Palencia

Las monjas de Alconada ya pertenecen a las Vírgenes Consagradas y pueden quedarse en Ampudia

El Santuario de Nuestra Señora de Alconada fue escenario este pasado domingo de la eucaristía, presidida por el obispo de Palencia, en la que las hermanas Mónica y Rosario, que residen en el monasterio de Ampudia, entraron en la Orden de las Vírgenes Consagradas, que depende de la Diócesis de Palencia y cuyo cometido es cuidar el convento en el que residen, acoger peregrinos y estar a disposición de todo lo que Manuel Herrero, el obispo de Palencia, las encomiende.

Las hermanas han formado parte hasta ahora de la Orden de Císter, que las obligaba a abandonar el santuario de Ampudia al no ser comunidad (tienen que ser tres monjas para ser consideradas como tal). Tras el fallecimiento en enero de 2022 de la monja María Anunciación Veiga Miguez, que residía en Alconada desde 1985, fueron trasladadas en mayo del año pasado a Madrid, al Santuario de Nuestra Señora de los Peligros. Pero, meses más tarde regresaron a Ampudia y habían permanecido hasta ahora, dentro de la orden del Císter, aunque no podían continuar así al no ser consideradas comunidad.

Desde este pasado domingo, a cuya eucaristía asistieron vestidas con ropa de calle aunque pueden usar hábitos normalmente, pertenecen a la Diócesis de Palencia. La esencia de la Orden de las Vírgenes Consagradas es que son mujeres enamoradas de Cristo que respondiendo a su llamada han consagrado su vida a ser sus «esposas».

La Iglesia le puso el nombre de 'Ordo Virginum' y la definió como 'Ordo', que significa una categoría específica, y 'Vírginum', porque está integrada por «mujeres que profesan la castidad y viven en las realidades del mundo, sin ser del mundo», explican. Cada una de ellas es autónoma y vive de su trabajo. Las hermanas pertenecen a la Diócesis de Palencia y su único superior es el obispo. Por lo cual pueden estar presentes en cualquier área de evangelización y trabajo civil o eclesial.

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