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La entrada al Viejo Coso de Valladolid, uno de los lugares que permanece oculto a los ojos poco curiosos. Alejandro Leonardo
Qué ver en Valladolid: lugares ocultos de la ciudad

Qué ver en Valladolid: lugares ocultos de la ciudad

Escondidos, que solo pueden hallar ojos observadores, la capital vallisoletana oculta entre sus calles algunos rincones que merece la pena encontrar

Sergio García

Valladolid

Viernes, 15 de julio 2022, 00:16

Cuando una persona hace turismo se centra en los lugares emblemáticos que se deben visitar. Casi de forma maratoniana, engullimos los monumentos más importantes de nuestro destino y luego decimos orgullosos que hemos visitado esta o aquella ciudad. Pero cuando volvemos a casa tenemos la espina clavada por no haber callejeado más o no haber caminado por esa pequeña calle que a saber dónde llevaba. Valladolid también tiene estos lugares, escondidos para los ojos que solo observan el mapa; rincones que merece la pena encontrar.

Viejo Coso

Entre los entornos de San Miguel y San Nicolás se esconde uno de los lugares más interesantes por los que perderse en Valladolid. Una antigua plaza de toros, reconvertida en una zona residencial que mantiene su estructura octogonal, hace que escapemos de la arquitectura típica de Valladolid. Es el Viejo Coso, ubicado en la plaza de mismo nombre. En el lugar se mantienen las tribunas que llenaban personalidades de la ciudad, transformadas ahora en pequeñas terrazas de las viviendas y que apuntan a un pequeño jardín central. Para encontrarlo se puede acceder desde la calle San Ignacio o desde San Quirce para después entrar por un pequeño pórtico que da lugar a este oculto lugar.

El Viejo Coso de Valladolid, antigua plaza de toros de la ciudad. Rodrigo Ucero

Pasaje Gutiérrez

La revolución industrial del siglo XIX hizo que en París nacieran las galerías comerciales. Pequeños atajos entre dos calles llenos de comercios que además de ampliar los locales ahora son un gran atractivo turístico. Y también llegaron hasta Valladolid, donde se puede encontrar una de estas galerías comerciales, de las que solo hay tres en España. Es el pasaje Gutiérrez, inaugurado en 1886 y que sirve de unión entre la calle Castelar y Fray Luis de León. El pequeño pasadizo está presidido en el centro por una estatua de Mercurio y tiene el techo adornado con pinturas que evocan historias mitológicas. Por la noche, la iluminación se torna de un azul oscuro que pinta el 'cielo' del pasaje, que se convierte en un pasadizo onírico.

La estatua de Mercurio, en el pasaje Gutiérrez, en la imagen ganadora del concurso de fotografias sobre el entorno y organizado por El Norte Leandro Alonso

Calle Sierpe

En el centro de Valladolid hay una serpiente de varios metros que acecha oculta en el suelo de una de sus calles. Es la más grande de su especie y está en la calle Sierpe, una pequeña vía que une Cánovas del Castillo con Regalado y que, como uno se puede imaginar, es una vía de forma serpenteante. A pesar de su gran tamaño y ubicación privilegiada a escasos metros de la plaza Fuente Dorada, son muchos los que todavía no han reparado en la representación de esta gran serpiente que tiene su cola en la calle Regalado y que se extiende por varios metros hasta que su lengua bífida roza las aceras de Cánovas del Castillo.

La calle Sierpe, con el suelo en forma de serpiente, en Valladolid. Rodrigo Jiménez

Iglesia del Santísimo Salvador

De gran tamaño, con una de las torres más altas de Valladolid, la iglesia del Santísimo Salvador parece pasar desapercibida a pesar de encontrarse en pleno centro de la ciudad. Está ubicada entre tres de las vías más importantes para acceder al núcleo de Valladolid, véase López Gómez, Teresa Gil y Regalado. En el centro del triángulo que forman estas tres calles se encuentra la plaza del Salvador, donde nos topamos con la iglesia, que destaca por su gran torre rematada en ladrillo. El lugar, a pesar de estar a simple vista, se mantiene oculto para los paseos de los vallisoletanos y visitantes, que muchas veces pasan cerca, pero lejos, de un lugar que, para llegar a él, hay que buscarlo. A destacar la vista de la torre desde Regalado, que desde la perspectiva de la estrecha calle Castelar, aisla al torreón del resto de la estructura.

