Desvío en la A-67 a la rotonda de Frómista que da acceso a la carretera que llega a Piña de Campos en dirección a Palencia. Marta Moras
Palencia

Piña de Campos soporta el paso diario de 14.000 vehículos por el corte de la A-67

Los vecinos muestran su hartazgo por un desvío que se prolonga y que «no deja un euro en el pueblo, solo molestias»

Almudena Álvarez

Lunes, 13 de febrero 2023, 00:22

En Piña de Campos sufren desde agosto de 2021 las molestias del tráfico que atraviesa el pueblo por el corte de la A-67, que en días puntuales puede superar los 14.000 vehículos, entre turismos, camiones, motocicletas y demás tráfico rodado. Fue el ... 26 de agosto de 2021 cuando el Ministerio de Fomento detectó una incidencia técnica en uno de los viaductos de la A-67 construidos sobre el Canal de Castilla cerca de Frómista. Inmediatamente se decidió cortar el tráfico por la A-67 en sentido hacia Palencia y desviarlo entre Frómista y Amusco por la N-611 hasta que se solucionara el problema.

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La Delegación del Gobierno en Castilla y León argumentó entonces que se había desviado el tráfico para «prevenir cualquier riesgo sobre los miles de usuarios de esta autovía» y también entonces se hablaba de un corte temporal que «podría durar varios meses».

Desde ese día, todos los vehículos que hacen el trayecto entre Santander y Palencia tienen que tomar un desvío en la salida a Frómista (kilómetro 39), hacer dos rotondas antes de tomar la N-611, que transcurre paralela a la autovía, atravesar Piña de Campos y volverse a incorporar a la autovía en la rotonda de Amusco.

Y mientras los conductores se armaban de paciencia sin saber que la peregrinación se iba a prolongar tanto en el tiempo, los servicios técnicos del Ministerio de Fomento evaluaban la incidencia y hacían un diagnóstico antes de comenzar a reparar la rotura de un tensor en el viaducto. Una obra muy compleja, de mucha precisión, «casi de cirugía», como señalaba recientemente el jefe de la Demarcación de Carreteras de Castilla y León Occidental, José Vidal, durante una visita a Monzón de Campos.

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Casi un año y medio después, esos trabajos aun no han concluido y entre anuncios de apertura y cierre de la autovía, los vecinos de Piña de Campos vienen soportando un tráfico rodado excesivo para un pueblo de menos 200 habitantes y una travesía de 100 metros. A razón de 7.816 vehículos cada día de media en 2021, (entre los 4.060 vehículos/día de enero y los 14.339 vehículos/día de agosto), según los últimos datos publicados por el Ministerio de Transportes. Unas cifras que evidentemente son mucho mayores ahora, teniendo en cuenta que en 2021 todavía había restricciones por la covid.

El caso es que todos los vecinos de Piña están resignados a ver pasar tanto coche por delante de sus narices. «Creo que la autovía no ha estado abierta ni un mes en todo este tiempo, cuando no la cierran en un sentido, la cierran en otro», asegura Pilar, una vecina y trabajadora municipal, que como el resto del pueblo está harta de un desvío al que no ve ningún sentido. «También podían haber hecho un 'bypass' en la autovía, aprovechando los dos carriles derechos, como hacen cuando arreglan el firme, y evitar pasar por Piña», apunta Baldomero García, el alcalde. «O haber tirado el puente y hacerlo nuevo. Habrían tardado menos. Ni que fuera el Escorial», apostilla Paco, mientras se toma un verdejo en el teleclub, punto de encuentro de todas las quejas, a pesar de ser el único negocio del pueblo que se beneficia del corte. «La gente para a tomar un café y un pincho de tortilla, que la hacemos muy rica, y los obreros del puente vienen todos los días a almorzar», afirma Marian.

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El caso es que desde hace año y medio hay mucho movimiento de coches y camiones en la travesía de Piña de Campos. El tráfico es constante. En verano, los puentes, Navidad, Semana Santa y los fines de semana se multiplica. «Los fines de semana es horroroso», asegura el alcalde. «Puedes tardar hasta 15 minutos en cruzar la carretera para pasar de un lado a otro del pueblo», continúa Pilar, que en una ocasión, harta de esperar a que algún coche parara y la dejase cruzar, decidió armarse con el teléfono móvil y grabar. «Pensé, tiro para adelante y si me atropellan, por lo menos he grabado la matrícula», relata. Ella es empleada municipal en los jardines que crecen paralelos a la nacional y apenas puede mantener una conversación con su compañero Javier, a pesar de pasarse horas codo con codo, porque «no nos oímos con el ruido de los coches». Y cuando tienen que cruzar con la furgoneta, lo mismo.

Un camión circula por la carretera nacional al paso de Piña de Campos. Abajo, indicaciones de carretera cortada en la rotonda de acceso a Frómista y un vecino en el bar del pueblo.. Marta Moras

Pero la peor parte se lo llevan los peatones y los vecinos que viven en la travesía, además los pocos negocios que hay en la carretera, la Hostería de San Miguel que solo abre para las bodas y otras celebraciones, la casa rural El Arrabal y Cereales Marci. «Porque además de las molestias y la carretera destrozada, el tráfico no deja un euro en el pueblo. Como mucho, alguno que otro pregunta por el bar», señala el alcalde, que además regenta la tienda de alimentación donde se vende casi de todo.

