camiseta está doblada con mimo, con un papel cebolla para que el vinilo no se deteriore, pero en su mente está el proyecto de que tenga un lugar privilegiado. La idea del vallisoletano es instalar unas barras a modo perchero burro para que la elección de ver cuál de ellas lleva al estadio sea más sencilla. Jesús Alberto tiene la libertad de escoger una de las 150 camisetas cuando acude al José Zorrilla. Se enfunda, modelos de hace 20 años que muy pocos tienen en sus manos . «Cuando el tiempo lo permite suelo ir rotando, quiero disfrutar de la colección y no solo sacarlas para la foto» apunta.

«Cuando consigues una, tienes como objetivo la siguiente», dice. La familia seguirá creciendo y el afán por adquirir nuevos ejemplares sigue intacto. «Me faltan bastantes modelos, hay que sumar las camisetas de los porteros, las terceras equipaciones... En los años de Umbro había cambios de publicidad cada dos o tres partidos, en un año a lo mejor había 20 0 25 camisetas distintas», sostiene. No hay límites, mientras la «economía y el espacio lo permita», Jesús Alberto hará que su tesoro adquiera cada vez más valor con nuevas reliquias.

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