Este convento franciscano del siglo XV ha sufrido múltiples transformaciones desde su creación hasta que se ha convertido en el centro de artes escénicas Jorge Manrique. En el siglo XVII se añadió el claustro, posteriormente la fachada del monasterio se convirtió en el propio Ayuntamiento de Paredes, pegado a la edificación religiosa. Y con la Desamortización de Mendizábal pasó a ser propiedad municipal y llegaron las escuelas, las huertas se convirtieron en los patios, las casas de los maestros ocuparon las bóvedas de la tercera planta.
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Después de todas estas transformaciones, el convento entró en decadencia, tanto que se cayó hasta la bóveda de la iglesia y en el siglo XX se decide derribarla. «Pero llegó la convocatoria del 1,5% Cultural y dio una esperanza muy grande», rememoraba este viernes la arquitecta y directora de la obra, Pilar Diez.
«El empujón del 1,5% es como si a un pueblo le toca la lotería. Yo creo que para patrimonio no habrá un programa más satisfactorio», explicó, a la vez que añadió que «competimos dos años, no lo conseguimos a la primera y aprendimos cómo hacerlo también».
«Utilizamos la tierra cruda, algo que configura la identidad de los pueblos de Castilla», rememoraba Diez. El edificio es acogedor, todos los materiales naturales «nos dan el confort de encontrarnos en un sitio al que queremos volver», afirmaba, sin olvidarse del poeta paredeño, «de la memoria de Jorge Manrique y de su familia, que queda para siempre en la cripta y en Paredes».
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