Un tractor quita malas hierbas en un campo de lavanda en Palencia. Manuel Brágimo

Palencia

El precio del cereal y los altos costes empañan la perspectiva de una buena cosecha

La baja rentabilidad del cereal, que cae hasta un 45%, reduce un 15% la superficie cultivada en la provincia

Domingo, 12 de mayo 2024, 08:52

Con el mes de mayo comenzado, la campaña agraria pinta bien en el plano meteorológico, pero no tanto en lo económico porque los costes de producción y de insumos siguen estando altos y el valor de cultivos de gran peso en la provincia como son ... cereales y forrajes siguen siendo muy bajos. Por eso, a falta de ver cómo avanzan estos meses de mayo y junio, hoy por hoy el campo palentino, y a la vista de costes y precios, fía su negocio a los kilos que finalmente se recojan, algo que depende en gran medida un elemento que no se puede manejar, la climatología.

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En el plano meteorológico es cierto que aún es pronto para saberlo, pero las lluvias han sido generosas en marzo y abril y si no hay tormentas fuertes y las heladas de los últimos días no han causado daños importantes, se prevé un buen año para el campo en lo que a producciones se refiere. «Hay humedad en el campo y podemos decir que la cosa viene bastante bien», señala el presidente de Asaja en Palencia, José Luis Marcos. «La campaña de cereales está bien presentada, pero falta por ver lo que pasa en mayo y junio», continúa Blas Donis, secretario general de UPA en Palencia. «En general el campo está bien, pero hace falta que llueva un poco más adelante para los cultivos más tardíos y que no hiele», añade el presidente de COAG Palencia, David Tejerina.

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Una visión optimista que comparten todos los representantes agrarios aunque con cierta cautela hasta ver cómo se desarrollan estos meses de mayo y junio porque ya en los últimos días las heladas han podido comprometer los cultivos que estaban más avanzados. Es cierto que la cosa va por barrios y que las mismas lluvias que le han venido bien a Campos o al Cerrato, donde ya asoman las espigas, han retrasado la sementera en la zona norte de la provincia. La misma zona donde los embalses han recuperado niveles muy aceptables, –al 79,3 % de su capacidad a principios de mayo frente al 56,4 % de hace un año–, incluido el Sistema Pisuerga, lo que hace pensar que no vaya a faltar agua y que la campaña de riego se prevea normal, con sus más y sus menos, para sistemas que siempre han sido deficitarios como el Carrión. Además el retraso en el inicio de la campaña de riego, que suele arrancar el 1 de abril, a la última semana del mes, ha supuesto un ahorro de agua importante, que sigue esperando en los embalses, para tranquilidad de los regantes.

Han aumentado los cultivos más rentables, con un 15% la superficie de remolacha, un 50% el girasol y un 80% la colza

En cualquier caso, insisten desde las organizaciones agrarias en que hasta dentro de un mes y medio no habrá certezas, pero a estas alturas, todo apunta a un buen año agrario. «Igual que el año pasado a estas alturas ya veíamos que la cosa no venía bien, este podemos decir que pinta bien», señala el presidente provincial de Asaja.

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Por cultivos, los más beneficiados por la climatología hasta ahora son cereales y forrajes mientras que en remolacha, maíz o girasol está todo por ver porque se están sembrando ahora, aunque con la previsión de una buena campaña de regadío a la vista de cómo están los embalses. «Nos hemos ahorrado el mes de abril en el cereal cuando el año pasado ya habíamos usado agua de los pantanos y esto ayuda a tener unas buenas perspectivas para estos cultivos», asegura Blas Donis

