Palencia

El transporte de viajeros y mercancías por carretera sigue sin subirse al eléctrico

El Ministerio ha decidido reforzar con fondos propios el presupuesto de este programa de transformación de flotas a la vista de que la cuantía inicial de 400 millones de euros se ha quedado corta, ya que se recibieron 12.000 solicitudes de empresas por un importe de 627 millones de euros.

Casi el total de las ayudas concedidas, el 98%, se han empleado en achatarrar flota antigua contaminante y adquirir vehículos pesados sostenibles. En concreto, las empresas han solicitado ayudas por un montante de 326,6 millones de euros para achatarramiento, y el resto, 291 millones, se han destinado a la compra de autobuses y camiones propulsados por energías limpias como la eléctrica, el hidrógeno, el gas natural comprimido o el gas natural licuado, entre otras. De estas cifras se deduce que el sector ha recibido con buenos ojos estas ayudas. «Cuando los fondos se acaban y se solicitan más ayudas en una línea, es evidente que tiene interés para el sector», afirma Oscar Baños, presidente de la Asociación Empresarial Palentina de Transportes (Aempatra).

«Estas ayudas para la transformación de los vehículos son muy importantes, muy buenas y han sido muy bien recibidas por el sector», confirma Luis Vallejo, presidente de la Unión Palentina de Empresarios de Transporte de Viajeros (UPEVI) y dueño de Autocares Abagón, que ha accedido a estas subvenciones y tiene uno de los pocos autobuses híbridos que recorren la provincia.

Camioneros y autobuseros reconocen el interés de la descarbonización del transporte profesional por carretera, pero también las dificultades para sustituir sus flotas de vehículos pesados alimentados con diesel por vehículos eléctricos, que son más caros, no tienen autonomía suficiente y apenas cuentan con infraestructuras de recarga.

Como explica el presidente de UPEVI, en el caso del transporte público de viajeros, solo las empresas de transporte urbano se han podido acoger a las ayudas del Plan de Recuperación para mejorar sus flotas y sustituir los vehículos viejos, más contaminantes, por vehículos eléctricos o híbridos. «En este sector han tenido una aceptación muy grande y se han podido acoger a las ayudas», asegura Vallejo.

Sin embargo, las empresas que se dedican al transporte discrecional de viajeros, –una veintena en la provincia de Palencia con 212 vehículos, según datos del Ministerio de Transportes–, lo han tenido más difícil porque los vehículos eléctricos no se adaptan a las necesidades del servicio que prestan estas empresas. «Para el transporte discrecional son poco prácticos», reconoce Luis Vallejo, porque son vehículos caros que valen mucho dinero, no tienen autonomía suficiente y además no hay suficientes infraestructuras de carga.

Es cierto que la cuantía económica que se subvenciona es muy importante, pero no cubre ni de lejos el coste del vehículo y además la empresa tiene que hacerse cargo de poner todo el sistema de recarga en la cochera, algo que también es carísimo. «Para nosotros no vale esa ayuda», sostiene el presidente de UPEVI.

A lo que sí se ha podido acoger esta empresa es a la ayuda para la compra de un vehículo híbrido que, aunque sigue teniendo ciertas limitaciones para el servicio discrecional, tiene más autonomía que los eléctricos y otras prestaciones. «Nosotros estamos muy comprometidos con el medio ambiente», explica el dueño de Abagón. Por eso han renovado la flota entera con vehículos diesel de última generación y un híbrido que han estrenado en abril y les tiene a todos enamorados: «es una maravilla, estamos encantados, los conductores, los viajeros y la empresa, es más cómodo y funciona muy bien», asegura Vallejo, que no duda en ampliar la flota con más híbridos si el trabajo se estabiliza. «Ese coche lo llevamos todos y es el mejor que tenemos», insiste. Con él han cubierto excursiones de uno o dos días y servicios regulares, porque la autonomía es igual que la del resto de autobuses, con la ventaja de que consume menos combustible y contamina menos.

Sin embargo, es cierto que, a pesar de las ayudas, la compra de un vehículo híbrido supone un desembolso muy importante que no todas las empresas están dispuestas a afrontar. Concretamente el autobús híbrido de la empresa Abagón ha costado 275.000 euros y ha contado con una ayuda de 60.000 euros del plan de transformación de flotas, que ha cubierto apenas el 22% del coste total. «Todo depende de los extras que le metas al vehículo, pero en cualquier caso es un vehículo caro», reconoce Vallejo.

Lo que mueve a este salto cuantitativo y cualitativo es el ahorro de combustible, porque consume entre un 6 y un 7% por debajo del diesel, y el compromiso con el medio ambiente porque se emite menos CO2 a la atmósfera. «Nosotros estamos en un Parque Natural y para nosotros es importante conservar al medio ambiente», explica Luis Vallejo.

Una ventaja que no convence a todos. «Que yo sepa hay alguna empresa más que se ha acogido a las ayudas, pero no es mayoritario, porque la mayoría de las empresas palentinas se dedican al servicio discrecional y el vehículo híbrido sigue teniendo limitaciones», reconoce el presidente de UPEVI. Se trata de un coche más bajito, que no tiene la misma capacidad de maletero y las empresas, como es lógico, buscan rentabilizar sus servicios. Eso sin tener en cuenta que lo que más pesa es el precio, que sigue siendo muy elevado y tira para atrás en un momento en que ni siquiera está claro por dónde va a ir el mercado.