

Secciones
Servicios
Destacamos
JAVIER SANTOS
Domingo, 7 de mayo 2006, 02:00
Nacido en la localidad salmantina de La Mata de Ledesma, pero afincado en Valladolid, Miguel Martín es uno de los fotógrafos castellanos más importantes. En sus montajes, explora la vertiente artística de la imagen, aplicando a los inconfundibles paisajes castellanos un poso de nostalgia. Miguel Martín, que ha colaborado con el Aula Cultural de EL NORTE, muestra estos días una colección de fotografías en la Fundación Díaz Caneja, que se podrán ver hasta el día 28 de mayo.
-Expone en la Fundación Díaz Caneja, un pintor al que admira especialmente. ¿Existe paralelismo entre el trabajo que presenta en esta exposición y la obra del palentino?
-Sí, en aquellas fotos que pertenecen a los paisajes de tierra. Pero no porque haya visto los cuadros de Caneja y haya intentado hacer las fotos como él pintaba, sino por mera coincidencia. Las imágenes de esta exposición, originariamente, tienen más de veinte años. Entonces no conocía a Caneja ni su pintura. Después, me he dado cuenta de que a través de dos medios distintos hemos mirado de una forma parecida a Castilla.
-¿La pintura de Caneja también es fotográfica?
-En algunos sentidos sí. Pero creo que él no se planteó esa posibilidad. En definitiva, tanto él como yo estamos tratando con el mismo territorio, los dos metros cuadrados que nos rodean.
-Lleva retratando a Castilla desde hace varias décadas... ¿Ha notado una evolución o es una región detenida en el tiempo como se dice?
-Ojalá estuviese detenida en el tiempo en aquello que merece la pena. Hay que ser conservador con todo aquello que merece la pena ser conservado. Sin embargo, en Castilla no se ha conservado nada. Por ejemplo, en la muestra hay unas fotografías de tapiales, de los que hoy casi no queda ninguno. Igual habría que haberlos llevado a un museo... No lo sé. No obstante, tendríamos que haber visto el significado de algunos lugares con otros ojos, no solo los del progreso, sino los de la estética.
-¿A qué se debe el poso de nostalgia que desprende su trabajo?
-A una forma personal de entender el paso del tiempo y el paso de la vida. La inevitable melancolía surge cuando uno mira mucho para atrás. Sigo necesitando caminar por los pueblos de Tierra de Campos, y cada vez que lo hago me invade la nostalgia.
-Para subrayar ese sentimiento emplea diversas técnicas modernas en sus fotografías. ¿Qué aportan las nuevas tecnologías a su obra?
-Aunque uno viva de la nostalgia, no puedo dar la espalda a los caminos que han tomado en la actualidad las artes o la cultura. Lo que hago es incorporar un lenguaje completamente nuevo que me permiten los medios técnicos que hoy tenemos. En este lenguaje, la fotografía ya no es solo fotografía, sino que es mil cosas más, y lo importante es la validez del mensaje estético y el contenido. En este sentido, incorporo todos los elementos que me pertenecen de la manera que me permiten los medios hoy. Por eso se mezcla todo: palabras, imágenes, montajes, dobles relieves...
-Va más allá de la simple foto...
-La fotografía ya no tiene sentido entenderla como una simple reproducción de algo, sino que es un medio más para expresar lo que quieres. Esto me tranquiliza mucho, porque ya no necesito salir a hacer fotos, sino que las compongo con material que ya tengo almacenado. El postmodernismo es reciclaje. Están ya todas las fotos hechas, ¿por qué voy a hacer más? Se trata de construir una nueva historia con los desechos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.