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Las niñas desaparecidas en 1992.

Treinta años de la desaparición de las niñas de Aguilar: todas las incógnitas del caso

La jueza de Cervera levantó esta semana el secreto de sumario ocho meses después de reabrir la investigación

Sábado, 12 de marzo 2022, 07:58

El de Virginia Guerrero y Manuela Torres, dos niñas de Aguilar de Campoo desaparecidas el 23 de abril de 1992 cuando regresaban a casa desde Reinosa, es otro de los casos más misteriosos de desapariciones que se han producido en las últimas décadas en España.

Entonces, hace casi treinta años, innumerables llamadas de personas aseguraban haberlas visto en una y otra parte del país, incluso en Francia, donde la Interpol abrió algunas líneas de investigación sin resultado.

Las pistas fueron cesando tras aquel 23 de abril de 1992, pero la desaparición de las dos adolescentes ha seguido generando innumerables preguntas, que suelen desembocar en las más fáciles: ¿qué ha sido de ellas? ¿cómo es posible que al principio de la investigación no hubiera más indicios sobre los que seguir un rastro?

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga, que asumió el caso, lo decidió reabrir el pasado mes de junio tras la declaración ante la Guardia Civil de una mujer que, en 1991 y también junto a una amiga, las dos por entonces menores también, se subieron a un Seat 127 de color blanco en la zona de influencia de la desaparición de las dos niñas de Aguilar. El joven que las paró cuando esperaban a un taxi para volver a casa y se ofreció a llevarlas en su coche se desvió del destino y ella tuvo que agarrar el volante para desviarse a la cuneta y poder abandonar el vehículo huyendo. La jueza ha levantado esta semana, siete meses después, el secreto de sumario, y las preguntas surgen en torno a ese sospechoso. ¿Se le habrá localizado y tomado declaración? ¿Se le habrá pinchado el teléfono?

23 de abril de 1992

Dos niñas de Aguilar de Campoo, Virginia Guerrero Espejo y Manuela Torres Bouggefa, de 14 y 13 años respectivamente, decidieron pasar la tarde festiva del Día de Castilla y León en Reinosa. Después de un tiempo en esta localidad, se hizo la hora del regreso. En la carretera, un coche blanco se paró delante de las chicas cuando hacían 'autostop' y las recogió. Desde entonces, nadie las volvió a ver ni a saber nada de su paradero.

Entre 1992 y 1995

Cada vez que la fotografía de Virginia y de Manuela reaparecía en algún programa de televisión, el sumario que se instruye en el Juzgado número 2 de Cervera de Pisuerga aumentaba en multitud de páginas. Las llamadas de diversos puntos de la geografía nacional que querían aportar pistas sobre su paradero eran inicialmente numerosas y todas ellas se comprobaban. Fueron investigados los propietarios de coches blancos similares al que supuestamente las recogió en 'autostop', se recorrieron montes y rastreado el pantano de Aguilar.

En 1994

Unos paseantes encontraron en el pantano de Requejada, en Cervera de Pisuerga, dos cráneos que de inmediato se relacionaron con los de las dos menores de Aguilar de Campoo. Las pruebas forenses descartaron cualquier relación con Manuela y Virginia, ya que eran de dos mujeres adultas.

Julio de 1997

La declaración de una mujer que aseguró haber visto en un autobús de Madrid a dos jóvenes similares a la descripción que se divulgó de Manuela y Virginia dio pie a la realización por parte de las Fuerzas de Seguridad de un retrato robot que, teniendo en cuenta los datos que la mujer aportó sobre las dos niñas, podría dar una imagen real de cómo podrían ser seis años después. La mujer las situaba junto a un grupo de okupas, aunque esta información no pudo ser nunca confirmada. No obstante, se divulgación miles carteles por todo el país con la nueva imagen robot, pero no se reunió ningún indicio fiable.

10 de diciembre de 1998

El entonces secretario de Estado para la Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, dijo ante la Comisión de Interior del Senado que el caso de las dos niñas de Aguilar desaparecidas en abril de 1992 «no ha sido ni será cerrado hasta que se resuelva. Las investigaciones continúan y las fuerzas de seguridad siguen dedicando el máximo esfuerzo en interés a su esclarecimiento». Expresó también su confianza en que el retrato robot pudiera acelerar el resultado de las pesquisas y apuntó que la Interpol mantenía abiertas algunas líneas de investigación desde 1993 que conducían hacia un país europeo próximo a España, posiblemente Francia.

Retratos robot, realizados por la Guardia Civil.

18 de diciembre de 2006

Los familiares de las dos niñas confirmaron que no tenían intención de emprender nuevas acciones judiciales ni de pedir al juez de Cervera que reabriera la investigación. Emilio Guerrero, hermano de Virginia y portavoz, hizo un nuevo llamamiento para que se respetara el recuerdo de las dos niñas y no se juegue con las esperanzas de las familias.

