
Ver 32 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
Ver 32 fotos
J. C. Cristóbal
Sábado, 8 de marzo 2025, 23:38
Al UEMC se le agotaba el aire, tenía el agua a la altura de la nariz y le venía una ola llamada Súper Agropal Palencia ... para terminar de ahogarle. Pero después de cinco derrotas consecutivas, de meterse de lleno en la zona de descenso, el equipo de Iñaki Martín tuvo energía y ánimo para lanzar una última brazada, poner patas arriba el Pisuerga y conseguir una victoria que vale mucho más que los puntos añadidos en la tabla ante un equipo de Luis Guil mermado de efectivos y que acabó siendo la víctima por sumersión.
Fue un partido vibrante, con el Pisuerga al borde del lleno, presencia de muchos aficionados palentinos y respuesta de la parroquia pucelana, que se convirtió en el sexto jugador cuando el marcador estaba a punto de romperse a favor del equipo de Luis Guil. Con 72-77 era de esperar que el mayor potencial del Súper Agropal Palencia gestionase mejor esa ventaja para asegurar la victoria y, sin embargo, fue el Valladolid, quizá porque no tenía nada más que perder, quien se lanzó a la aventura de una manera casi suicida. Primero fue Mballa, muy motivado ante su ex equipo, el que obligó a Luis Guil a solicitar un tiempo muerto porque su ventaja de cinco puntos se esfumó hasta una desventaja de tres (80-77). No sirvió de nada porque para entonces el Valladolid ya estaba lanzado, el Súper Agropal no encontraba a sus mejores jugadores, y Dani Manchón, ante sus paisanos, Mike Torres y Shemar Wilson encendieron un minuto de gloria para añadir al parcial anterior de 8-0, uno ya definitivo de 12-0 (del 80-81 al 92-81). El cabreo de Luis Guil fue tal que cogió el camino a los vestuarios antes de tiempo por cargar en los árbitros la frustración de la derrota.
Noticia relacionada
El derbi castellano fue de los que conectan en la grada porque, desde el salto inicial, los ataques estaban por encima de las defensas. Torres empezó a toda vela con cinco puntos consecutivos y Pablo Hernández le respondió con seis. Desde ese 5-6 el Súper Agropal Palencia fue casi siempre por delante, también siempre con el Valladolid a la vista, que no se descolgó en ningún momento, aunque alguna pérdida por precipitación hizo temer una escapada a partir de la muñeca de Borg. No fue suficiente porque Mballa lanzó un fogonazo y Kovacevic cerró con un triple un primer parcial de locura (26-22).
No bajó el pistón el Valladolid después del primer parón. Estaba en racha, Demers y Puidet se sumaron a la fiesta para colocar el 32-25 y encender un aviso de alarma en el Súper Agropal. El que mejor lo entendió fue Kunkel, que disfrutó hasta el descanso como si peloteara en el jardín de su barrio e inclinó la balanza de su lado.
La vuelta de los vestuarios coincidió con el peor momento del Valladolid. Atacó mal hasta agotar el tiempo y el magisterio de Krutwig y la entrada en juego de Vaulet dieron márgenes al Súper Agropal que le dejaban al borde del estirón, hasta que en el último cuarto apareció la defensa del UEMC Valladolid, que tomó su zona como una trinchera inaccesible y secó en ataque a un Súper Agropal Palencia con solo trece puntos en ese parcial.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.