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Un año más en Primera. Y con dinero, además. Decía un buen día Mendilibar que uno de los secretos de la permanencia del Eibar, más allá del trabajo, estaba en que el club armero estaba en Primera en el momento en que empezó a fluir el dinero de las televisiones y la LFP hacia los clubes. El Valladolid no pudo vivirlo esta temporada por sus cuestiones concursales, pero el curso venidero será totalmente distinto. El límite salarial va a ampliarse significativamente y eso implica directamente tener acceso a jugadores de mayor calidad. Eso sí, habrá que conjugar con inteligencia más talento en la plantilla con la unidad del grupo. Y ahí serán claves tanto el director deportivo como el entrenador, que son quienes dotan de personalidad al equipo.
Pero mientras todo eso llega, es el momento de descubrir y describir las causas que explican la hazaña de seguir en la Liga con el presupuesto más bajo. Y las causas no están solo en el grupo de jugadores. Hay más.
1
La tranquilidad. Como señala Luis Miguel de Pablos en su análisis de la figura de Sergio González, el Pucela encadenó una racha de nueve partidos sin ganar, pero nadie cuestionó la figura del entrenador. Y quien lo hizo se encontró con la rápida respuesta del club. Sustituir al técnico cuando pintaban bastos no era una opción. Su renovación a principio de temporada fue un mensaje que no se iba a desvirtuar. Esa calma transmitida al vestuario desde las oficinas fue determinante para que el grupo mantuviera la confianza en el entrenador.
2
La psicología. Volvamos a empezar, se dijo un buen día Miguel Ángel Gómez. El director deportivo, licenciado en psicología y estudioso de la conducta humana dentro de grupos de élite sometidos a presión, ideó con Ángel Catalina y Jesús Sánchez Japón un plan para que los jugadores regresaran al momento en que se gestó el ascenso. Un regreso al futuro con freno y marcha atrás. Y Sergio compró entusiasmado la idea. Ese volver a abril de 2018 funcionó. ¡Y de qué manera! Ya lo apuntó Javier Yepes, que detectó en el partido ante el Getafe una más que apreciable variación en la manera de comportarse el equipo. Desde aquel día todo ha sido crecer.
3
El VAR. Y no, no porque al final nos diera lo mismo que nos quitara, que tampoco se trata de echar esa cuenta una vez cumplido el objetivo. El VAR porque lo que provocó fue el fortalecimiento mental de los jugadores y del entrenador. Pese a que en algún momento diera la impresión de que el vestuario se escudaba en el video arbitraje para no ver el bosque de los problemas que acuciaban al equipo, lo cierto es que puertas adentro se afrontó como un reto, uno más, de los muchos que han jalonado los dos últimos cursos de este equipo. Y si, se decía, pudieron superar los problemas con Luis César, ascender, iniciar la temporada sin delanteros y llegar al partido con el Espanyol en la zona más noble... podrían con el VAR y sus incomprensibles decisiones. Y pudieron.
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La afición. Quién utilice en los próximos tiempos el tópico de la frialdad de la afición del Real Valladolid será porque lleva tiempo viviendo fuera del planeta o, simplemente, porque no quiere que la realidad le estropee un argumento. Los segudiores blanquivioletas han sido más que nunca el jugador número 12. Una media de 18.000 espectadores en Zorrilla es una cifra inaudita para lo que ha sido el club en los años de la travesía del desierto, pero es que tampoco se vio tal apoyo en el año de Djukic en Primera, por ejemplo. Los abonados han percibido que este año estaba pasando algo diferente, han visto mucho compromiso, mucha pasión en el vestuario, mucha coherencia en las oficinas. Y el conjunto ha provocado desplazamientos notables y la permanente sensación de que siempre había gente que se quedaba sin poder ir a apoyar al equipo
5
La flexibilidad. Deberes para la próxima hora: descubre de cuántas maneras diferentes ha jugado el Pucela esta temporada. Te sorprenderás. A principio de temporada, muy defensivo, muy armado atrás; cuando se asentó, un equipo contragolpeador; más tarde llegó a disputar partidos con tres centrales y luego lo hizo con dos delanteros... Todo ello demuestra el tratabo táctico y técnico de Sergio y sus ayudantes pero, sobre todo, la versatilidad de una plantilla sin prejuicios que en ningún momento planteó problemas. De esa siembra llegó esta cosecha. La segunda, como acertadamente señaló Joaquín Robledo.
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