Otra cosa son los precios. Aquí la cosa cambia, sostienen los representantes de las organizaciones agrarias palentinas. Los precios del cereal siguen a la baja y si no repuntan un poco van a poner difícil la rentabilidad de las explotaciones agrarias. La guerra de Ucrania lo ha trastocado todo. Los costes se dispararon y el mercado se ha inundado de cereal procedente de Ucrania presionando a la baja los precios del nacional que han caído sustancialmente. En 2022 se pagaba a 360 euros la tonelada, hoy el trigo o la cebada rondan los 200 euros la tonelada, lo que supone una caída del 45%, casi la mitad. «Esto no va a ayudar aunque tengamos una buena campaña», sostiene Donis. También el precio de los forrajes está a la baja, pasando de 200 a 150 euros la tonelada y eso no es una buena noticia teniendo en cuenta la importancia y la calidad extra que tiene este cultivo en la provincia, como apunta David Tejerina. La disminución de la cabaña ganadera ha hecho que disminuya el consumo interno y que se dependa mucho de la exportación en un escenario internacional muy complejo. Otro problema, como señala Donis, es que los agricultores no ponen el precio de sus productos, y dependen demasiado de los vaivenes del mercado. «No se puede ser competitivo a costa del sector primario», sostiene el secretario de UPA que confía en que la Ley de la Cadena Alimentaria sea capaz de regular todas las distorsiones para que nadie reciba precios por debajo de costes.

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«Tiene que acompañar mucho el año y venir muy bueno, con buenas producciones, para que las cuentas nos salgan»

José Luis Marcos

Presidente de Asaja

«Los agricultores no ponen el precio. No se puede ser competitivo a costa del sector primario»

Blas Donis

Secretario de UPA

«El campo está bien, pero hace falta que llueva un poco más adelante para los cultivos más tardíos y que no hiele»

David Tejerina

Secretario de COAG

Todo este panorama ha hecho que los agricultores hayan optado por diversificar y que la superficie de cereales vaya dejando paso a otros cultivos más rentables como la remolacha, el girasol o la colza, un cultivo que se está volviendo a introducir en los últimos años. Así, según las estimaciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en la provincia de Palencia se ha pasado de sembrar 138.097 hectáreas de trigo en 2021 a sembrar 116.625 hectáreas en 2023, un 15% menos. También se ha sembrado menos cebada, un 15%, y avena, el 16%. Mientras que ha aumentado un 15% la superficie sembrada de remolacha, un 50% el girasol y un 80% la colza.

Alza de gastos

Si a esto se le añade el alto valor de los insumos, abonos, fertilizantes, semillas, carburantes, energía, maquinaria, reparaciones, rentas agrarias y demás gastos, las cuentas de los agricultores presentan más nubes que el cielo de estos últimos días. Y aunque parece que el alza en los precios se ha frenado un poco este 2024, la mayoría de las cosas cuestan el doble que hace dos años y uno de los gastos que más condicionan a los pequeños agricultores son los fertilizantes y herbicidas. Los abonos y fertilizantes, por ejemplo, costaban entre 250-260 euros la tonelada en 2022 y ahora se están pagando a 550-600 euros la tonelada. El gasóleo agrícola ha pasado a costar 1,10 euros cuando en 2022 estaba a 0,60 céntimos. También pesan otros costes como la energía, la compra de maquinaria. «Hemos tenido una sementera muy cara, pero no solo este año, también en los anteriores», indica el presidente de COAG en Palencia. Por eso «tiene que acompañar mucho el año y venir muy bueno, con buenas producciones para que las cuentas nos salgan», resume José Luis Marcos que tiene su explotación agraria en Villamediana. «Si nos ayuda una buena producción, podemos equilibrar un poco más balanza de las cuentas», añade Donis. De no ser así la suma de altos costes y bajos precios va a ajustar mucho la rentabilidad del sector en la provincia e incluso dejar las cuentas muy tocadas, con una balanza de resultados negativa.

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Con la certeza de los precios y los costes, los agricultores fían la rentabilidad de su trabajo a producciones que tienen que partir de 3.000-3.500 kilos de cereal por hectárea como mínimo para que las cuentas salgan y se cubran costes. «En regadío podemos tener un poco más, pero en secano no siempre es fácil llegar a esa producción», señala el secretario de UPA Palencia. «Hemos adelantado mucho dinero y ahora hay que ver los kilos que cogemos y al precio que lo vendemos», resume el presidente de Asaja Palencia. Por eso, como concluye David Tejerina, «puede darse el caso de tener una excelente cosecha, pero que los números no sean los deseables porque la rentabilidad va a ser baja».

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