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Satisfecho por la sentencia de la Audiencia de Palencia, que estima su recurso de apelación y anula el fallo del Juzgado de lo Penal que absolvía a su exmujer de un presunto delito de sustracción de menores (en concreto el hijo de 11 años, ... Alejandro, que el exmatrimonio tiene en común), sin embargo a Javier Avellaneda Martínez, el padre del menor y recurrente, le queda un sabor agridulce porque «llega tarde», tras cuatro años «robados» de la vida de su hijo.
«Estoy satisfecho por el fallo, pero voy más lejos: por fin, después de cuatro años de secuestro, la Audiencia se ha tomado el tiempo de leer las transcripciones, de escuchar las llamadas de teléfono, las visitas a mi domicilio grabadas en vídeo y audio, y ha visto la única opción, que es que quien no cumple la sentencia es mi exmujer, que no la sale de las narices y punto, sin ningún motivo ni argumento. Para mí, que siempre voy con pruebas, es muy satisfactorio que la Audiencia me haya demostrado que se puede confiar en los jueces», señala Javier Avellaneda, que incide en la agonía de todos estos años.
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«A la vez es una sentencia muy agridulce, porque es una verdad como un templo pero que ha costado cuatro años de sufrimiento, de agonía, y por desgracia, todavía no está condenada. Dicen que ella es la única responsable de ese delito, pero son cuatro años robados de la vida de mi hijo por la mala fe. Es muy triste porque mi hijo hace 12 años el 15 de mayo pero estoy convencido de que, no tardando, el niño volverá conmigo, lo único es el dolor de cuatro años robados por el capricho de una madre», añade Javier Avellaneda, defraudado con los juzgados de Palencia.
«Han sido cuatro años en que todos los juzgados y los jueces de Palencia sabían que ella es la única culpable, y se escudaban en una excusa que ella ponía sin ninguna prueba ni sentencia en mi contra. Es lo que se llama judicialmente la inversión de la carga de la prueba, ella dice una mentira, no la prueba de ninguna manera y yo tengo que demostrar mi inocencia de las barbaridades que dijo en su día», señala el padre de Alejandro.
«Son cuatro años muy duros y todavía me queda camino por andar, pero hoy se va más luz. Todavía Alejandro no está conmigo, las navidades han sido muy duras, se solicitó al menos poder tener al niño unos días, pero hicieron caso omiso, está habiendo un maltrato brutal por parte de la Justicia palentina», concluye Javier Avellaneda.
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