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Los niños atienden a la explicación de 'Nacimiento de la Virgen' de Pedro Berruguete, este lunes en el Museo Diocesano. Marta Moras

Enseñar arte a los niños en Palencia: ¿En qué se parece un playmobil al Románico?

El Museo Diocesano acoge una visita guiada para que los niños conozcan el arte sacro de la provincia

Martes, 23 de abril 2024, 00:20

«Mirad los personajes, ¿cómo son? ¿A que se parecen un poco a los playmobil?», preguntaba la guía de arte Isabel Reyes a una treintena de niños que la observaban en silencio y con los ojos muy abiertos. Y así, comparando un juguete con los ... relieves de la pila bautismal del taller del maestro Cabestany del siglo XII, explicaba a los pequeños visitantes las características del arte Románico como el estatismo y la rigidez. El Museo Diocesano, situado en el Palacio Provincial, acogió este lunes una visita guiada para que los niños a partir de 6 años conocieran el arte sacro de Palencia.

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«Vamos a ir entrando. No me esperaba yo tantos niños, así que muchas gracias por venir a todos», afirmaba Isabel Reyes al comienzo de la actividad. No era la primera vez que se organizaban visitas con público infantil, ya que en Navidad se llevó a cabo una teatralización del retablo de la Virgen del siglo XVI de Báscones de Valdavia y en Semana Santa se desarrolló 'Pasionarte', un ciclo de la pasión con tres pases distintos.

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Tras la pila bautismal, en la que fueron descubriendo de qué material estaba hecha, la forma que tenía y las características del Románico, llegó el turno de hablar de un 'influencer', pero del siglo XV. «Os voy a presentar al personaje más importante de este museo», afirmó, situándose frente a la obra 'Nacimiento de la Virgen' de 1495 y procedente de la iglesia San Martín de Becerril de Campos. «Pedro Berruguete. Si hubiera nacido en nuestra época sería 'influencer' y tendría montones de seguidores en redes sociales porque cambió las normas de la pintura», sentenciaba la guía. Y así explicó a los niños la importancia de los colores, alegres y brillantes, y de la perspectiva «porque todas las líneas llegan a un fondo dorado».

La siguiente pintura en la que se detuvieron, también del pintor paredeño, fue 'Pretendientes de la Virgen', de la misma iglesia que la anterior. «La Virgen tuvo novios, que lo sepáis», dijo a los pequeños visitantes, a los que se les escapaban risitas infantiles. Y así les fue mostrando la importancia de los colores y de los distintos tipos de telas.

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En la última pintura que explicó de Berruguete, 'Cristo Salvador del Mundo' de la parroquia de Santa María de Frechilla, los niños tuvieron que buscar un tercer ojo en la figura de Jesús. «Está en el ombligo», afirmaba uno de los niños, señalando victorioso el hallazgo.

La iluminación en la pintura la aprendieron a través del cuadro del italiano Andrea de Sarto 'Virgen con el Niño y San Juan'. «Era el genio de iluminar y solo daba luz a las partes importantes», señalaba Isabel Reyes, mostrando los rostros de María y los niños. «¿Y por qué tienen tantos músculos?», interrogaba la guía. «Pues porque en aquella época los pintaban como Hulk, era su forma de crear niños naturales y regordetes», añadía, respondiéndose ella misma.

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Hubo tiempo también para adentrarse en el relieve y en el Manierismo, a través del Retablo del Descendimiento de Manuel Álvarez del siglo XVI. Con juegos como el 'slime' (el antiguo 'blandiblu') o el 'Enredos', hizo entender a los niños en qué consistía este estilo artístico que buscaba romper con las proporciones estrictas y con las reglas. «El Manierismo es retorcimiento», argumentó a la vez que explicaba los tres tipos de relieve que había en la pieza de arte sacro.

Y como todos los visitantes se habían portado muy bien, como premio subieron a «la Capilla Sixtina palentina». Allí les mostró la 'capilla privada del señor obispo' o «capilla de las mentiras porque el autor lo decoró engañándonos. ¿A que esa pared parece mármol? Pero no está frío porque no lo es, es pintura», afirmó. Además, esa misma estancia gozaba de entradas secretas, «para que el obispo llegase a su casa por donde fuera», añadió. Y entre aplausos concluyó una visita que ninguno olvidará, y tras la que todos saben ya reconocer la obra de Pedro Berruguete.

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