La iglesia de San Salvador, en Valladolid. El Norte

Panóramica desde la torre de la Catedral

Este lugar no está oculto, pensarán muchos. Y no, tampoco vamos a hablar de la desaparecida torre y el lugar dónde quiera que estén sus restos, si es que no han desaparecido completamente tras el famoso derrumbe. Nos referimos a la torre de la catedral de Valladolid. La que existe, la única que tiene. Pero hay muchos que desconocen, o conocen pero aún no han visitado, que el monumento tiene un mirador desde donde se puede ver toda la ciudad. Desde allí tenemos una vista privilegiada de Valladolid y sus tejados, también del corte en la torre inexistente que acompañaría en la fachada de Nuestra Señora de la Asunción.

Visitantes se asoman a ver las vistas de Valladolid desde la torre de la Catedral. J. S.

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Convento de la Francesas

La calle Santiago de Valladolid tiene una puerta con un cartel que reza 'Centro Comercial Las Francesas'. Sobre este letrero, la imagen de una virgen y una cruz observan a los viandantes, que no reparan en que la entrada está abierta para todos aquellos que la quieran cruzar. Pero esta puerta no es más que la portada del convento de Las Francesas, oculto en una pequeña plaza y que se descubre tras pasar un pasadizo desde Santiago. Allí podemos encontrar la iglesia, que ahora se ha convertido en un museo donde siempre se pueden ver exposiciones.

Entrada desde la calle Santiago a la pequeña plaza donde se esconde el convento de Las Francesas. Gabriel Villamil

Patio de las Tabas

Si nos adentramos más aún en el convento de Las Francesas encontramos un patio escondido que antaño fuera lugar de paseo y encuentro. Tiene una forma cuadrada, una altura de tres pisos y se puede acceder sin problema a través de un pasadizo que podemos encontrar al final de la fachada de la iglesia. Este lugar también se conoce como el patio de las Tabas. El porqué lo encontramos en el suelo, algo que ya notan nuestros pies una vez accedemos a este rincón. Junto a las pequeñas piedras que forman los mosaicos, podemos ver como las figuras que se forman de color blanco son tabas de animales.

El patio de las tabas, parte del convento de las Francesas, en Valladolid. J. Sanz

Recuerdos de Valladolid en mosaicos

El palacio Pimentel tiene mucha historia entre sus paredes. Allí han vivido reyes y en sus habitaciones han dormido monarcas que hace siglos eran los líderes de imperios. El edificio alberga ahora la sede de la Diputación Provincial de Valladolid y, desde fuera, se puede tomar como un simple lugar institucional. Pero el acceso al edificio está permitido y allí podemos toparnos con un fragmento de la historia de la ciudad a través de unos mosaicos que decoran el recibidor del palacio Pimentel. Azulejos que muestran desde la proclamación de Felipe II como rey de Castilla hasta el incendio que asoló la villa.

Los mosaicos que decoran la entrada del palacio Pimentel. Rodrigo Jiménez
Imagen principal - Los mosaicos que decoran la entrada del palacio Pimentel.
Imagen secundaria 1 - Los mosaicos que decoran la entrada del palacio Pimentel.
Imagen secundaria 2 - Los mosaicos que decoran la entrada del palacio Pimentel.

Puedes consultar los diferentes rincones ocultos en el siguiente mapa.

En caso de no seguir las indicaciones, es probable que puedas encontrar otros lugares escondidos de Valladolid que esperan ser visitados.

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