Las leyendas construyen las sociedades. Es curioso cómo los relatos de héroes y dioses de hace miles de años todavía están presentes en la actualidad. Incluso en las calles de las ciudades. Valladolid no se queda atrás, ya que algunos de sus monumentos destacan por esta iconografía, que retrotrae a una época de mitos griegos y romanos.
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El Campo Grande es el foco mitológico de Valladolid. Aquí se juntan varios mitos y leyendas a través de las estatuas del parque, pero también de alguno de sus animales. Uno de los primeros ejemplos, quizá el más claro, es el que está más escondido. Es la estatua de Neptuno, una figura que data del año 1835. El dios romano que gobierna los mares tiene su representación en el Campo Grande, donde antaño también había una estatua de Mercurio y otra de Venus.
Otro de los lugares mitológicos de Valladolid que encontramos en este parque es la estatua de la Fama, que hace referencia a la diosa romana, quien se encargaba de extender los rumores y los hechos de los hombres, bien fueran ciertos o no. En parte se la consideraba como mensajera de Zeus. Su homóloga griega, Feme, tuvo un altar en Atenas, lo que confirma su importancia en la mitología. Junto a esta fuente encontramos una concha con tritones, quienes eran hijos de Poseidón en los mitos griegos. Este dios, como hemos visto, tiene su versión romana -Neptuno- en Valladolid.
Seguimos en el Campo Grande, esta vez estamos en La Pérgola. Aquí encontramos la fuente del Cisne. La figura de este animal, que también encontramos fácilmente en el estanque del parque, está rodeada por una serie de náyades, que en la mitología griega eran las ninfas de los cuerpos de agua dulce. Además, unos chorros de agua que apuntan al centro de la fuente salen de, precisamente, las bocas de unos tritones. Por si no fuera poco, el cisne es una de las formas que tomó Zeus en una de sus tantas infidelidades. En concreto en el conocido mito de Leda. Una leyenda muy representada en las artes, donde se puede destacar una pintura atribuida a Miguel Ángel. Un dato curioso es que de este romance entre cisne y mujer nació Helena de Troya, quien más tarde tendría un papel tan importante en la guerra de Troya.
Otro de los animales del Campo Grande que podemos relacionar con mitología son los pavos reales. Para no perder la costumbre, debemos traer otra infidelidad de Zeus a su esposa Hera. Esta vez, el padre de los dioses se enamoró de Ío, una doncella de su esposa -y hermana-. Para conquistar a la joven, Zeus se disfrazó esta vez de niebla y así ocultarse de su mujer. La idea no tuvo efecto, ya que Hera los encontró juntos. La mejor idea que tuvo Zeus en ese instante fue convertir a Ío en una ternera, animal que Hera pidió a su esposo como regalo para posteriormente ordenar a Argos, un gigante de cien ojos que vigilara a la ternera. Tras fracasar en su tarea después de ser decapitado por Hermes -quien seguía órdenes de Zeus-, los cien ojos terminaron en el animal favorito de Hera, el pavo real. Más concretamente en su cola. En pintura, es común ver a la diosa acompañada de este animal.
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'No más allá', este el texto que según la leyenda se relaciona con Hércules y sus columnas. En uno de sus trabajos, el héroe separó la Península Ibérica de África cuando abrió el estrecho de Gibraltar. Aquí se marcaron entonces los límites del mundo conocido, con dos hipotéticas columnas que Hércules colocó en el peñón de Gibraltar y en el monte Hacho de Ceuta. Otras versiones hablan de que la segunda columna estaba en el monte Musa, en Marruecos. Este lema quedó obsoleto con los viajes de Cristóbal Colón, por ello en su monumento en Valladolid estas palabras están rasgadas por un león.
Sin alejarnos mucho de la zona, en la acera de Recoletos tenemos otra representación que nos atrae a la mitología gracias a unos pequeños detalles. En concreto las figuras femeninas de las cariátides y las masculinas de atlantes. Esta última parece evocar el mito de Atlas, el titán que fue condenado a cargar sobre sus hombros con la tierra. Después de algunos sucesos que ocurrieron, el titán acabaría convertido en piedra por culpa de Perseo, quien le mostró la cabeza de Medusa. Según el mito, este hecho formó la cordillera africana de Atlas. Las cariátides, por su parte, también son muy típicas en Grecia. Allí tienen su ejemplo más conocido en uno de los templos de la Acrópolis ateniense. En la Tribuna de las Cariátides.
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La mitología presente en el Pasaje Gutiérrez es bastante obvia, pero también merece ser nombrada. En concreto nos referimos a la estatua de Mercurio, situada en el centro del pasaje. La figura representa al dios romano de, entre otros menesteres, el comercio. Tiene sentido que esté ubicado en el Pasaje Gutiérrez, que nació como un lugar para el comercio. La estatua es fácilmente distinguible por su casco y botas aladas. Además está rodeada por cuatro estatuas que representan a las cuatro estaciones.
Si ya hemos visto que Zeus no era, lo que se dice, muy fiel a su esposa Hera, aquí tenemos otra prueba más. Antes, un pequeño apunte. Si bien la estatua que corona este edificio de la calle Santiago representa a un fénix, la composición de las dos figuras se asemeja a las representaciones pictóricas del rapto de Ganímedes. Este mito narra como Zeus, esta vez en forma de águila, raptó al joven troyano Ganimedes para convertirlo en su amante y copero de los dioses.
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Sea como fuera, la historia narra que el dios se enamoró al instante del joven, que también era un apuesto príncipe de Troya. Su decisión fue llevárselo al Olimpo contra su voluntad.
La fuente de la plaza de Martí y Monsó de Valladolid representa a tres sirenas. Esta criatura mitológica es bien conocida por su papel en la Odisea y el pasaje en el que Ulises se ató al mástil de su barco para escuchar el canto de las sirenas sin caer en su embrujo. Cabe destacar que a pesar de su apariencia mitad mujer mitad pez, en la mitología griega se las representaba con cuerpo de ave.
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Aunque su significado está en los primeros habitantes de Valladolid y su esfuerzo para construir la ciudad, podemos relacionar su nombre con el coloso de Rodas, la estatua del dios griego Helios que fue una de las maravillas del mundo antiguo y que fue destruida por un terremoto.
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