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También están los que hacen muchas veces este trayecto, como Joaquín, que es comercial y ya se ha resignado a perder esos minutillos que le lleva el desvío cada vez que vuelve a Palencia desde Aguilar, desde Osorno, Herrera o Santillana. «La A-67 está mal hecha desde el principio, desde aquí hasta Cantabria. No dejan de repararla, por algo será», se queja. Embotellamientos y retenciones están a la orden del día durante los puentes, y muchos fines de semana la vuelta desde las playas de Santander se convierte en una tortura, se quejan los conductores que transitan habitualmente esta ruta. Sin obviar los perjuicios que está causando al turismo y a los peregrinos que hacen el Camino de Santiago, como señalaron en su día los senadores del PP por la provincia de Palencia.

Eso sin olvidar los excesos de velocidad, porque no todos los conductores respetan las limitaciones, a pesar de que la Guardia Civil está por allí un día sí y otro también, a veces con veloláser incluido. Y el peligro que eso supone para los vecinos. Por eso, para evitar males mayores, ya en los primeros meses del corte, el Ayuntamiento de Piña de Campos solicitó a Tráfico que se pintara una línea continúa en toda la travesía para evitar adelantamientos en la zona urbana, un paso de peatones, y que se colocaran bandas reductoras de velocidad y un semáforo provisional. Hoy solo queda la línea continua. Semáforo y paso de peatones no ha habido nunca y las bandas reductoras que se colocaron a la entrada y salida del pueblo acabaron retirándose. «Hacían un ruido horrible cuando pasaban los camiones y los vecinos se quejaban de que no podían dormir, porque aquí hay tráfico todo el día y toda la noche», explican a coro Pilar y Javier. «Incluso a Marciano, el de los cereales, se le empezó a abrir el suelo de la nave y a levantarse las baldosas de las vibraciones», aseguran queriendo dar idea de la intensidad del tráfico que soportan.

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Porque entre cortes por un lado y cortes por el otro, ya le han dado vuelta y media al calendario. Ya sea en un sentido o en otro, el desvío siempre es por la N-611 y atraviesa Piña. Y en enero se anuncia que la van a volver a cortar. «Pensamos que era una broma porque llevaba cerrada desde diciembre», afirma Javier, mientras asegura que entre unas cosas y otras, «como mucho la calzada izquierda de la A-67 habrá estado abierta al tráfico un mes».

La conclusión de todos los vecinos de Piña es la misma. «Habría sido más barato y habría llevado menos tiempo hacer un puente nuevo», argumenta Javier. «Si tiran el puente y lo hacen nuevo, acaban antes. Esto no es una nacional por la que pasen cuatro coches. No se entiende una obra así en una autovía», apostilla el alcalde.

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Y lo peor de todo, dice Paco, es que «no sabemos cuándo va a acabar». «Llevamos un año y medio hasta las narices y ya no nos creemos nada», añade Pilar. El único consuelo es que ahora todo el mundo sabe dónde está Piña de Campos, aunque sea para quejarse, aseguran.

  1. El Gobierno asegura que el tramo cortado se abrirá a finales de febrero

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aseguró esta misma semana en una visita a Monzón de Campos que a finales de febrero se abrirá al tráfico el tramo de la A-67 (Palencia-Santander) que permanece cortado en sentido Palencia.

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Respaldada por el jefe de la Demarcación de Carreteras de Castilla y León Occidental, José Vidal, y el responsable provincial, Javier Largo, explicó que los trabajos de impermeabilización del firme en este tramo no se han podido concluir antes debido a las abundantes lluvias del invierno.

Señaló que las obras de conservación y mantenimiento de las estructuras sobre el Canal de Castilla han obligado a cortar de nuevo la calzada en sentido Palencia, entre los kilómetros 39 y 30, por lo que se ha tenido que volver a desviar el tráfico por la carretera N-611, que transcurre paralela a la autovía.

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Al margen de la complejidad de los trabajos, que según Vidal requieren mucha precisión, Barcones aclaró que las lluvias de este invierno han impedido impermeabilizar el tablero de la calzada con el consiguiente retraso en las obras. En este sentido, subrayó que si el tiempo lo permite, se podrá impermeabilizar la calzada y abrirla al tráfico a finales de febrero, aunque las obras, que están en la fase final, no concluirán hasta antes del verano, como sostuvo el jefe de la Demarcación de Carreteras. Entonces se podrán levantar todas las restricciones en la circulación por este tramo.

Vidal insistió en la complejidad de las obras, que han requerido la reparación del sistema de los pretensados activos que tienen los estribos de la estructura. Como explicó, son trabajos «muy complicados, muy de cirugía, de mucha precisión» y eso es lo que ha obligado a realizar estos desvíos porque la circulación de vehículos por encima del viaducto habría sido contraproducente con la reparación, el tensado y destensado de los cables. «Ha sido necesario. No había otra alternativa posible que no fuera el desvío por la nacional» sostuvo Vidal.

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A esto se ha unido la climatología adversa de este invierno, que ha sido muy lluvioso y ha impedido impermeabilizar el tablero de la calzada en sentido Palencia con los plazos previstos.

«Confiamos en que antes de que acabe febrero ya esté abierta al tráfico, pero todo depende del tiempo», insistió la delegada del Gobierno. Actualmente, ya se ha dado la primera capa de impermeabilización y se espera dar la segunda para poder abrir cuanto antes. Después se seguirá trabajando por debajo del puente, ya que también hay que aglomerar, pero eso será ya con el tráfico abierto.

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