Es el año 1568 en Valladolid. La ciudad ya ha sido testigo de una serie de eventos históricos que marcaron la historia. Véase la boda de los Reyes Católicos o la muerte de Colón, por destacar algunos de los más importantes. En este año, ya en pleno siglo XVI, Santa Teresa de Jesús llega a Valladolid. De forma más concreta, lo hace el 9 de agosto. Los pasos de la abulense se pueden seguir en la actualidad en Valladolid. Un legado que ha dejado su huella en la ciudad.
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Santa Teresa de Jesús llegó a la villa para crear su cuarta fundación de carmelitas descalzas. Ella ya mantenía relación con Valladolid, pues una de sus abuelas había nacido en una zona cercana a la ciudad, en Tordesillas. En la ciudad, la santa levantó su primer convento en la zona del Cuatro de Marzo. Allí todavía pervive un vestigio del templo que llama la atención a los paseantes. Es la cruz blanca situada en una de las orillas del río Pisuerga. Es la senda de Santa Teresa, junto a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán y que sitúa el inicio de los pasos de Santa Teresa de Jesús en Valladolid.
Lo que ahora se sitúa en pleno centro urbano en aquel entonces estaba a más de un kilómetro de la ciudad, en tierras de Bernardino de Mendoza, un joven y noble rico que había donado para la fundación la finca y que era hermano del obispo de Ávila. Su cercanía al río hacía inhabitable el convento, lo que obligó a su traslado. La insalubridad era tal que muchas de las hermanas cayeron enfermas a causa de las humedades del entorno. Fue precisamente la hermana de Bernardino, María de Mendoza, quien donara tierras en La Rondilla a las religiosas. Hasta su movilización, la noble las llevó a su palacio, frente a los dominicos de San Pablo. Finalmente se trasladarían hasta el barrio en 1569, un año después de la llegada de la abulense. De destacar es su labor en esta zona de la ciudad, pues ahora recibe su nombre, Rondilla de Santa Teresa.
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Aquí se levantó su cuarta fundación, el convento de la Concepción del Carmen, aún en pie. En su interior se conservan obras originales de la santa y la celda que ocupaba cuando visitaba la ciudad y se hospedaba aquí. Además, cuenta con obras de Gregorio Fernández, Juan de Juni y Luis de Morales. Allí también se guarda la segunda edición del libro 'Camino de perfección', obra de la santa y que culminó antes de iniciar su labor en Valladolid. En su habitación del convento también se mantienen autógrafos y cartas originales. La fundación del convento la realizó junto con San Juan de la Cruz.
En total, la abuense estuvo en seis ocasiones en la ciudad del Pisuerga. En Valladolid también pasó la Navidad en varias ocasiones. En concreto, su convento en Valladolid fue donde más tiempo pasó, como punto intermedio entre sus viajes. El último de ellos la trajo a la ciudad quince días antes de morir, cuando iba de camino a Ávila. Teresa de Jesús fue beatificada en el año 1614, siglos más tarde, entre 1967 y 1977 nació el barrio de La Rondilla, cuyas calles guardan tan íntima relación con su figura. Los ejemplos más claros son Fundaciones, Moradas, Místicos o Éxtasis.
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