12 de octubre de 2017

El hallazgo de una mandíbula en el pantano del Ebro, en Cantabria, que quedó al descubierto por la sequía, abrió una vía para la posible resolución de la desaparición de dos niñas cuando ya habían pasado 25 años. El hueso lo encontró un hombre, que lo entregó a la Guardia Civil y ésta al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Reinosa (Cantabria), que abrió diligencias y solicitó un informe forense.

Mandíbula hallada en un pantano de La Población de Yuso (Cantabria) que dió un vuelco a la investigación.

4 de enero de 2018

El informe indicaba que los restos óseos hallados en el pantano cántabro del Ebro eran de apariencia humana y que podrían pertenecer a una adolescente de entre 13 y 16 años fallecida hace unos 25 años. Tras ese informe, la titular del Juzgado de Reinosa solicitó hacer pruebas de ADN al Instituto Nacional de Toxicología de Madrid y cotejar los restos con la base de datos del programa Fénix que recoge las muestras genéticas de personas desaparecidas.

1 de febrero de 2018

La Guardia Civil y la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Reinosa confirmaron que el ADN no coincide con los datos de desaparecidos que hay en el Programa Fénix, y que por tanto la mandíbula encontrada en el pantano del Ebro no pertenece ni a Virginia ni a Manuela. Las familias de Manuela Torres y Virginia Guerrero hicieron público el dolor que ha generado la filtración del informe forense de la mandíbula aparecida en el pantano del Ebro. En este documento aparecían algunos datos que abrían la puerta a una posible relación con el caso. Emilio Guerrero mostró su indignación por «el sufrimiento innecesario» que les causó la filtración y las conjeturas sobre la procedencia del hueso hallado el 12 de octubre de 2017.

21 de junio de 2021

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera decidió reabrir el caso tras la declaración ante la Guardia Civil de una mujer que, en 1991 y también junto a una amiga, las dos por entonces menores, se subieron a un Seat 127 de color blanco en la zona de influencia de la desaparición de las dos niñas de Aguilar. Esta mujer aseguró que el joven que las paró cuando esperaban a un taxi para volver a casa y se ofreció a llevarlas en su coche se desvió del destino y ella tuvo que agarrar el volante para desviarse a la cuneta y poder abandonar el vehículo huyendo. Tenían 15 años y se habían escapado de casa.

Octubre de 2021

El Juzgado Número 2 de Cervera, que decretó el secreto de sumario el 14 de septiembre, decidió prorrogarlo un mes más, hasta el 15 de noviembre. «Es muy difícil, pero si se ha decidido reabrir el caso, es que algo creen que puede haber. Tenemos que ser muy cautos, aunque es un pequeño hilo de esperanza. En estos años he conocido historias de personas desaparecidas que han aparecido 35 años después», señalaba al decretarse la reapertura del caso Emilio Guerrero, hermano de Virginia.

14 de diciembre de 2021

El Juzgado Número 2 de Cervera, que en octubre ya prorrogó hasta el 15 de noviembre, y en esa fecha hasta el 13 de diciembre el secreto de sumario del caso, dictó un auto en el que acordaba ampliar un mes más que permanecieran secretas las investigaciones del caso de Virginia Guerrero Espejo y Manuela Torres Bouggefa. Pero con una salvedad: ese secreto de sumario se prorroga para todas las partes salvo para el Ministerio Fiscal.

Enero de 2022

La jueza prorrogó por cuarta vez el secreto de sumario en el caso de las niñas desaparecidas en Aguilar, que las actuaciones permanecieran secretas otro mes salvo para la Fiscalía. «Sigue abierta la investigación por parte del juzgado respecto de la línea de investigación surgida en 2021, están tirando del hilo en diversos caminos, de momento no sabemos nada«, señalan Ramón Chippirrás, criminólogo y portavoz de las familias de las niñas desaparecidas, y Carmen Balfagón, letrada de ambas familias.

14 de febrero de 2022

La jueza acordó prorrogar veinte días más el secreto de las actuaciones para todas las partes, salvo el Ministerio Fiscal, en el caso de las dos niñas de Aguilar desaparecidas en 1992 cuando volvían de una fiesta en Reinosa. Se trataba de la quinta prórroga del secreto de sumario, después de las acordadas en octubre, noviembre, diciembre y enero, en las dos primeras prórrogas incluido el Ministerio Público.

7 de marzo de 2022

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera ha acordado levantar el secreto de sumario de las actuaciones en el caso de las dos niñas de Aguilar desaparecidas en 1992 cuando volvían de una fiesta en Reinosa. «No nos vamos a pronunciar hasta tener toda la documentación judicial y estudiarla», señalaba este martes Ramón Chippirrás, criminólogo y portavoz de las familias de las niñas desaparecidas.

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