Que el ascenso a Primera División del Real Valladolid se traducirá en balón de oxígeno para la hostelería local lo empezó a comprobar anoche el bar restaurante La Pera Limonera, en Las Moreras, junto al Pisuerga, lo más parecido a un chiringuito de playa ... en Valladolid.
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Allí, tras el partido y las celebraciones por el triunfo que garantizan plaza directa en la Liga Santander, fue donde acudió la plantilla del Pucela, junto a técnicos y resto de empleados del club.
Una ciudad que vuelve a ser de Primera
El local se cerró para disfrute de los blanquivioletas, que sin embargo, abrieron las puertas e invitaron a compartir cena y felicidad a los hinchas más despiertos que supieron que fue el lugar escogido para la fiesta del ascenso, una celebración que se prolongó hasta altas horas de la madrugada en un espacio donde, según puede leerse en su propia web «nos desayunamos el otoño, surfeamos fresquísimos vermús, nos zambullimos en pla-ta-zos y nos perdemos en atardeceres para bebernos la noche». Pues eso y además, desde ayer pueden incluir en su marcadotecnia que además de desayunarse el otoño y beberse la noche, se puede festejar la escalada a lo más alto de la competición. Entre el restaurante escogido anoche y el paseo en barco de hoy, al Real Valladolid le están quedando unos festejos muy marítimo-playeros. Serán las ganas de veraneo.
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