Zona del embalse de La Florida en Castronuño. Rodrigo Jiménez
Senderismo en Valladolid

La senda de los Almendros, en la ribera de Castronuño

Ruta circular de apenas cuatro kilómetros, ideal para iniciar a los más jóvenes en la naturaleza y el senderismo

Juan J. López

Valladolid

Lunes, 13 de diciembre 2021, 22:01

Escondido en la provincia de Valladolid, en tierra de campos y cerca de las provincias de Salamanca y Zamora, Castronuño y su entorno encierran uno ... de los enclaves naturales más vistosos.

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A menos de una hora de la capital, la Reserva Natural Riberas de Catronuño-Vega del Duero se abre para los visitantes con distintas rutas y alternativas para el ocio, el senderismo y el deporte.

El embalse de La Florida es hoy nuestro destino, y para disfrutar de él vamos a optar por la senda de Los Almendros. La ruta apenas tiene 3,5 kilómetros y es ideal para iniciar a los más jóvenes en el medio natural, o para disfrutar con acompañantes con movilidad reducida o discapacidad.

Tres kilómetros y medio que nos deparan siempre un paisaje agradable y un suelo fácil de pisar por el que transitar.

Lo primero que hay que mencionar es que la actividad recibe el nombre de los almendros que protagonizan una parte de la senda, y que brillan sobre todo en febrero y marzo cuando están en flor -una buena época del año para disfrutar de esta propuesta-.

Podremos llegar en coche hasta el mirador de La Muela, en Castronuño, al que llegaremos por la carretera VA-610, y en la que nos desviaremos al llegar a la localidad vallisoletana para coger el Paseo de La Muela.

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Desde este mirador, veremos el bonito paisaje que la ruta nos promete. Justo al lado, veremos la iglesia de Santa María del Castillo, un parque infantil y mesas para hacer un picnic. En el punto de partida, también está la Casa de la Reserva, en la que nos pueden informar sobre esta u otras rutas.

Ermita de Castronuño. Fran Jiménez

Comienzo de la ruta

Para comenzar la ruta, atravesaremos el parque y bajaremos por una pasarela de madera hasta el nivel del río. Nos encontramos ya en la denominada como Senda de los Pescadores, y esta zona tiene una vegetación mucho más densa, con muchos sauces, chopos y olmos.

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Este camino se llama así, porque se utilizaba tracionalmente para subir la pesca hasta el pueblo desde el puerto fluvial que había en la localidad vallisoletana. También en esta parte de la actividad encontraremos un observatorio de aves. Merece la pena preguntar en la Casa de la Reserva por la fauna del ecosistema y si se es amante de las aves, unos prismáticos serán de gran ayuda.

Ribera de Castronuño. Rodrigo Jiménez

Durante un pequeño tramo, caminaremos a lado de la carretera, hasta que un cartel nos señale que tenemos que cruzar la carretera, para adentrarnos en un pinar.

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En este punto cruzaremos la calzada para proseguir por el bosque, entre pinos. Después de caminar un poquito, nos tocará esforzarnos un pelín, porque la senda asciende, pero no se trata de un desnivel importante y el camino es muy bueno, por lo que con un poco de actitud lo superaremos sin problemas.

Además, según ascendemos la vista se reconfortará con los primeros almendros, que si hemos optado por ir entre los meses de febrero y marzo, veremos florecidos en un espectáculo que merece mucho la pena.

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Al terminar la subida, nos tendremos que desviar hacia la izquierda para llegar al mirador que hay sobre el Embalse de San José, el llamado mirador del pinar.

Es un buen lugar para sacar alguna fotografía de recuerdo antes de retomar el sendero hacia la derecha para seguir el camino.

Después de andar por entre los pinos, con numerosos almendros, llegaremos a la carretera, de nuevo, para regresar a Castronuño.

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