Borrar
Atención al público, estos días en el local del pasaje de Don Sancho. Marta Moras
Más de un siglo de Jijona en la mesa de los palentinos

Más de un siglo de Jijona en la mesa de los palentinos

La turronería Francisco Masiá, sucesor de José Picó, agota sus existencias de dulces navideños en apenas dos semanas en su pequeño local de La Cestilla

Carmen Aguado

Palencia

Lunes, 9 de diciembre 2024, 20:45

Como si de un viaje al pasado se tratara, la turronería Francisco Masiá, sucesor de José Picó, representa la tradición familiar que la Navidad trae siempre consigo por estas fechas, cuando las mesas se llenan de todo tipo de dulces, entre ellos los típicos turrones, polvorones, mazapanes, peladillas o las frutas escarchadas.

Desde el pasado día 1, la afluencia de clientes no deja de sucederse en el pequeño local que esta familia alicantina tiene habilitado en el centro de la capital, en la calle La Cestilla, donde desde hace dos décadas reparte felicidad en forma de kilos de todo tipo de dulces llegados directamente desde la provincia de Alicante.

Una historia que se remonta a hace más de cien años, cuando su fundador, José Pico, llegó hasta Palencia en una de sus muchas actividades comerciales. Fue entonces cuando decidió abrir en la Casa de la Condesa de Castrillo, enfrente de la oficina de Correos, su primera sede. Desde entonces, su fama no ha dejado de crecer y ha trascendido de generación en generación.

El cariño por este negocio lo ha convertido en toda una tradición para las familias palentinas, que cada 1 de diciembre se preparan para acudir hasta este establecimiento en busca del mejor producto de Jijona. Un apoyo que ha permitido que sea ya la sexta generación la que despache detrás del austero mostrador.

«Ahora mismo trabajamos seis personas despachando. Desde la cuarta generación hasta la sexta, y seguimos viniendo a Palencia cómo hemos hecho durante toda nuestra vida. Yo venía con mis padres y ahora lo hago con mis hijos y mis nietos. Palencia es nuestra segunda casa», explica Amparo Balbó Masiá.

La alicantina destaca que «todo lo hacemos como nuestro abuelo. Desde la fórmula de los productos hasta los papeles que usamos». Y es que no hay más que echar un vistazo a la tienda, que conserva el aroma de un tiempo anterior en el que los tiques y las facturas se hacen a mano y se despacha con bata blanca.

«Mejor no sabemos hacerlo», recalca Balbó Masiá, que agradece a los palentinos su aceptación. «En Palencia, el Jijona, lo que aquí se conoce como el turrón blando y duro, son los más requeridos, aunque desde hace unos años también lo es el de chocolate, que tiene muchísimo éxito», incide. «En general, todo lo que nosotros tenemos se vende muy bien. Cuando vienen a pedirnos algo novedoso, decimos que no porque nuestro turrón es tradicional. Es lo de siempre, el de fruta o el de yema, y no va a cambiar. A veces sí que introducimos alguna novedad, hace unos años hicimos unos suspiros de chocolate que tuvieron mucho éxito», agrega.

«Las cascas valencianas que hacía mi abuelo también han tenido éxito en Palencia, igual que la fruta escarchada o confitada. Les gusta mucho y es un producto que tiene mucha elaboración», apunta la turronera en el tercer local que han tenido en Palencia tras pasar de la Casa de la Condesa de Castrillo a la Calle Mayor y, de ahí, al pasaje de la calle La Cestilla. «Prevemos volver el año que viene a esta misma ubicación. Estábamos en la Calle Mayor muy bien pero como hay tanta cola siempre, había días que llovía o hacía mucho frío y la gente estaba mucho tiempo en la calle. Aquí se está más resguardado. Decidimos venir aquí y la gente pasa menos frío», comenta.

El arraigo que la turronería tiene en Palencia se traduce en que en apenas quince días agota todo su producto y se ve obligada a bajar la persiana. Por eso, nadie quiere quedarse sin el verdadero turrón de Jijona y las colas de clientes esperando su turno se pueden ver durante cualquier momento del día.

El secreto de sus productos, aseguran los responsables del establecimiento, es la artesanía con la que se realizan estos dulces. Solo se utilizan productos naturales y se elabora de forma manual por los maestros turroneros. De hecho, son productos que se encuentran amparados por su consejo regulador con la finalidad de que cumplan con los requisitos exigidos en su normativa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Más de un siglo de Jijona en la mesa de los palentinos