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«Iluminamos la zona para poder trabajar con seguridad y vimos desde la orilla un saco, que es lo que nos dijo la Policía que podía ser. Dos miembros de la dotación se metieron en el río con el equipo de aguas y, como nos ... dijeron que podía llevar tiempo ahí dentro y que se podía deshacer, fuimos con cuidado. Al final, era una especie de maleta, un bolsa de viaje o de deporte, que pesaba mucho, por lo que entendimos que tenía piedras dentro, aparte del cadáver del feto. Lo sacamos, se lo entregamos a la Policía y nos fuimos. Esa fue nuestra labor». Así explicaba ayer el sargento del Parque de Bomberos que dirigió el operativo de rescate del cuerpo del bebé que una pareja arrojó al río Carrión a su paso por Husillos.
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«Soy padre de tres niños y, en vez de abrir la bolsa le pedí a la Policía que, si no necesitaban nada más de nosotros, nos íbamos a ir. Otra cosa es que tuviéramos que rescatarle porque hay cosas que son necesarias y tenemos que ver, pero, yo, personalmente, trato de ahorrarme imágenes que después te quedan en la retina durante mucho tiempo», apostillaba el sargento del Parque de Bomberos de Palencia.
«No cubría mucho, la verdad. El agua llegaba a la altura del pecho, más o menos un metro y medio, tal vez un poco menos porque cuando se agacharon a recoger la bolsa no sumergieron la cabeza. Los compañeros del equipo me pasaron a mí la bolsa y yo la saqué del agua», señalaba.
«No sé cómo pudieron dejarlo allí, si conocían la zona porque no había camino para acceder», concluía.
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