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Sumergida dentro de una maleta llena de piedras y de ladrillos, dentro de una bolsa de basura y a metro y medio de agua de la superficie en el río Carrión a su paso por Husillos, en torno a un kilómetro del puente. Con ... las linternas se divisó un brillo desde la orilla y los bomberos se metieron en el agua, sin utilizar el equipo acuático que portaban, para extraer del mismo el cuerpo sin vida de un bebé de en torno a 1,8 kilos, de unas 27 semanas y de sexo femenino, con el cordón umbilical y restos de placenta en la bolsa. Desolador. Eran las 4:00 horas de la madrugada y a los policías encargados de la investigación se les revolvió el estómago ante el hallazgo.
Habían vivido desde las 22:00 horas del domingo una carrera contrarreloj en busca de ese bebé, cuando la madre, una joven de 23 años, había acudido al centro de salud de La Puebla y dijo haber sufrido un aborto que parece no fue tal, pues el informe preliminar de la autopsia reveló que el bebé nació con vida y que murió por hipotermia, quizá en el traslado de la maleta hasta que fue sumergida en las aguas del Carrión. La joven de 23 años, fría como un témpano y que torpedeó todas las pesquisas, se halla detenida en la Comisaría de Policía a la espera de pasar a disposición judicial, lo mismo que su pareja, un joven de 29 años que, al parecer, fue quien se vino abajo y confesó el lugar en el que habían tirado esa maleta.
Los hechos se remontan a las 22:00 horas del domingo cuando la joven de 23 años, convencida al parecer por su madre, acudió al centro de salud de la Puebla y dijo que había sufrido el sábado un aborto. En concreto, que había expulsado «trozos» del feto, pero suscitó la alarma del personal médico ya que los análisis que se practicaron no revelaban que hubiera dado a luz un día antes, y además un feto no se expulsa como la joven había descrito. Así que consultaron el historial de la paciente y comprobaron cómo constaba que días atrás, el 27 de enero, la joven de 23 años había sido atendida en Urgencias, y que allí se le había advertido de que se preveía un parto de riesgo, por lo que se le derivaba a otro centro sanitario especializado. La joven se negó a ser ingresada y mostró su férrea voluntad de irse, pese a los consejos de los médicos, que le obligaron a firmar un papel en el que se especificaba que recibía el alta de manera voluntaria, en contra del criterio facultativo. Se dio aviso a la titular del Juzgado de Instrucción Número 5, que se encontraba de guardia, pero no se pudo retener a la joven contra su voluntad, si bien se le advirtió de las consecuencias que podría acarrear su decisión, no solo para su salud y la de su bebé, también penales si había complicaciones con el resultado de muerte.
El domingo, desde el centro de salud de La Puebla, después de que la joven no diera razón del paradero de su bebé y de que se cercioraran con pruebas de que el parto no se había producido el sábado, sino muy posiblemente varios días antes, se alertó de esta situación a la Policía Nacional, que acudió al centro de salud para tomar declaración a la joven, que en un primer momento les dijo que había dado a luz en la noche del sábado, aunque afirmó luego que había sido el viernes y que había perdido al bebé y lo había arrojado a un contenedor en el Polígono Industrial de Palencia, al parecer en la calle Andalucía. Los agentes iniciaron la búsqueda del mismo, al tiempo que realizaron gestiones para que se paralizase la recogida de basuras en la zona, con la esperanza de localizar al bebé todavía con vida. La Policía Nacional, junto con agentes de la Policía Local y de los servicios de limpieza de la empresa Urbaser, inspeccionó durante más de dos horas más de 40 contenedores, sin resultado alguno.
Trasladada la joven de 23 años a la Comisaría, manifestó en su declaración que ella, junto a su pareja, habían enterrado al bebé junto al Refugio, en el Monte el Viejo, por lo que se localizó al joven de 29 años y se trasladó a ambos a dicho paraje, de nuevo siendo infructuosa la búsqueda. El joven de 29 años (que inició la relación con la mujer en agosto, cuando su embarazo databa al parecer de julio), manifestó que no había visto qué había dentro de la bolsa y que solo le había acompañado a la mujer hasta una rotonda, aunque finalmente, y al ser de nuevo interrogados ambos en la Comisaría, el joven de 29 años se derrumbó y confesó que el parto se produjo el 28 de enero, que tuvo lugar en un local en el que tenían una peña, que el bebé nació muerto y que, tras el parto, arrojaron al bebé al río Carrión, en un paraje cercano a Husillos.
Agentes de la Policía Nacional se desplazaron con la pareja al lugar donde manifestaban haber depositado al bebé, encontrando allí el cuerpo, en el fondo del río en una maleta.
La pareja quedó detenida a la espera de que sean puestos ambos a disposición del titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 7 para que les tome declaración y decida su ingreso o no en prisión.
La operación, llevada a efecto «gracias a la profesionalidad y la excelente colaboración existente entre los servicios sanitarios y de emergencia de Palencia con la Policía Nacional», según hacían hincapié desde la Comisaría de Palencia, sigue abierta con la toma de declaración a familiares de los detenidos y de huellas en el lugar de los hechos, así como la petición de nuevos análisis a Madrid que confirmen el informe preliminar del forense
En ese informe, aunque no haya trascendido, se apunta a que el bebé nació vivo y que murió al parecer por hipotermia, con lo que, de ratificarse la autopsia, la pareja podría enfrentarse a un posible delito de asesinato, que está penado con entre 15 y 25 años de prisión en el Código Penal y que sería juzgado por un jurado popular, según apuntaron ayer fuentes judiciales.
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